Al principio pensé que el libro era demasiado largo. Pero, día tras día, seguí leyendo, adentrándome en el complejo Mundo de Nueva Crobuzon, enganchado a la trama alrededor de la cual bailaban los personajes. Absorbido por una de las novelas de fantasía más complejas que he tenido en mis manos.

Una historia que comienza con Yagharek y su llegada a Nueva Crobuzon, una ciudad estado caótica, extraña, próspera, pero cruel. El hombre pájaro carga con un crímen que le ha hecho perder sus alas.

Unas alas que desea recuperar y está dispuesto a pagar bien para que Isaac, un científico renegado, lo consiga. Isaac acepta, animado tanto por el reto como por el oro del hombre pájaro. Aceptando así un encargo que no solo hará que él y sus amigos, sino toda la ciudad, sufra una de las peores experiencias de su historia. Un terror que llegará con la curiosa forma de un gusano de brillantes colores que nunca debió haber llegado a manos del científico.

China Miéville podría haber escrito una decena de libros sólo con las subtramas que aparecen en esta historia. Sin embargo, decidió juntarlas y construir una historia que nos presenta un mundo lleno de razas humanoides, seres aterradores, la curiosidad científica mezclada con el arte, el bajo mundo, una sociedad pujante que vive de aquellos que castiga y «rehace» para usarlos como esclavos.

Es un libro donde el autor no se contuvo para reflejar en sus personajes y mundo lo más extraño y aterrador del ser humano. Los rehechos, criminales que son condenados modificados de manera horrible: mujeres con los brazos de sus bebés muertos injertados en el rostro, hombres cuyas extremidades son equipamiento industrial. Razas humanoides que viven discriminadas, en suburbios, alienadas. Un gobierno que tiene informadores en todas partes y hace tratos con la mafia, que llena de violencia y drogas las calles.

Un mundo aterrador que se vuelve peor cuando se liberan las polillas asesinas que devoran los sueños y acosan la ciudad, casi invencibles. Unos enemigos terribles que harán que los protagonistas tengan que pasar por el mayor dolor y sufrimiento que puedas imaginar para tratar de derrotarlas.

No esperes un final glorioso ni feliz. En Nueva Crobuzon no existe tal cosa. Las consecuencias de tus actos te perseguirán y algunas son más irreversibles que otras.

Sé que no he dado muchos detalles sobre la historia, pero como me sucede con libros así de complejos, es difícil resumirlo. Sin embargo, es un buen libro, lleno de fantasía oscura, personajes interesantes, que a veces bordea con el horror y el asco, pero que si te engancha, te mantendrá pegado hasta el final.

Descargar: La estación de la calle Perdido, China Miéville

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