La semana pasada me desafié a mí mismo a Escribir durante 15 minutos cada día durante al menos 30 días para recuperar mi rutina de escritura. Y esta semana, hice eso. En este momento estoy lidiando con una agenda frenética la cual hace más fáciles algunas cosas y otras mucho más difíciles. He aquí tres lecciones que he aprendido hasta ahora.

1. Escribe tan temprano como sea posible

Cuando escribo temprano en la mañana, tengo un sentimiento de completitud y liberación durante el resto del día. Terminé y ya lidié con ello, fuera de mi camino durante las siguientes 24 horas. Si me salto la sesión matutina, tengo una sensación de ansiedad moderada y constante respecto a cómo será posible que la encaje en mi alocada agenda diaria. Tengo una tendencia a seguirlo posponiendo, y mientras más tarde se hace, más difícil me es comenzar. Durante un par de días esta semana, escribir fue la última cosa que hice antes de irme a la cama y no puedo decir que esas sesiones tarde en la noche fueran muy productivas.

Escribir temprano probablemente no funcionará para todos, pero parece funcionar para mí. Y por temprano, no me refiero a que deberías despertarte a las 3 de la mañana para escribir a menos que eso sea algo que quieras hacer. Me refiero a escribir al comienzo de tu día, cuandoquiera que comience.

2. Establece expectativas bajas

Es un poco contraintuitivo, pero he encontrado que haré un mejor trabajo cuando no tengo expectativas de este. Al menos, al comienzo, ¿por qué hundirte a ti mismo al establecer un conteo de palabras inalcanzable y fechas límites imposibles? Esto puede funcionar en el corto plazo, semanas o meses, pero entonces comienzas a desgastarte, dejas de escribir por completo y derivas hacia la casilla de comienzo.

Mi desafío tiene sólo una regla: escribir durante al menos 15 minutos cada día. Si escribo 25 palabras, eso es un éxito. Y si simplemente miro mi pantalla durante 15 minutos, eso también está bien.

Ese es un objetivo ridículamente poco ambicioso y casi insignificante. Y funciona. Elimina de la ecuación cada posible excusa que podría tener. No importa cuán cansado esté en la mañana, siempre puedo pasar 15 minutos garabateando en mi cuaderno.

Hay un tiempo y lugar para usar la presión para ser más productivo, pero no pienso que eso me ayudará a establecer un hábito de escritura que me dure toda la vida.

3. Escribe lo que salga

Solía ser realmente pedante respecto a terminar una historia antes de comenzar otra. Tienes que terminar, ese es el consejo, ¿no? Y es un buen consejo, pero algunas veces, también intentar con demasiada intensidad terminarlo todo simplemente hace que te atasques, te frustres más y es más probable que abandones tu rutina de escritura.

Para esta ocasión, decidí no dejar que eso me detuviera. A lo largo de la semana pasada, desarrollé el argumento de cuatro cuentos diferentes. Cuando no sé qué escribir a continuación, simplemente comienzo algo nuevo.

Me doy cuenta de que esto no puede continuar así por siempre, pero me permite seguir adelante y crear momento. Justo ahora, estoy centrado en escribir cada día. Y si comenzar siete historias diferentes durante siete días me ayuda a hacerlo, entonces eso es lo que voy a hacer.

En cuanto a terminar historias, cruzaré ese puente cuando llegue el momento.

Así es como me están yendo las cosas. Estoy agotado, pero me siento grandioso. ¡Si escribes, espero que las cosas te vayan bien!

Hola, soy Radek . Soy escritor, ingeniero de software y fundador de Writing Analytics —un editor y rastreador de escritura diseñado para ayudarte a derrotar el bloqueo de escritor y crear una rutina de escritura sostenible.

Traductor: José Alejandro Cantallops Vázquez

Puedes seguirlo aquí en su blog de Tumblr.

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