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Comprar acciones a largo plazo: Invertir con vistas al futuro

Con carácter general, invertir en acciones a Largo Plazo suele ser la opción más recomendable para la mayoría de personas. Es relativamente fácil de implementar, te permite ahorrar costes y el potencial de rentabilidad puede ser muy alto.

De hecho, yo misma tengo algunas acciones en cartera desde hace más de 10 años.

Por ello, en este artículo te explicaré en qué consiste esta estrategia de inversión, cuáles son sus ventajas y qué tipos de activos son los más indicados para ponerla en práctica.

¿Qué significa invertir a largo plazo?

Antes de nada, es importante aclarar qué se entiende por comprar acciones a Largo Plazo.

Básicamente, entendemos por inversión a largo plazo aquella que tiene un horizonte temporal mayor a un año.

No obstante, hay quienes hacen una distinción adicional, como es mi caso:

  • Inversión a medio plazo: más de 1 año y menos de 5.
  • Inversión a largo plazo: a partir de 5 años.

En cualquier caso, no existe un consenso absoluto y 100 % objetivo sobre el plazo concreto a partir del cual se considera que una inversión es a largo plazo.

En última instancia, más que plazos concretos, cuando compramos acciones para invertir a largo plazo, lo que subyace es una estrategia o filosofía de inversión en la que adquirimos activos de calidad sin plantearnos una venta en el corto plazo.

¿Son rentables las inversiones a largo plazo?

Como es lógico, la rentabilidad de una inversión no depende únicamente de su horizonte temporal. Por tanto, puede haber inversiones a largo plazo rentables o no rentables.

Ahora bien, comprando activos de calidad, el tiempo suele jugar a nuestro favor.

En este sentido, el factor temporal actúa como una especie de multiplicador, tanto en las ganancias como en las pérdidas.

Por eso, cuando detectamos que una inversión es errónea, lo mejor es deshacerla lo antes posible, para cortar las pérdidas. Por el contrario, si es acertada, lo mejor es dejar correr las ganancias.

En el siguiente apartado te explico las razones concretas por las que el tiempo puede ser tu mejor aliado a la hora de invertir en acciones o en otro tipo de activos.

¿Qué es mejor: invertir a corto o largo plazo?

Según mi experiencia, invertir en acciones a largo plazo es la opción más recomendable para la mayoría de personas, debido a las siguientes razones fundamentales:

➡️ #1. Huir del «ruido» del mercado y aprovechar las grandes tendencias

Benjamin Graham, uno de los mejores inversores de la historia y padre del value investing, acuñó en su libro «El inversor inteligente» la famosa alegoría de Mr. Market.

Básicamente, compara la bolsa con un «maniaco-depresivo», que tiene continuos y bruscos cambios de humor, que se reflejan en rápidas subidas y bajadas de los valores, sin razones de peso que las motiven.

Por tanto, considera que el inversor debería abstraerse de esas oscilaciones del corto plazo, que solo generan estrés e incertidumbre, y tratar de ver el valor intrínseco de los activos con la vista puesta en el largo plazo.

De este modo, en dicho horizonte temporal, los mercados tienden a estabilizarse en una senda ascendente que está perfectamente documentada, más allá de los distintos ciclos económicos que se vayan sucediendo.

Como muestra, te dejo un dato que luego ampliaremos: el S&P 500 ha acumulado una rentabilidad del 15.484,99% en los últimos 50 años.

➡️ #2. Beneficiarse del interés compuesto

Si vas reinvirtiendo los rendimientos de tu inversión (por ejemplo, los dividendos), podrás ver cómo actúa la llamada «magia» del interés compuesto.

En pocas palabras, esto significa que los rendimientos se van capitalizando, de modo que tu inversión puede crecer exponencialmente, de una forma tanto más notable cuanto mayor sea el horizonte temporal. Así, el tiempo va a ser el factor clave para percibir sus efectos.

➡️ #3. Ahorrar costes e impuestos

Como sabes, invertir en acciones conlleva el pago de determinadas comisiones del bróker, cánones de bolsa, etc.

Además, cada vez que vendas acciones con beneficios, tendrás que pagar impuestos.

En consecuencia, si operas pocas veces y mantienes tus acciones en cartera a largo plazo, puedes llegar a ahorrar mucho dinero. Esto puede reflejarse en una diferencia significativa en la rentabilidad final de tu inversión.

Rentabilidad de las inversiones en acciones a largo plazo

Para que te hagas una idea de la rentabilidad de las acciones a largo plazo, te voy a mostrar datos del índice bursátil más importante del mundo: el S&P 500, que agrupa las 500 acciones más importantes de la bolsa estadounidense.

Rentabilidad del S&P 500 entre 1973 y 2023 (50 años):

  • Rentabilidad total con reinversión de dividendos: 15.484,99% o un 10.63% anual de media.
  • Rentabilidad ajustada por inflación: 2.148,84% (6,42% de media anual).

Si tomamos un periodo de 100 años, los resultados serían muy similares, rondando el 10% anual de media, o algo más del 6% si ajustamos por inflación.

Rentabilidad histórica del S&P 500 (fuente: https://www.macrotrends.net/2324/sp-500-historical-chart-data)

Por tanto, los efectos de todas las grandes crisis vividas en los mercados (crack de 1929, crisis energética de los años 70, crisis de las subprime de 2008, etc.) se diluyen en una gran tendencia ascendente a largo plazo.

Claves para conseguir la máxima rentabilidad a largo plazo

Aunque la inversión en acciones a largo plazo es fácil de implementar, hay ciertos aspectos que debes tener muy en cuenta:

➡️ #1. Elegir activos de calidad

Sin duda, es un factor clave para que la estrategia sea exitosa. En este sentido, si el negocio es de baja calidad, el tiempo no hará más que acrecentar las pérdidas.

Por tanto, es importante elegir empresas que:

  • Cuenten con alguna ventaja competitiva respecto de las demás. Por ejemplo: una marca reconocida, patentes exclusivas, acceso a materias primas en mejores condiciones, una cartera de clientes fieles, etc.
  • Tengan una situación financiera saneada y estén bien gestionadas.
  • Dispongan de un negocio sostenible a largo plazo, con capacidad de crecimiento.

Indudablemente, este proceso de selección puede ser difícil, requerir tiempo y exigir conocimientos especializados.

Sin embargo, si en lugar de invertir en acciones individuales optamos por fondos o ETF, todo será más sencillo, como ahora veremos.

➡️ #2. Diversificar

Por muy buena labor que se haga en la selección de las mejores acciones para invertir a largo plazo, existen tantos factores difícilmente previsibles, que siempre existe la posibilidad de que alguna empresa quiebre o acumule pérdidas año tras año.

Por este motivo, es fundamental diversificar nuestra cartera de forma adecuada, tal y como aconsejan Graham, Buffett y tantos otros inversores exitosos.

Así, se debería diversificar en distintas empresas, sectores, mercados, áreas geográficas, divisas, etc.

Sin embargo, una cartera muy diversificada puede ser difícil de gestionar, sobre todo para inversores poco experimentados o que no se dediquen íntegramente a administrar su patrimonio.

Por suerte, tenemos una magnífica alternativa: los ETF o fondos indexados.

En pocas palabras, se trata de productos financieros que te permiten invertir en un gran conjunto de acciones, adquiriendo participaciones en dicho fondo o ETF.

Así, por ejemplo, un ETF referenciado al S&P 500 te permite invertir simultáneamente en las 500 acciones que componen dicho índice. De este modo, incluso con solo unas decenas o centenares de euros, dispondrás ya de una cartera representativa de las mejores empresas del mundo.

Por el contrario, invertir de forma directa en acciones de cada una de esas compañías sería inviable en la práctica.

Mi estrategia ARALP (Alto Rendimiento en Bolsa a Largo Plazo) se basa, precisamente, en la utilización de este tipo de activos diversificados.

➡️ #3. Invertir en empresas que repartan dividendos

Sin duda, invertir en acciones que reparten dividendos puede ser una magnífica opción si tienes un horizonte temporal de largo plazo.

Así, las empresas de mejor calidad suelen ir incrementando los dividendos de forma periódica, con lo que podrás contar con ingresos crecientes año a año.

Esto puede ser muy motivador, al generarte ingresos pasivos desde el primer momento, que podrás ir reinvirtiendo para hacer crecer tu cartera de forma exponencial, como veremos en el siguiente apartado.

Si te interesa este tipo de estrategia de inversión, en mi curso de inversión en dividendos puedes aprender a ponerla en práctica paso a paso.

➡️ #4. Hacer aportaciones periódicas y reinvertir los dividendos

Efectivamente, para poner en marcha la «bola de nieve» y beneficiarte del interés compuesto, es muy recomendable que reinviertas los dividendos que genere tu cartera y que vayas haciendo aportaciones periódicas procedentes de tu ahorro.

Además, el hecho de comprar periódicamente hará que tus precios medios de entrada se vayan estabilizando en el largo plazo, con independencia de la situación del mercado en cada momento.

Existen también herramientas automatizadas, llamadas robo advisors, que facilitan enormemente la gestión de carteras. Así, asignan automáticamente las nuevas aportaciones que vayas realizado, rebalanceando tu cartera de la forma que consideren óptima.

En España, los robo advisors más conocidos son Indexa Capital e InbestMe.

Diferencias con otros tipos de inversión

Como has podido ver, existen dos grandes diferencias entre la inversión a largo plazo y la que se enfoca en el corto plazo:

  • Horizonte temporal: es el rasgo más distintivo. Como decíamos, consideramos que para invertir en acciones a largo plazo deberíamos mantenerlas en cartera al menos entre 3 y 5 años (o incluso más).
  • Filosofía de inversión: se trata de encontrar negocios de calidad, sostenibles en el tiempo, bien gestionados y con buenas perspectivas de futuro. Por tanto, el objetivo no es especular con los movimientos del mercado a corto plazo, sino confiar en el valor intrínseco del negocio a futuro.

Como consecuencia de este tipo de enfoque, nos encontramos con otra diferencia adicional: esta suele ser una estrategia que genera menos estrés en el inversor, exigiendo también un menor esfuerzo de gestión.

Tipos de inversión a largo plazo

Aunque ya hemos mencionado algunos activos, veamos cuáles son los principales tipos de inversión a largo plazo que puedes realizar:

➡️ #1. Acciones y bolsa de valores

Para mí, es una de las opciones más interesantes, debido a los siguientes factores:

  • Gran potencial de rentabilidad a largo plazo.
  • Facilidad de diversificación.
  • Facilidad de gestión.
  • Costes reducidos.
  • Protección frente a la inflación.

Aunque pueda ser difícil saber cuáles son las mejores acciones a largo plazo, los fondos o ETF indexados nos permiten superar este inconveniente de forma sencilla.

➡️ #2. Renta fija

La inversión en renta fija puede ser un buen complemento de tu cartera de renta variable.

Dependiendo de tu edad, situación y perfil de riesgo, podrás dedicarle un mayor o menor porcentaje de tu patrimonio total.

Si quieres conocer tu perfil de riesgo, puedes realizar este sencillo test gratuito.

➡️ #3. Inversión inmobiliaria o en bienes raíces

La inversión inmobiliaria es un clásico dentro del enfoque de inversión a largo plazo, ya que requiere un plazo razonable para obtener una rentabilidad sustancial (ya sea a través del alquiler o con la venta del activo).

Productos como los REITs o SOCIMIs, o el crowdfunding inmobiliario, te permiten acceder a este sector evitando algunos de los inconvenientes de la inversión directa en inmuebles (como el elevado capital que suele requerir).

➡️ #4. Otras inversiones a largo plazo

Las inversiones alternativas, como el oro, plata y otros metales preciosos, el arte o el whisky, pueden ser un buen complemento para una cartera enfocada en el largo plazo.

Incluso las criptomonedas más sólidas pueden tener su hueco en una cartera a largo plazo.

También desarrollar un negocio propio o invertir en negocios de otras personas podría ser interesante si tienes un horizonte a largo plazo y los conocimientos necesarios para llevarlo a cabo.

Conclusión: ¿cuáles son las mejores inversiones a largo plazo?

En definitiva, considero que, para la mayoría de personas, es preferible orientarse hacia el largo plazo a la hora de invertir. El trading o la operativa intradía suele ser demasiado arriesgada, estresante y costosa para perfiles no profesionales.

En cuanto a la pregunta concreta de cuál es la mejor inversión a largo plazo, yo me inclinaría por las acciones, a través de aportaciones periódicas a uno o varios ETFs o fondos indexados.

Adicionalmente, puedes complementar tu cartera con alguna de las otras categorías de activos que acabamos de ver.

A mi modo de ver, esta es la opción que ofrece un mejor equilibrio entre riesgo, rentabilidad, coste y dificultad de gestión, para la mayoría de personas.

En cualquier caso, y como siempre, me encantará leer tu opinión en los comentarios.

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Hasta el próximo artículo, ¡Te deseo unas muy felices inversiones!



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