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Fortificaciones en la fantasía III – Diseño, Toni Šušnjar

El diseño de una fortificación depende de su propósito y de las amenazas que se espera que enfrente. Una fortificación que sólo enfrenta las armas blandidas por la infantería, una que enfrenta artillería mecánica y otra que enfrenta artillería con pólvora todas serán significativamente diferentes en cuanto a características de diseño. Sin embargo, algunas características se mantendrán iguales: la geografía siempre proveerá una ventaja (o desventaja) a la hora de defender un fuerte o una ciudad y, por tanto, la localización tiene que ser cuidadosamente escogida. En algunos casos, la localización puede ser lo suficientemente buena como para permitirle al defensor saltarse ciertas características de diseño; como vemos, por ejemplo, con la fortaleza de Klis, donde la muralla norte llega, en el mejor caso, a la altura de la cintura, gracias a su posición sobre un risco inaccesible. En otros casos, el terreno desventajoso puede tener que ser compensado con características colosales creadas por el hombre.

Diseño general

Para lidiar con el desarrollo de la artillería, el diseño de fortificaciones cambió con el tiempo. Las primeras fortificaciones, las cuales solo tenían que lidiar con las armas blandidas en la mano, eran simples empalizadas de madera. Más tarde estas fueron suplementadas con muros de tierra.

A medida que se desarrollaron las armas de asedio, las fortificaciones crecieron tanto en altura como en grosor. Hasta el desarrollo de las armas de pólvora, los muros eran más altos que gruesos. Incluso las Murallas más gruesas tenían dos o tres veces su grosor en altura, las murallas interiores de Constantinopla tenían 12 metros de alto y entre 4,5 y 6 metros de grosor. Las de Avilla tenían 12 metros de altura y 3 metros de grosor; las de York, 4 metros de altura por 1,8 de grosor y las de Ravenna, 9 metros de altura y 2,4 de grosor.

Con el desarrollo de las armas de pólvora, las murallas se hicieron más y más gruesas, pero también más bajas. En el siglo 14, los cañones producían más humo y ruido que daño a las murallas, pero para el siglo 15 las fortificaciones tuvieron que adaptarse a su presencia. Esto incluyó no solo murallas más gruesas, sino también el regreso a rellenar el cascarón de piedra con tierra o, en algunas ocasiones, sin este. Durante el asedio de Constantinopla en 1453, las murallas de tierra construidas apresuradamente para reemplazar las porciones derribadas de la muralla probaron ser más resilientes que las fortificaciones originales. El Castillo de Salses, construido en 1497 es de construcción tradicional de piedra, pero sus paredes de piedra son gruesas, mucho más bajas que las de castillos anteriores y hundidas en el terreno. La fortaleza de Sisak en Croacia, construida a finales del siglo 16, también es un castillo tradicional, no una fortaleza del renacimiento trace italienne, sino que su construcción fue dictada por consideraciones financieras y espaciales. Una pequeña fortaleza requería una guarnición menor y se suponía que las murallas eran reforzadas con muros de tierra. Para el siglo 17, las fortificaciones también habían desarrollado un cierto grado de inclinación y disminuyeron significativamente en altura. Entre la fachada de piedra y las murallas de tierra que formaban la masa principal de la muralla, tales murallas eran típicamente mucho más gruesas que altas. Las murallas de tierra también servían para absorber el impacto de los proyectiles que impactaban el frente de la muralla.

Utilizando la geografía

Las fortalezas siempre utilizan la geografía. Las ciudades, especialmente las grandes ciudades, tienen que tener cerca líneas de comunicación: ríos o el mar, debido a que las carreteras tienen una capacidad más bien limitada de carga hasta el desarrollo del ferrocarril y, más tarde, el motor de combustión interna. Como resultado, es ideal si una ciudad puede ser construida sobre una península (ejemplo: Constantinopla, Dubrovnik, Zadar) o sobre una isla (ejemplo: Trogir, Lindau). Hacer esto limita de manera significativa las posibles vías de ataque del enemigo. Sin embargo, raramente es posible y la necesidad de una fuente de agua, así como también una significativa cantidad de tierra arable constriñen los lugares donde puede ser construida una ciudad (la carencia de tierra arable puede ser menos significativa si hay disponible un suministro confiable por mar). Una ciudad en la cima de una montaña es, por tanto, imposible, y ciudades subterráneas tales como Moria son sólo posibles si tienen disponibles una cantidad significativa de valles montañosos o alguna forma de cultivar comida bajo tierra. Consecuentemente, la mayoría de las ciudades, especialmente las grandes, estarán cerca de la costa o en los valles de un río, y siempre cerca de una fuente de agua a menos que puedan ser construidos acueductos. Esto también es cierto para los castillos, debido a que tendrán una población civil a su alrededor, mientras que los fuertes fuera del contexto feudal pueden tener o no una población viviendo en las cercanías.

Las ciudades pueden ser construidas sobre colinas, pero tales ciudades tendrán típicamente al menos un lado por donde sean fácilmente accesible para propósitos logísticos (ejemplo: Jerusalén). Ahí es donde se concentrarán cualquier ataque y donde serán mayores las defensas. Esto también es cierto para las ciudades construidas sobre una península: las murallas teodosianas de Constantinopla son mucho más grandes que cualquiera de las murallas marinas interiores. La parte más débil de las defensas de cualquier ciudad marítima es, típicamente, el puerto, debido a que requerirá de grandes puertas para permitir la entrada de suministros y mercancías. A menudo, las murallas también son más bajas y débiles en los puertos (una vez más, Constantinopla y Dubrovnik son ejemplos), especialmente en ciudades que tienen una presencia naval local significativa. Como tal, la entrada al puerto era defendida a menudo (y, posiblemente en la mayoría de los casos) con una cadena (una vez más, Constantinopla y Dubrovnik).

Generalmente, los castillos son mucho más fáciles de ubicar en una posición defensiva, tales como sobre una colina (ejemplo, la fortaleza de Klis en Croacia). Sin embargo, dependiendo del propósito del castillo, eso puede no ser práctico: un castillo cuyo propósito es supervisar y proteger una ruta comercial deber ser capaz de enviar rápidamente refuerzos a dicha ruta.

Los alrededores inmediatos del castillo o (menos frecuentemente) la ciudad, estarán vacíos. Más allá, pero no mucho, estarán las granjas y villas. Las tierras vacías forman la línea de fuego o la zona de matanza, donde el atacante no puede esconderse de los misiles disparados desde las murallas. A menudo el torreón dentro del castillo tiene puertas situadas por encima del suelo, con escaleras de madera que dan acceso a ellas: estas son quemadas si el enemigo ha alcanzado el torreón. Dentro del torreón, bajo tierra, están las cisternas de agua, la bodega y el foso de los desechos.

Adaptándolo a unidades voladoras

En la fantasía, a menudo hay unidades voladoras mientras que en la vida real no hubo: pegasos, hipogrifos, wyverns, dragones, etc. En contra de un dragón que respira fuego, probablemente la mejor defensa sería otro dragón o torres cerradas y almenas cubiertas con materiales a prueba de fuego, dependiendo de la potencia de ese fuego.

En lo que se refiere a otras unidades voladoras, las defensas pueden ser activas o pasivas. Las defensas activas serían escorpiones, balistas y otras armas de artillería de precisión que disparan flechas. Las defensas pasivas incluirían techos reforzados empinados, para soportar la caída de proyectiles. Las almenas también estarían cubiertas y también serían tensadas cadenas entre las torres, murallas y se alzarían postes para así evitar que las unidades volantes aterrizaran dentro de la fortaleza. Sin embargo, si las unidades voladoras son combinadas con proyectiles de explosivos por contacto, la única defensa podría ser mudarse bajo tierra; construir un techo más grueso es técnicamente posible, pero sería muy caro para una sociedad pre-industrial. La única alternativa es desplegar tus propias bestias voladoras.

Adaptándolo a la magia

Las adaptaciones a la magia dependen del tipo y potencia de la misma. En ambientación escasas de magia tales como El Señor de los Anillos y Canción de Hielo y Fuego, básicamente no es necesaria ninguna adaptación (a menos que los dragones comiencen a reproducirse demasiado. Las cosas cambian cuando los magos comienzan a lanzar bolas de fuego por los alrededores. Si tales bolas de fuego son lanzadas de manera similar a la artillería, con un rango limitado y elevación, entonces puede no ser necesaria ninguna adaptación. Sin embargo, si pueden ser invocadas desde el cielo o pueden lograr una altitud, tendrán que acumular planchas de madera y torrecillas para los techos, cubiertas con algún material no inflamable como láminas de hierro o pieles frescas de animales. Las estructuras internas del castillo pueden estar cubiertas de igual forma para evitar que se incendie, asumiendo que exista la capacidad logística para tal empresa.

Diseño específico

Distribución de planta

El diseño de un fuerte dependerá del terreno. En el terreno abierto, tales como planicies, un fuerte o castillo a menudo será de forma cuadrada o circular. A menudo, tales castillos también serán muy a menudo -si son de gran tamaño, de un diseño concéntrico. Si son más pequeños, pueden parecerse al castrum romano, con una sola muralla y una distribución rectangular (aunque también puede ser redonda). Si un castillo está construido sobre características significativas del terreno, se adaptará a ellas. Por ejemplo, un castillo construido sobre un risco o una isla puede no ser ni siquiera concéntrica, sino más tener más bien un solo nivel de defensas apuntando a los lugares inaccesibles, pero defensas estratificadas en el lado que está expuesto al ataque (por ejemplo, las murallas teodosianas en Constantinopla o la fortaleza de Klis en Croacia).

El diseño concéntrico o estratificado, como es visto en el Crac de los Caballeros y en los ejemplos ya mencionados, tendrán típicamente una muralla interior que domina a la muralla exterior. Esto permite que el atacante siga bajo ataque desde ambas líneas de murallas. Fuera de la muralla exterior habrá un foso, a menudo lleno con agua, y campos más allá del foso que serán limpiados de cualquier arbusto o estructura para así evitar que el enemigo se infiltre en el castillo.

Torres

Las torres pueden sobresalir de la muralla o en línea con esta; también pueden ser cuadradas, hexagonales, octogonales o redondas. Generalmente, mientras más lados mejor (hasta el infinito, ejemplo, las circulares), debido a que la forma que sea más cercana al círculo es más resiliente a ser minada. Sin embargo, es más difícil de construir. De igual forma, las torres que sobresalen de la muralla son superiores, debido a que eliminan puntos ciegos que podría usar el atacante. Extenderlas a lo largo de la misma muralla puede ser usado para compartimentar la muralla, requiriendo que el atacante tome el control de una sección a la vez. Las torres pueden ser parte de la misma muralla, pero una opción mejor es que estas sean estructuras independientes que meramente se apoyan en la muralla para así aumentar la integridad de la muralla principal.

Las torres más pequeñas fueron usadas como miradores; y podían ser construidas como parte de una torre mayor.

Murallas

Las murallas son la principal defensa de un castillo. Los castillos concéntricos tenían dos líneas de contramurallas, una dentro de la otra. La contramuralla era los suficientemente gruesa para detener la mayoría de los proyectiles (1,8 a 2 metros).

El talud es una fachada inclinada en la base de una muralla fortificada (visto fácilmente en el Crac de los Caballeros). Hace a la muralla más resiliente en contra del equipamiento tradicional de asedio y también hace más difícil, o incluso imposible, que las escaleras y torres de asedio alcancen la cima de la muralla. Sin embargo, la mayoría de las murallas no tenían esta característica, confiando en vez de ello en los fosos.

Los matacanes, agujeros que colgaban desde el techo, eran construidos en la cima de la muralla, permitiéndole a los defensores atacar a los enemigos desde la cima de las murallas del castillo sin exponerse.

Foso

Un foso es una zanja que rodea el castillo (o ciudad, como en Constantinopla) y está llena con agua. Un foso ayuda a evitar el acceso a las murallas, hacer que una torre de asedio los cruce es difícil hasta casi ser imposible, pero su propósito principal es evitar que el ataque mine las murallas. Los túneles eran peligrosos para el castillo o la ciudad, debido a que podían proveer al enemigo de la mejor forma de acceso, pero el propósito usual era hacer colapsar una sección de las murallas. Sin embargo, un túnel bajo el foso colapsaría y se llenaría con agua, asumiendo que primero no terminaran encontrando el foso.

El agua en el foso sería más que desagradable, debido a que estaría estancada y llena con los desperdicios producidos por el castillo (incluyendo el de los retretes). Así como prevenía el acceso, el foso también hace más fácil que los arqueros y ballesteros escojan con cuidado a las tropas atacantes.

Puerta principal

La puerta principal puede ser el punto más vulnerable en los muros del castillo, pero también es la principal trampa mortal. Ya en los tiempos romanos, las casetas consistían en una puerta exterior, patio y puerta interior. Cualquiera que penetrara la puerta exterior quedaría bajo ataque desde las terrazas que rodean el patio antes de la puerta interior. En los castillos medievales, a menudo los patios estaban techados, para que así los defensores pudieran pararse literalmente encima de los atacantes y verter agua hirviendo, excrementos y otras cosas divertidas justo encima de las cabezas de los atacantes a través de los agujeros mortales (agujeros en el tejado). Los agujeros para flechas podían y, a menudo, eran construidos en los laterales, creando un fuego cruzado en tres direcciones.

Para cruzar por encima del foso sería usado un puente levadizo. Este podía variar en diseño, los puentes levadizos clásicos que desciendo son un diseño medieval tardío y los primeros diseños podían variar desde largos pedazos de madera sin seguridad hasta puentes que rotaban horizontalmente. Tras el puente levadizo, y probablemente la primera puerta, a menudo estaría el rastrillo (reja de hierro) que podía ser bajada, ya sea para reforzar la puerta o atrapar a los enemigos que habían tenido éxito al traspasar la puerta exterior.

La barbacana era una extensión que se agregaba a la caseta y agregaba otra capa de rastrillos y agujeros de la muerte a la caseta preexistente.

Escaleras

Las escaleras del interior del castillo, particularmente aquellas dentro de las torres, a menudo estaban curvadas muy estrechamente en sentido de las agujas del reloj. Esto aseguraba que los atacantes, la mayoría de los cuales serían derechos, tendrían su mano derecha presionada contra la curva interior del muro, haciendo difícil que blandieran sus espadas.

Pasajes secretos

A menudo también eran incluidas poternas y pasajes secretos, permitiendo a los defensores una ventaja de movimiento significativa por encima de cualquier atacante no familiarizado con el diseño del castillo. Las poternas también eran incluidas en las ciudades, algunas veces como portillos y otras, en el caso de ciudades con más de un circuito de murallas, para la fácil comunicación entre el circuito interior y el exterior de la muralla.

Puerto

Si es la ciudad y no el castillo la que está fortificada e incluso algunas veces el castillo, tendrían de manera común un puerto, ya sea en el mar o en el río. Un puerto es una debilidad obvia en las defensas, debido a que tiene que manejar cantidades significativas de tráfico. Debido a esto, la entrada al puerto estará diseñada de forma que pueda ser bloqueada por una cadena alzada por barriles flotantes.

Suministro de agua

Cualquier castillo o fuerte debe tener un suministro de agua que no dependa de tener que salir al exterior. Una solución ideal es si este puede ser construido sobre un pozo existente. Si eso no es posible, tendrá un gran número de pozos y, posiblemente, también cisternas, los cuales pueden ser llenados con el agua de lluvia.

Referencias:

  • Povijest Ljudskog Roda – Srednjovjekovni Dvorci.
  • Kraljevski husar.

Sobre el autor:

Toni Šušnjar es un historiador aficionado y un entusiasta de la fantasía con un interés particular en la historia antigua y medieval, así como también en la alta fantasía y medieval. También escribe el blog Military Fantasy. Puedes seguirlo su página de Facebook Military Fantasy.

Traductor: José Alejandro Cantallops Vázquez

Correctora: Marisol Cossío Fernández

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