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Creando un ejército de fantasía, Michael Mammay

Antes de que veamos de donde vienen los miembros de un ejército, miremos al ejército como un todo. La Guerra es cara. Una de las primeras cosas que tienes que averiguar es cómo pagas por ellas y uno de las consideraciones más grandes de costo es si tus Soldados son profesionales o si se presentan sólo cuando es tiempo de guerra. Muchos libros de fantasía tienen sociedades preindustriales, y eso afecta su habilidad para hacer frente a un ejército permanente. En La riqueza de las naciones, Adam Smith discute cómo la guerra en las sociedades preindustriales tendían a ser respaldadas por los mismos participantes. Si querías un ejército, tú, como individuo, pagabas por uno. La habilidad para soportar ese gasto es un factor clave que un autor debe considerar en lo relacionado al tamaño y composición del ejército. Consideraremos tres posibilidades: ejércitos permanentes, llamado al servicio militar en tiempo de guerra y mercenarios.

Ejércitos permanentes

Los ejércitos permanentes son caros. Tendrás que pagarles incluso cuando no los estás usando y tienes que equiparlos. La mayoría de las economías preindustriales estaban cimentadas en el trabajo manual y mantener a personas que no eran productivas creaba tensiones, especialmente a lo largo del tiempo. Un soldado profesional no está participando en la economía a menos que la economía esté basada en la guerra. Puedes crear una nación que puede permitirse un ejército permanente al darle sus recursos naturales o capacidad industrial (ya sea a través de la ciencia o magia) o al centrar la economía en la guerra. Una nación que usa la guerra para quitarle recursos a sus vecinos puede desplazar durante un tiempo la carga económica a los enemigos derrotados. Considera el ejemplo de la España del siglo dieciséis: eran la nación más poderosa de Europa debido a que financiaban sus ejércitos (y, especialmente, la Armada) usando el oro y la plata que robaban del Nuevo Mundo.

Incluso en las sociedades más avanzadas, el tamaño de un ejército permanente está limitado por el costo. Si consideras al Imperio Romano, la mayoría de los estimados sugieren que el ejército permanente alcanzó un pico de entre 300.000 y 400.000 efectivos. El pico de población estuvo alrededor de los setenta millones, lo cual significa que el ejército era aproximadamente la mitad del uno por ciento de la población. En una economía liderada por la industria (mundana o mágica), el costo de tu ejército estará dividido entre la tecnología y el número de personas necesarias para mantenerla y operarla.

Llamado al servicio militar en tiempo de guerra

Una forma más común de crear un ejército en los períodos históricos asociados con muchas novelas de fantasía involucraba el llamado al servicio militar de las tropas sólo cuando eran necesarias. Esto era especialmente cierto en las sociedades agrarias donde los granjeros necesitaban de grandes cantidades de mano de obra en la primavera para plantar y en el otoño para la cosecha, dejando el verano libre para una buena escaramuza con los vecinos. Este patrón es visible incluso hoy, como se puede notar en la disminución del combate en Afganistán durante la temporada de cosecha de amapolas. Cuando granjeros u otros trabajadores manuales se convierten en soldados, algunos factores a considerar en el worldbuilding incluyen su nivel de habilidad, tipo de armamento al cual tienen acceso y cuán importante es regresarlos a casa. Por ejemplo, sería un sinsentido ganar una guerra mientras tu cosecha se pudre en los campos, haciendo pasar hambre a todos durante el invierno.

Por supuesto, si tu país/hogar/familia está amenazada, algunas de estás consideraciones pasan a un segundo plano, pero sólo durante un tiempo. Si tu tierra natal no tiene otra opción que defenderse, podría tener que mantener un ejército que no puede permitirse, presionando la economía y llevando, de manera potencial, a una miseria difundida incluso para aquellos que no están involucrados en la pelea.

Mercenarios

La historia está llena de compañías mercenarias. La Compañía blanca (multinacional, pero luchando mayormente en Italia), la Gran Compañía Catalana (España) y la Guardia varega (nórdicos) son tres ejemplos famosos. Si tu nación no puede permitirse un ejército permanente pero necesita una fuerza mejor entrenada de la que puedes conseguir al reunir a los campesinos, los mercenarios podrían proveer una alternativa a un precio razonable. Siempre hay una guerra en algún lado, así que una compañía de mercenarios nunca se quedará sin trabajo y podrían ofrecer un nivel de habilidad y entrenamiento a un empleador por el precio correcto.

No todos los mercenarios seguían el mismo código ético y un contrato es sólo un contrato si ambas partes se rigen por este. Para un escritor, el uso de los mercenarios puede agregar unos giros agradables a tu trama, debido a que pueden amenazar con cambiar de bandos en un momento fundamental, o quizás simplemente retrasar su ataque durante unos minutos para reducir sus pérdidas. Cuando la guerra es un negocio, espera que los líderes tomen decisiones comerciales, y esas decisiones podrían no alinearse con los intereses del empleador.

Dotar de personal y equipar a tu ejército

Una vez que has decidido tu economía y cómo vas a reunir una fuerza, necesitas algunos soldados. ¿De dónde vienen tus combatientes? Como regla, los soldados reflejan su sociedad. ¿Qué hace que los soldados se unan al ejército y qué habilidades traen cuando llegan? ¿Son voluntarios o reclutas? ¿Lo ven como un deber: una parte inherente de la cultura, o como un medio para una vida diferente? ¿Son respetados por unirse, odiados o algo en el intermedio? ¿Qué clase de ciudadanos es probable que escojan el servicio militar?

Estos son solo algunos ejemplos de preguntas que puedes hacerte mientras reúnes a tus soldados de fantasía.

Algunas otras preguntas a considerar:

¿Cómo aprender a luchar los soldados? ¿Se unen como reclutas y entonces aprenden? Debido a que ese es un costo significativo, debido a que ahora le estás pagando a soldados que no están listos para luchar, así como también por personas para entrenarlos. Y eso toma tiempo.

¿O los soldados ya llegan entrenados?

Quizás son de una cultura guerrera (como los vikingos, cosacos o espartanos) donde luchar está integrado dentro de su forma de vida. Si es así, considerar mostrar cómo eso afecta tu cultura (por ejemplo, niños jugando juegos marciales). Una cultura que valora luchar desde una edad temprana siempre tendrá una base reaprovisionada de la cual extraer soldados para un ejército. O podrías crear una cultura/nación donde la guerra es inevitable, así que todos se preparan en algún grado. Un gran ejemplo de esto es el ascenso del arco largo inglés en los siglos trece y catorce. En 1252, fue consignada la ley común de armas que ordenaba a todos los ingleses entre quince y sesenta que debían tener por ley arco y flechas. Eduardo III lo llevó más allá en 1363 con la Ley de la Arquería, la cual proscribía todos los deportes excepto la arquería y ordenaba la práctica de ella por todos los hombres los domingos y días santos. La experticia británica con el arco largo llevó de manera directa a victorias importantes en contra de los franceses en Crécy, Poitiers y Agincourt durante la guerra de los cien años.

Si no tienes guerreros entrenados, los soldados podrían venir de cualquier vida civil que llevaran. Si tienes una cultura de cazadores, podrían combatir con arcos. Una región con una economía basada en la tala podría producir soldados que pelean con hachas. Si no tienes un ejército permanente significativo, los campesinos podrían llegar con las herramientas de su oficio, o modificaciones de esas herramientas, y llevarlas a la guerra.

Una cosa a considerar cuando planeas luchar tu guerra con reclutas es lo que los hace luchar. En el ejército hay más que entrenamiento, especialmente en un período donde se combate con armas de filo, se acercarán y destruirán al enemigo, el espíritu de lucha de una fuerza, podría ser algo tan importante como la habilidad con un arma. A menudo esto es por qué los líderes se paran detrás de sus formaciones, listos para “animar” a cualquiera que piense que podría estar más seguro atrás que adelante.

Y, por supuesto, puedes crear una fuerza no contigua, compuesta de una mezcla de profesionales, voluntarios y reclutas, y darles a todos diferentes ventajas y desventajas. Puede ser tan complicado o tan simple como quieras.

Y ahí es donde entran los líderes.

Liderando tu ejército

Alguien tiene que estar a cargo y mientras más complicado el ejército, más importante son sus líderes. Así que ahora que tienes reunidos a tus soldados, ¿quién va a liderarlos a la batalla?

¿Tus monarcas o líderes sociales lideran a sus propias fuerzas de combate? Si es así, ¿bajo qué autoridad lideran? ¿Son el guerrero más fuerte? ¿El más inteligente? ¿O ganan su autoridad a través de la herencia o, como en algunas sociedades, se considera que son ordenados por sus dioses para liderar? Cualesquiera sea la que escojas, considera cómo es recibido por sus subordinados. ¿Todos aceptan su liderazgo sin cuestionarlo o los soldados están vigilando de manera constante, listos para desertar si el líder muestra cualquier tipo de incompetencia?

He visto un tropo en el que mucha de la fantasía tiene líderes entrenados en una academia, y puedes incluir eso en tu historia, pero comprende que fue una invención bastante tardía (siglo dieciocho) y viene con un alto costo. Honestamente, pienso que prevalece más debido a que a los autores les gusta la ambientación de la academia militar y las opciones que abre para la historia más que ser una forma realista de preparar líderes. Generalmente, las academias son más apropiadas para grandes ejércitos permanentes en una sociedad industrial.

Una vez que decides quien liderará tu ejército, considera el entrenamiento inherente en esa responsabilidad. ¿Dónde obtiene el líder las habilidades necesarias para luchar, liderar y emplear las tropas? ¿Qué podría tener que sacrificar para así ganar esas habilidades? Después de todo, hay un número limitado de horas en el día y un líder que sólo está centrado en asuntos militares podría no tener mucho tiempo para aprender otras cosas.

El problema se expande cuando consideras el tropo común del gobernante joven. ¿Han tenido tiempo para aprender estrategia y tácticas para cada tipo de fuerza que necesitarán desplegar o contratacar? ¿Tienen suficiente habilidad de combate para protegerse a sí mismos? ¿Se han ganado el respeto de sus soldados? ¿Qué hay de otros líderes, quienes quizás han hecho el trabajo durante veinte años? Cuenta con que los soldados veteranos harán esas preguntas a un líder joven, incluso si están demasiado asustados de preguntarlas en voz alta.

Quizás, careciendo de entrenamiento, tu gobernador novicio contrate a alguien para liderar el ejército o se gire hacia un tío confiable para obtener guía. Ahora tienes a alguien que controla todas tus fuerzas pero que no es el gobernador. Inserta la naturaleza humana: has construido una situación propicia para un golpe de estado. En casos como este, considera qué conflicto causa esto o que medidas podría tomar tu líder para protegerse de sus propias fuerzas. Si te olvidas de ello, de repente César está cruzando el Rubicón y Roma tiene un nuevo líder.

Algunas formas potenciales para que un líder neutralice a sus fuerzas incluyen:

  • Distancia: Un gobernante podría estacionar a los generales poderosos lejos de la sede de poder para negarles acceso directo a aliados dentro de la base de poder centralizado. Un ejército estacionado en la frontera representa menor riesgo para la ciudad capital.
  • Familia: Asignar a un familiar como líder del ejército debería ofrecer algún nivel de confianza, pero no es garantía.
  • Mantener relativamente débiles a tus generales: Esto podría lograrse al contratar generales que no inspiren mucha lealtad, poner a los generales los unos en contra de los otros y mantenerlos vigilando sus espaldas, manteniendo el control de sus familias o seres amados, o cualquier cosa que vaya a hacer difícil para un general frustrar la voluntad del líder nacional. Sólo recuerda, los generales también son personas. Si los pones en situaciones malas, van a hacer lo que puedan para librarse de ellas y ganar sus propias ventajas. Pero hey, el conflicto es la parte divertida.
  • Cultura: ¿Por qué nunca ha habido un golpe militar en los Estados Unidos? Cultura. Somos criados para creer en el control civil del ejército como un derecho. Los oficiales del ejército de los Estados Unidos hacen un juramento no a cualquier persona, sino a la constitución. La lealtad a la nación precede a la lealtad al ejército. Ciertamente este no es un caso único en la historia, pero es raro. Si escoges crear un ejército basado en eso, considera mostrar la cultura con suficiente detalle para que lo apoye.

Mando y control: ¿Cómo lideras el ejército?

A menos que sea un ejército pequeño, tu general necesita algo de ayuda. La cantidad de ayuda depende del tamaño de la fuerza, pero, más importante, de las tácticas y la habilidad de comandar y controlar el ejército. Para guiar a un ejército, un líder tiene que ser capaz de trasmitir su intención al ejército y señalar cambios a esa intención a medida que la batalla se desarrolla. Si todos estás juntos en una formación, podría ser tan simple como “Síganme y hagan lo que yo hago.” Pero mientras más se dispersa, más va a necesitar tu líder un sistema para ayudarlo a guiar a sus tropas hacia las acciones correctas.

A medida que tu ejército crece en tamaño o se dispersa, una buena regla del pulgar es tener un líder en cada formación, y tus formaciones deberían estar lo suficientemente cerca la una de la otra para que puedan comunicarse de manera efectiva y recibir órdenes. Las órdenes pueden ser difundidas visualmente (banderas, generalmente sobre una colina que puede verse desde varias direcciones), por el sonido (corneta o tambor), o, si tu ejército la tiene, por magia, la cual podría darte muchas opciones.

Logística: ¿Cómo alimentas a tu ejército?

El tamaño de tu ejército está dictado por tu habilidad de mantenerlo abastecido. Un ejército en movimiento puede enviar equipos de aprovisionamiento a forrajear la comida del campo, pero un ejército estacionado tiene que traer comida (y agua, si no tienes una fuente local. Entonces, tu habilidad para desplazar comida y suministros crea una necesidad de activos para la transportación: vagones y animales, en muchas situaciones de fantasía, y esos activos también requieren de su propia comida. Mientras más tiempo te mantengas en una ubicación, más lejos tendrán que viajar los futuros embarcos de comida debido al agotamiento de los suministros cercanos.

Para los propósitos de un ejército de fantasía, pregúntate cómo comen tus soldados. Si puedes idear una forma de alimentar a tus tropas, probablemente estás bien. Si no, entonces quizás tu ejército es demasiado grande para sostenerse.

Conclusión

Por supuesto, hay docenas de otros factores que puedes considerar cuando creas tu ejército de fantasía y lo puedes hacer tan complejo como quieras. Pero si mantienes en mente estos fundamentos, obtendrás una solución más o menos realista para tu fuerza de combate de fantasía.

Fuente: Libro Putting the fact in Fantasy

Traductor: José Alejandro Cantallops Vázquez

Corretora: Marisol Cossío Fernández

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