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Consigue tu libertad financiera invirtiendo en empresas que reparten dividendos

Alcanzar la Libertad Financiera con los Dividendos es una meta perfectamente alcanzable, aunque requiera constancia y esfuerzo. De hecho, este es un pilar importante de mi propia libertad financiera desde hace muchos años.

La razón es que contar con una fuente constante de ingresos pasivos periódicos es una de las mejores formas de caminar hacia la independencia Financiera o, al menos, disponer de un jugoso complemento a tus demás ingresos.

En este artículo te explicaré cómo puedes construir tu cartera de acciones que pagan dividendos y cuál es la mejor forma de gestionarla para lograr tus metas.

La importancia de los dividendos para la independencia financiera

A continuación, veremos los aspectos fundamentales que hacen que los dividendos sean una perfecta herramienta para lograr la libertad financiera, empezando por aclarar algunas definiciones básicas.

Si ya tienes experiencia invirtiendo, no te resultará difícil implementar las estrategias que voy a explicarte. En caso de ser principiante, verás que es bastante fácil comprender las bases y, poco a poco, empezar a ponerlas en práctica.

De todos modos, si no sabes cómo empezar a operar, dónde buscar información fiable o qué bróker elegir, aquí te explico cuáles son las mejores herramientas de inversión para mí.

➡️  #1. ¿Qué es la libertad financiera?

El primer concepto clave es el de independencia o libertad financiera.

Esencialmente, se trata de aquella situación en la que una persona consigue cubrir todos sus gastos sin necesidad de desarrollar ninguna actividad laboral. Para ello, debe contar con un patrimonio, activos u otro tipo de fuentes de ingresos pasivos que le proporcionen el dinero suficiente para hacer frente a su estilo de vida de forma indefinida.

Diversos investigadores del ámbito académico y expertos en inversión han analizado este tema para tratar de determinar una regla general que defina la situación de independencia financiera.

El más conocido es un estudio de la Trinity University (Texas) de 1998 que (en pocas palabras) concluyó que, partiendo de un determinado patrimonio compuesto por acciones y bonos, si pudieses vivir retirando el 4% del total cada año, serías financieramente independiente.

De ahí que este enfoque se conozca también como la regla del 4%, que marcaría la «tasa de reembolso segura» o safe withdrawal rate (SWR).

Otra forma de expresarlo es la siguiente: si multiplicas tus gastos anuales por 25, hallarás la cifra que debes tener invertida para considerarte financieramente libre.

Por ejemplo, si prevés unos gastos de 25.000 € al año, necesitarías un patrimonio invertido de 625.000 € (25.000 x 25).

El razonamiento que fundamenta este estudio es que las inversiones se revalorizan (de media e históricamente) lo suficiente como para que la cartera no se agote al retirar el 4% anual, al menos en períodos de unos 30 – 40 años.

Otros expertos consideran que sería más seguro fijar esa tasa de reembolso ligeramente por debajo del 4% y, en cualquier caso, estar preparado para modificar el plan en caso de ser necesario.

De todos modos, hay que tener muy claro que la libertad financiera no es un «todo o nada».

Así, es algo que se va construyendo poco a poco y que ya se puede disfrutar en diversas etapas, sobre todo si lo enfocamos a la inversión en dividendos, como veremos a continuación.

➡️  #2. ¿Qué son los dividendos?

Como sabes, los dividendos son una parte de los beneficios de la empresa que esta decide repartir a sus accionistas. Como tales, son un perfecto ejemplo de ingresos pasivos y una magnífica herramienta para alcanzar la libertad financiera.

Por supuesto, no todas las compañías distribuyen dividendos y, las que lo hacen, pueden destinar importes muy distintos a esta finalidad.

Veamos tres ejemplos:

  • Johnson & Johnson reparte un dividendo anual de 4,52 $ por cada acción que poseas.
  • 3M ofrece un dividendo de 6 $ al año por cada acción.
  • Amazon no reparte dividendos actualmente.

En cualquier caso, el hecho de distribuir dividendos elevados, por sí solo, no quiere decir que la compañía sea una buena inversión, como luego te explicaré.

➡️  #3. Cómo los dividendos te pueden ayudar a alcanzar la independencia financiera

Efectivamente, comprar acciones que dan dividendos es una opción muy interesante para caminar hacia la libertad financiera. Los principales motivos son los siguientes:

  • Ingresos pasivos recurrentes: cobrarás los dividendos de forma periódica, por el simple hecho de ser propietario de las acciones correspondientes.
  • Conservación del patrimonio: con una cartera suficientemente amplia, podrías llegar a vivir únicamente de estos ingresos, sin necesidad de vender parte de tus activos cada año.
  • Estabilidad: las mejores empresas de dividendos suelen ser más sólidas y estables que las llamadas «de crecimiento». Por tanto, sus cotizaciones se moverán de forma más pausada, por lo que son ideales para situaciones de independencia financiera.
  • Progresividad y motivación: sin duda, el hecho de cobrar tu primer dividendo te supondrá una satisfacción personal que te ayudará a mantener la motivación durante todo el proceso. Además, podrás ir disfrutando de las diversas etapas, sin ver el camino como un sacrificio. Así, por ejemplo, al principio los dividendos pueden «regalarte» la oportunidad de salir a cenar una vez al mes. Luego podrían cubrir el pago de tu vivienda y, con el tiempo, si tienes paciencia y haces las cosas bien, alcanzar la libertad financiera.

Veamos, por tanto, cómo puedes diseñar una estrategia de inversión práctica y sencilla para construir tu libertad financiera gracias a los dividendos.

Claves para lograr la libertad financiera con dividendos

Según mi experiencia personal, estas son las claves para tener éxito a la hora de invertir en acciones de dividendos y, eventualmente, alcanzar la libertad financiera:

➡️  #1. Capital inicial y aportaciones periódicas

Sin duda, para comenzar a construir tu cartera de acciones debes disponer de cierto capital de partida.

No es necesario que sea mucho, pero sí es fundamental que puedas ir haciendo aportaciones periódicas para realizar nuevas compras que hagan crecer tu cartera.

Como ya te he contado en muchas ocasiones, ahorrar e invertir van de la mano en estos casos. Por tanto, es imprescindible que aprendas a controlar tus gastos (y aumentar tus ingresos, si te fuese posible) y que «te pagues a ti primero».

De este modo, en lugar de destinar al ahorro e inversión lo que te «sobre» a final de mes, procura separar un cierto importe en cuanto recibas los ingresos de tu trabajo a principios de mes. Por supuesto, lo ideal es que ese importe sea cada vez un poco más elevado.

En cualquier caso, la constancia es clave para cualquier estrategia de inversión en dividendos, y uno de los principales hábitos para alcanzar la libertad financiera.

➡️  #2. Cómo elegir las acciones de dividendos

Hacer una buena selección de acciones es uno de los pilares más importantes para construir una cartera sólida que pueda ser la base de tu libertad financiera.

En este sentido, algunos de los factores a tener en cuenta son los siguientes:

  • Busca empresas de calidad: solo las empresas con finanzas saneadas, un negocio sólido y buenos gestores, pueden seguir repartiendo dividendos en el largo plazo.
  • Diversifica: construye tu cartera con empresas de distintos sectores, países, monedas, mercados, etc. Por ejemplo, no sería prudente formar tu patrimonio únicamente con acciones españolas o limitarte a acumular participaciones en tan solo 3 o 4 compañías.
  • Rentabilidad: en principio, las empresas que reparten dividendos elevados suelen resultarnos más atractivas, ya que nos proporcionan mayores ingresos pasivos a igualdad de inversión. De este modo, podríamos decantarnos antes por una compañía cuya rentabilidad por dividendo fuese del 10% que por otra que solo ofrezca el 3%. Sin embargo, esto puede llegar a ser peligroso, por lo que debemos matizarlo con los dos criterios siguientes.
  • Dividendos sostenibles: es imprescindible priorizar aquellas empresas que creamos que pueden sostener el pago de dividendos a medio y largo plazo. Recuerda que se trata de construir una cartera sólida y con visión de futuro, que pueda sostener nuestros gastos indefinidamente.
  • Dividendos crecientes: sin duda, lo ideal es que los dividendos vayan creciendo a lo largo del tiempo. Por eso es preferible comprar acciones que ofrezcan una rentabilidad moderada, pero que tengan un historial de muchos años incrementando el dividendo. Esto es lo que sucede, por ejemplo, con los llamados «aristócratas del dividendo», que son un grupo de compañías del S&P 500 que llevan al menos 25 años aumentando sus dividendos ininterrumpidamente.

Solo teniendo en cuenta estos cinco criterios, ya puedes empezar a construir una cartera de acciones sólida que te dará muchas opciones de alcanzar la libertad financiera.

➡️  #3. Reinvierte los dividendos para hacer crecer la bola de nieve

Como te decía, tener una visión de medio y largo plazo es imprescindible para plantearse la posibilidad de ser financieramente independiente con base en los dividendos.

En ese camino, debes «alimentar» tu cartera de forma periódica y constante, a través de dos vías principales:

  • Hacer nuevas aportaciones provenientes de tu ahorro mensual.
  • Reinvertir los dividendos cobrados. Si destinas todo o parte de los dividendos que vayas percibiendo a comprar nuevas acciones, verás cómo tu cartera empieza a crecer de forma mucho más acusada.

Este es el llamado «efecto bola de nieve».

Y es que reinvertir los dividendos no es más que una forma de capitalizar los rendimientos obtenidos para que generen mayores rendimientos, de modo que tu patrimonio puede llegar a crecer exponencialmente, gracias a la magia del interés compuesto.

En este sentido, es especialmente interesante aprovechar las bajadas de cotización para comprar más acciones, siempre que la empresa siga cumpliendo tus criterios de calidad (y el dividendo sea sostenible).

Se trata, así, de adquirir una fuente de ingresos pasivos a precio de saldo.

Te lo explico mejor con un ejemplo:

Imagínate una acción que cotiza a 100 € y paga un dividendo anual de 4 €. Por tanto, la rentabilidad sería del 4%.

Meses después, la cotización desciende hasta los 70 €. En consecuencia, esos 4 € de dividendo anual ahora representan una rentabilidad del 5,71%.

➡️  #4. Disfruta del camino

La meta de alcanzar la libertad financiera gracias a los dividendos pierde gran parte de su sentido si el proceso se ve como un sacrificio lleno de privaciones o, incluso, sufrimiento.

Lógicamente, ahorrar e invertir requiere esfuerzo, disciplina y constancia, pero esto no te debería impedir disfrutar del camino. Ello es debido a que siempre hay que procurar un cierto equilibrio entre presente y futuro, también en el aspecto financiero.

Por tanto:

  • Trata de que tu esfuerzo sea sostenible: si te exiges demasiado o te comprometes a privaciones excesivas, lo más probable es que acabes tirando la toalla a los pocos meses o años. Por tanto, ahorra e invierte dentro de tus posibilidades. Como explico en mi libro «Inversión – Claves Para Alcanzar La Libertad Financiera», la constancia y el tiempo son los mejores aliados del interés compuesto. 
  • Disfruta de tus dividendos: aunque he insistido en la recomendación de reinvertir los dividendos percibidos (al menos en parte), te animo a que también aprendas a disfrutar de esos ingresos pasivos a lo largo del camino. Por ejemplo, puedes destinar parte de los dividendos a comprar un pequeño regalo para ti o para otra persona, pagar unas vacaciones, etc.

Compaginar este disfrute presente con la disciplina del ahorro y la inversión no tiene por qué ser difícil. Lo que está claro es que será un punto de equilibrio diferente para cada persona, en función de su personalidad, situación financiera, estilo de vida, ambición y compromisos familiares.

[Conclusión] Los dividendos son una opción realista para la libertad financiera

Como te decía al inicio, a través de mi experiencia personal, pero también por la de otros muchos inversores, he podido comprobar que es posible alcanzar la libertad financiera gracias a los dividendos.

El camino no es fácil, pero sí bastante simple. Basta con:

  • Tener una buena disciplina de ahorro.
  • Invertir de forma recurrente en empresas de calidad.
  • Dejar transcurrir el tiempo.

En el peor de los casos, podrás disfrutar de una fuente de ingresos periódicos para cubrir parte de tus gastos o contar con un jugoso complemento para tu jubilación. Sin embargo, si tienes éxito, podrás lograr la independencia financiera, quizás antes de lo que te imaginas.

Como siempre, me encantará leer tu opinión en los comentarios.

Hasta el próximo artículo, ¡Te deseo unas muy felices inversiones!



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