Drenai, el pueblo más grande del mundo se acerca a su hora más oscura. Tras siglos de decadencia y guerras, al norte de sus fronteras, Ulric, ha unificado bajo su mando a las tribus nadir. Medio millón de guerreros leales se aprestan a marchar al sur y la única fortaleza que podría detener su avance es Dros Delnoch. Pero en esta solo queda un tercio de su dotación e incluso con sus seis murallas, necesitaría de un milagro para no caer.

Rek, es demasiado inteligente para ser un héroe y demasiado temeroso para ser un cobarde. Dejó el ejército antes de que la amenaza nadir se convirtiera en una realidad y hasta entonces ha vivido bien su vida. Y eso pensaba seguir haciendo hasta que su camino se cruzó con Virae, la hija del conde de Delnoch. Con su actitud guerrera y la armadura puesta, no es la mujer más atractiva del mundo, pero Rek ha decidido seguirla a la fortaleza sitiada porque cree en el destino y sabe que el encuentro de ambos estuvo predestinado.

La edad es la rival invencible de los grandes guerreros. Druss, el Hachero, el Mensajero de la Muerte, el Inexorable, el guerrero más grande de la nación drenai se refugia en las montañas esperando la muerte. Sabe, con la certeza de un profeta que morirá a los sesenta. Por eso y que la muerte lo ha desafiado, descolgará una vez más a Snaga, su fiel hacha y caminará hasta Dros Delnoch. No porque piense que podrá ser salvado, sino porque si ha de morir, lo hará luchando.

He necesitado de una segunda lectura y de siete años, para escribir una reseña de Leyenda, de David Gemmell, una de las mejores novelas de fantasía que he leído. El dicho dice que nunca deberías volver a los lugares donde fuiste feliz, pero creo que con los buenos libros, esos que todavía te siguen emocionando a pesar de los años y las relecturas, a ellos se debería regresar tantas veces como sea necesario.

Eso es lo que me sucedió con esta novela, que me maravilló cuando la leí con 20 años y que ahora volvió a hacerme llorar. Leyenda es el libro de Druss, un héroe envejecido, pero fuerte que se enfrenta al final de su vida y que decide que bien puede morir tal como vivió: con la hacha en mano en una batalla desesperada. Un personaje que no es más que una metáfora de su autor, quien en el momento de escribir el primer borrador, llamado «El asedio de Dros Delnoch», había sido diagnosticado erróneamente con un cáncer terminal y decidió exorcizar su temor a la muerte con esta historia.

Toda la novela, el asedio, Sus Personajes, su defensa desesperada, los distintos acercamientos de cada uno a la muerte, son una gran metáfora sobre la aceptación de lo inevitable. Una metáfora sobre esa clase de testarudez que nos hace quedarnos y enfrentarnos a los problemas a pesar de que sabemos que el resultado es inevitable. Es una forma de hacer las paces con nosotros mismos y enfrentarnos orgullosos al final.

No es una novela perfecta ni mucho menos, especialmente con sus personajes que tienden a lo arquetípico y un desenlace que está muy cerca de un Deus ex Machina. Pero esos son detalles que puedes pasar por alto si te identificas con Druss, con los defensores de esta fortaleza y su lucha desesperada. El estilo es sencillo y directo, sin florituras, con una fuerza narrativa que te impulsa a seguir adelante y leer a pesar de que el destino de sus personajes ha sido el mismo desde el comienzo.

Por lo que si todavía no has leído la novela, quieres una historia profunda y épica, un protagonista anciano pero incapaz de rendirse, así como una de las mejores introducciones a la obra de David Gemmell. Entonces, Leyenda es la novela que deberías estar leyendo.

Descargar: Drenai 06 – Leyenda, David Gemmell

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