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Fortificaciones en la fantasía I – Estrategia, Toni Šušnjar

Las Fortificaciones son uno de los elementos más importantes de la fantasía, especialmente de la alta fantasía. Pero a menudo también se escriben mal, aunque típicamente muchos detalles básicos son correctos debido a la prevalencia de los modelos sobre los que se crean. Un error común es ignorar como interactúan las armas y fortificaciones: muchas fortificaciones en nadamos-en pólvora-Warhammer lucen (y actúan) como fortificaciones de una era anterior a la pólvora. Como puede verse aquí y aquí el Imperio extremadamente avanzado se olvida de tener en cuenta en el diseño de sus fortificaciones la presencia de cañones de asedio, a pesar de también poseerlos. De hecho, esas fortificaciones son de una era anterior al trabuquete. En el otro extremo, Bastión de Tormentas tiene un muro que se lee como algo de comienzos de la era de la pólvora (aunque tiene la excusa de tener que soportar tormentas), así como también ser atacada por gigantes.

Estrategia

El principal propósito de las fortificaciones es incrementar el costo del ataque al proveer al defensor una posición difícil de conquistar. Por tanto, le permiten al ejército defensor mantener una presencia armada cuando en condiciones normales sería insostenible, forzando al atacante a desplegar fuerzas desproporcionadas para bloquear dichas fortificaciones o desplegar fuerzas desproporcionadas para proteger las líneas de suministros y evitar que sean cortadas. Si el ejército atacante está confiando en el forrajeo, las fortificaciones pueden servir como bases de operaciones desde las cuales los defensores pueden interceptar a los grupos de forrajeo, forzando a los atacantes a incremente la fuerza de los mismos, reduciendo así su eficiencia.

El segundo propósito también está relacionado con el incremento del costo del ataque. Al proveer posiciones defendibles, las fortificaciones le permiten al ejército mantener el control sobre el área. Durante mucho tiempo las limes romanas fueron poco más que puestos de control fronterizos. Las fortificaciones le permiten a una fuerza pequeña ser desproporcionadamente efectiva y también reducen el riesgo de un ataque sorpresa. Como tal, una pequeña fuerza puede operar de forma relativamente independiente: muchos castillos tenían guarniciones que se contaban en números de menos dos cifras. La mayoría de las fortificaciones de la era anterior a la pólvora no eran tomadas por asalto. La traición, la infiltración y el hambre eran los medios típicos para tomar los castillos.

La frecuencia y la naturaleza de las fortificaciones depende del panorama político y estratégico. En condiciones de fragmentación política significativa, habrá un gran número de castillos muy pequeños: la mayoría de los castillos albergando guarniciones que, como mucho, llegaban a dos dígitos. Básicamente, cada noble tenía un castillo, incluso si ese castillo era poco más que una casa ligeramente más grande con unos muros un poco más gruesos. La excepción a esto fueron los lugares donde grandes ejércitos organizados chocaban: las del Imperio Romano (“Bizantino”), varios califatos y sultanatos y órdenes santas. En tales casos, los castillos de piedra, grandes y fortificados eran frecuentes: algunos ejemplos son el Krak des Chevaliers, Angelokastro y Castillo de Korkyros, aunque en Europa Occidental habrían muchas torres de vigilancia en vez de un castillo (la diferencia está en su rol: las fortalezas y las torres de vigilancia son puestos militares de avanzada, mientras que los castillos son un lugar donde vive el noble y su familia; por tanto, los “castillos” bizantinos eran fuertes propiamente dichos). Los castillos en tales áreas también tenías guarniciones muy grandes: Krak des Chevaliers tenía una guarnición de 2.000 soldados. Para compararlo, el castillo Conwy en Gales, construido en el siglo XIII, tenía una guarnición típica de 30 soldados en 1284, pero para la guerra civil inglesa, la guarnición tenía un mínimo de 300 soldados. En 110, el castillo de Oswestry tuvo una guarnición de 5 soldados, así como la tuvieron Clun y Ruthin. El castillo de Shrewsbury tenía 2 soldados, y la guarnición de Brigdnorth tenía uno. En 1165, los castillos de Oswestry y Knockyn tenías guarniciones de 200 soldados como parte de la campaña de Herny II y en 1166, la guarnición en Oswestry se incrementó en 40 soldados. Entre 1168 y 1174, la guarnición era típicamente de 20 soldados. El castillo de Sterling en 1304 tuvo una guarnición de 30 soldados, la cual parecía ser la típica de la época.

La pólvora incrementó de manera significativa el costo de las fortificaciones básicas incluso si el costo de las fortificaciones de primer nivel no cambió demasiado (hasta que uno llega al siglo XIX y la artillería de retrocarga)., También disminuye de manera significativa la efectividad de las fortificaciones de primer nivel, especialmente a medida que avanzan las armas. Esto puede ser visto al comparar el tiempo de duración de los asedios antes y después de la introducción de armas de pólvora. En 626, Constantinopla sobrevivió a un asedio de dos meses. También puede haber sobrevivido un asedio entre 667-669, aunque ese asedio puede haber tenido interrupciones o ni siquiera haber sucedido. En 717-718 Constantinopla sobrevivió a un asedio de un año, seguido por el asedio de Rus en 860. Tomás el Eslavo también asedió la ciudad en 821 y 822. Leo Tornikos la asedió desde el 25-28 de septiembre de 1047. Los cruzados asediaron Constantinopla desde el 11 de julio hasta el 1ro de agosto de 1203, pero el emperador fue derrocado antes de que pudieran penetrar en la ciudad. Los cruzados capturaron la ciudad en unos pocos días en abril de 1204 al atacar las murallas marinas más débiles. Es probable que el asedio en 1235 fue un fracaso así como en 1260. El último se supone que ni siquiera fue un asedio, debido a que Miguel estaba confiando con una traición desde el interior; pero cuando el agente fue frustrado, podría o no haber intentado un asedio. El asedio otomano en 1411 no tuvo éxito. En 1422, a pesar de la aparición de los primeros cañones (falchons) el asedio que duró desde junio hasta septiembre fracasó. Pero un asedio de 53 días (6 de abril al 29 de mayo de 1453) tuvo éxito gracias a la artillería sofisticada desplegada por los otomanos.

Belgrado fue asediada desde abril a octubre de 1440, y del 4-22 de julio de 1456, sin éxito en ambas ocasiones. Sin embargo, para 1521, la ciudad fue tomada después de un asedio de siete días. Aun así, en 1688, después de una actualización de las fortificaciones, le tomaría todo un mes a la Liga Santa el tomar la ciudad. En 1717, después de que la ciudad fuera capturada por los otomanos gracias aun tiro afortunado que provocó la explosión de un almacén, Belgrado sería recapturada después de un mes de asedio. El asedio de Rodas en 1480 duró 2 meses y 3 semanas, pero debería hacerse notar que los otomanos irrumpieron en la ciudad y fueron expulsados.

Un rendimiento similar continuaría durante los siglos XVI y XVII. Durante el asedio de Malta, en 1565, ninguna de las fortificaciones duró más de un mes. El fuerte de San Elmo fue capturado en menos de 30 días, después de ser reducido por la artillería. Los turcos también asediaron los fuertes de San Miguel y Birgu entre el 7 y 21 de agosto, pero no tomaron ninguno debido a que estaban desmoralizados y no llegó ninguna ayuda antes de que pudieran hacerlo. El asedio de Viena también duró menos de dos meses, desde el 17 de julio hasta el 8 de septiembre; cuando terminó, excepto la línea más profunda de las defensas estratificadas de Viena habían sido penetradas, y la ciudad estaba enfrentando una caída inminente cuando llegó el ejército de ayuda.

Roma también es un ejemplo representativo. Antes de la era de la pólvora, los asedios de Roma duraron 5 meses (472, Ricimer, éxito), un año y diez días (537-538, Vitiges, fracaso), alrededor de un año (546, éxito; 549-550, Totila, éxito). En 1849, la ciudad fue capturada después de un asedio que duró menos de un mes. En 546, la ciudad perdió debido a una traición interna, debido a los miembros (isaurians)  de la guarnición abrieron las puertas de la ciudad para Totilla. Esta captura por traición fue, de hecho, una de las maneras más frecuentes y más exitosas en las cuales podía ser capturada una ciudad o castillo. Sin embargo, no era necesariamente la más rápida, debido a que en muchos casos tal traición era provocada por la desesperación de los defensores a medida que los suministros se agotaban. En el asedio de 546, Bessas, comandante de la guarnición de la ciudad, cometió un error importante al negarse a permitir que los civiles abandonaran la ciudad. Si hubiera hecho, habría extendido los suministros de su propia guarnición y también habría reducido la posibilidad de traición.

Para resumir:

  • Antes de la pólvora:
    • 472, Roma, 5 meses, triunfo.
    • 537, Roma, 1 año y 10 días, fracaso.
    • 546, Roma, ~1 año, triunfo.
    • 549, Roma, ~1 año, triunfo.
    • 626, Constantinopla, 2 meses, fracaso.
    • 717, Constantinopla, 1 año, fracaso.
    • 1047, Constantinopla, 4 días, fracaso.
    • 1203, Constantinopla, 20 días, fracaso.
    • 1204, Constantinopla, 2 días, triunfo (murallas marinas)
    • 1235, Constantinopla, desconocido, fracaso.
  • Pólvora:
    • 1422, Constantinopla,
    • 1440, Belgrado, 6 meses, fracaso.
    • 1453, Constantinopla, 2 meses, triunfo.
    • 1456, Belgrado, 18 días, fracaso.
    • 1521, Belgrado, 7 días, triunfo.
    • 1688, Belgrado, 2 meses, 6 días, triunfo.
    • 1717, Belgrado, 1 mes 1 día, triunfo.
    • 1739, Belgrado, 51 días, triunfo.
    • 1789, Belgrado, 23 días, triunfo.
    • 1849, Constantinopla,

Como puede verse, incluso para ciudades importantes, la proliferación de cañones avanzados significó que las fortificaciones se volvieron mucho menos efectivas. También se volvieron más caras y necesitadas de más fuerza humana (es decir, que la necesaria ventaja numérica del ejército atacante es reducida). Como resultado, el tamaño mínimo de las fortificaciones se incrementó y la ventaja pasó de los nobles hacia el estado, promoviendo así un gobierno centralizado y el desarrollo de ejércitos centralizados y profesionales. Básicamente, una vez que las armas de pólvora superaron la fase de infante, la sociedad feudal se volvió imposible de mantener debido a que el gobierno central podía aplastar fácilmente cualquier oposición. Este desarrollo permitió la creación de monarquías absolutas en la Europa Occidental. Sin embargo, el mismo imperio romano nunca experimentó el feudalismo al estilo de Europa Occidental, incluso durante el período bizantino, con la excepción de la ocupación latina después de 1204.

Sin embargo, el ataque directo no es la única manera de hacer caer una fortificación. Si puede ser removida la población local o convertida en hostil, la fortificación no será capaz de mantenerse a sí misma, o los suministros tendrán que venir desde lejos, poniendo una carga significativa en el poseedor de dicha fortaleza (especialmente si no puede ser reabastecido por mar o río). Esto puede ser vito como algo particularmente bueno en dos casos. Durante la conquista árabe del norte de África, muchas fortificaciones romanas fueron simplemente abandonadas, a medida que se volvían indefendibles después de las tribus bereber locales se convirtieran al islam. Más tarde, en las campañas otomanas en Croacia, muchos fuertes no fueron tomados por asedio, sino que simplemente habían sido abandonados debido a que el campo que las rodeaba fue devastado. Las fortificaciones claves fueron mantenidas, pero sólo con un gran esfuerzo: Jajce tenía que ser reabastecida de manera regular por verdaderos ejércitos. El más conocido de estos reabastecimientos fue hecho por el duque Krsto Frankapan, quien, liderando 6.000 tropas, rompió el asedio otomano y reabasteció la ciudad. Sin embargo, tal acercamiento necesita de un tiempo significativo.

Para el escritor de fantasía

La presencia y la naturaleza de las fortificaciones tiene implicaciones importantes en la naturaleza no sólo de la guerra en la ambientación, sino también en la naturaleza de la ambientación como tal. Como ya se señaló en la introducción, la ambientación que usa la pólvora de manera regular tendrá que hacer que las fortificaciones se adapten a ese hecho, a menos que se suponga que dichas fortificaciones sean puramente decorativas.

Más aún, a medida que el poder de las armas de asedio se incrementa, también lo hace el alcance y el precio de las mismas fortificaciones. Las armas de pólvora avanzadas, al nivel del siglo XVII al XVIII (y quizás incluso del XVI) requieren inmensas fortificaciones, docenas de metros de piedra y tierra. Incluso en los siglos XV y XVI, y quizás antes, las fortificaciones comenzaron siendo más densas pero todavía bajas. Todo esto significa que a menos que haya magia disponible para contrarrestar esta tendencia, una ambientación con un uso difundido de la artillería basada en la pólvora no puede ser de naturaleza feudal. Si quieres ambos, al feudalismo y la pólvora, debe haber acceso a fortificaciones reforzadas mágicamente para contrarrestar las armas de pólvora.

¿Qué piensas?

¿Qué fortificaciones hay en tu mundo? ¿Cómo son usadas y cuál es su impacto?

Referencias:

Para el impacto estratégicos de las fortificaciones en el mundo real, consulta:

  • Winter in the Land of Rum: Komnenian Defences Against the Turks in Western Anatolia.
  • Povijest Ljudskog Roda – Srednjovjekovni Dvorci.
  • Haldon, John – The Empire That Would Not Die – The Paradox of Eastern Roman Survival, 640 – 740, Harvard University Press, Cambridge, Massachussetts, London, England, 2016.
  • Birkenmeier, John W. – The Development of the Komnenian Army 1081 – 1180, Brill, Leiden – Boston – Koln, 2002.

Sobre el autor:

Toni Šušnjar es un historiador aficionado y un entusiasta de la fantasía con un interés particular en la historia antigua y medieval, así como también en la alta fantasía y medieval. También escribe el blog Military Fantasy. Puedes seguirlo su página de Facebook Military Fantasy.

Traductor: José Alejandro Cantallops Vázquez

Correctora: Marisol Cossío Fernández

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