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Cómo comprar acciones que den dividendos: Tu guía para ganar dinero

Sin duda, comprar Acciones y recibir Dividendos es una de las estrategias de inversión más atractivas para un gran número de personas, de todo tipo de perfiles.

La razón es que la posibilidad de contar con una fuente de ingresos pasivos que, además, puede revalorizarse a lo largo del tiempo, ofrece numerosas ventajas frente a otros enfoques de inversión, aunque también pueda tener ciertos inconvenientes.

Por tanto, en este artículo, te explicaré las claves de esta estrategia, desde los conceptos básicos hasta la mejor forma de comprar acciones que den dividendos.

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¿Por qué debes invertir en dividendos?

Efectivamente, comprar acciones que pagan dividendos es una estrategia de inversión clásica que siempre ha contado con muchos adeptos y que resulta sumamente atractiva.

Te explico sus principales ventajas:

➡️  #1. Es relativamente sencilla de implementar

Aunque requiera un poco más de esfuerzo que otras estrategias, la inversión en dividendos es relativamente fácil de gestionar, sobre todo si tienes un enfoque a largo plazo (que es lo más recomendable).

Así, basta con centrarse en una cartera no demasiado amplia, aunque sí bien diversificada, de acciones de alta calidad compradas a precios razonables.

Más abajo te explicaré cuáles son las claves para elegir estas acciones con las mayores probabilidades de éxito.

➡️  #2. Permite generar ingresos pasivos y crecientes

Como te decía en la introducción, uno de los aspectos más atractivos de la compra de acciones que pagan dividendos es que permite a los inversores recibir ingresos de manera recurrente y pasiva.

De este modo, por el simple hecho de ser titular de este tipo de acciones, vas a percibir periódicamente el importe de los dividendos que la empresa haya decidido repartir.

Esto puede producirse entre una y cuatro veces al año, como norma general, dependiendo de la compañía de que se trate. Así, por ejemplo, en el ámbito español, lo más habitual es que haya un único reparto de dividendos al año. Sin embargo, en Estados Unidos, lo común es el reparto trimestral.

Por otra parte, las empresas de mayor calidad suelen tener una política de dividendos crecientes. Esto quiere decir que, de forma regular, van incrementando la cuantía del dividendo a repartir entre los accionistas. De este modo, tus ingresos no solo serán pasivos, sino también crecientes.

➡️  #3. Beneficiarse del interés compuesto

Como sabes, el interés compuesto consiste en percibir un rendimiento económico tanto por el capital inicial aportado como por los intereses generados anteriormente.

Esto se traduce en un efecto «bola de nieve» que puede tener un enorme impacto en tu cartera.

De ahí que yo sea una gran defensora de la reinversión de los dividendos. Por tanto, a medida que vayas cobrando dividendos, puedes destinar ese dinero a la compra de nuevas acciones de las mismas empresas, haciendo crecer tu cartera poco a poco.

De este modo, al poseer cada vez más acciones, mayores serán los dividendos que se generarán en los años siguientes, creciendo exponencialmente a un ritmo cada vez más rápido.

Este efecto será tanto más potente cuanto más tiempo mantengas las acciones en cartera.

➡️  #4. Beneficio doble: dividendos y apreciación

Al invertir en acciones que reparten dividendos, tienes la posibilidad de generar un doble beneficio con tu cartera de inversión:

  • Los propios dividendos: es decir, la parte de los beneficios empresariales que la compañía decide distribuir entre sus accionistas.
  • La posible plusvalía: con carácter general y a la vista de los datos históricos, el precio de las acciones de empresas de calidad tiende a subir a lo largo de los años. Por tanto, tu cartera tendrá muchas probabilidades de ir aumentando de valor con el paso del tiempo, generándose una plusvalía latente que podrías materializar el día que decidas vender las acciones.

De este modo, lo ideal es que inviertas en empresas que no solo repartan buenos dividendos, sino que estén infravaloradas, para poder obtener esas eventuales revalorizaciones.

➡️  #5. Volatilidad baja o moderada

Con carácter general, las empresas de calidad que reparten dividendos sostenibles suelen ser menos volátiles que otras compañías. Es decir, sus cotizaciones suelen moverse de forma menos brusca, ofreciendo una mayor estabilidad a largo plazo y comportándose mejor en épocas de crisis.

Esto se debe a que, por norma general, se trata de empresas más maduras y consolidadas, que tienen a sus espaldas una trayectoria muy sólida.

Por contra, las compañías menos sólidas, más vulnerables a las crisis y con mayor volatilidad, difícilmente podrán ofrecer un historial de dividendos creciente y sostenible a lo largo de los años.

➡️  #6. Te protege frente a la inflación

La inversión en dividendos es una buena opción para combatir los efectos de la inflación.

De este modo, cuando esta se mantienen en niveles normales (en torno al 2 – 3% anual), es relativamente fácil obtener una rentabilidad por dividendos superior a esas cifras, de modo que tu dinero no estaría devaluándose en términos reales.

Si, además, inviertes en empresas con dividendos crecientes, conseguirás que tu rentabilidad vaya creciendo con el tiempo, a pesar de la inflación.

➡️  #7. Retornos positivos en mercados bajistas

Incluso cuando las bolsas bajan, la mayoría de las empresas de dividendos (o, al menos, las realmente sólidas) continuarán distribuyéndolos a sus accionistas.

Esto te ayudará a compensar las posibles pérdidas (aunque sean todavía latentes) que experimentes por la caída en las cotizaciones.

Además, si tu estrategia es realmente de largo plazo, las épocas de bajadas son perfectas para adquirir nuevas acciones a precios más atractivos, aumentando el rendimiento que podrás obtener por los futuros dividendos.

Desventajas de comprar acciones por dividendos

Aunque comprar acciones que den dividendos es una estrategia muy atractiva, no podemos pasar por alto ciertas desventajas que hay que tener muy en cuenta:

  • Riesgo de elegir mal las empresas: si te guías únicamente por la rentabilidad por dividendos, corres el riesgo de elegir empresas que no sean lo suficientemente sólidas y que, por tanto, acaben recortando o eliminado el dividendo en el futuro. Además, también es posible que las continuas caídas en la cotización acaben siendo muy superiores a los dividendos que puedas haber obtenido.
  • Cambios en las políticas de dividendos: incluso si haces bien los «deberes» a la hora de elegir tus inversiones, puede haber recortes o suspensiones de los dividendos, ya sean permanentes o temporales.
  • Rentabilidad limitada: estas empresas no suelen ser las que más se revalorizan, con carácter general, incluso teniendo en cuenta el rendimiento por dividendos. De este modo, existen estrategias de inversión que pueden llegar a conseguir rentabilidades superiores (aunque tengan otros inconvenientes como, por ejemplo, un riesgo quizás algo más elevado).
  • Fiscalidad: cada vez que cobres dividendos, tendrás que pagar los impuestos correspondientes aunque no retires los fondos de tu cuenta del bróker, por lo que tu rentabilidad neta puede verse mermada. Por su importancia, dedico el penúltimo apartado de este artículo a explicar más a fondo el tema de la fiscalidad de los dividendos.

En cualquier caso, si se construye una cartera sólida y bien diversificada, las ventajas de comprar acciones que den dividendos son muy superiores a las desventajas.

¿Qué tipos de dividendos ofrecen las empresas?

Brevemente, te comento los principales tipos de dividendos que puede ofrecer una empresa. Tienes más detalles en el artículo que dediqué a explicar qué son los dividendos.

➡️  #1. Dividendo a cuenta

Es el dividendo que se paga a los accionistas antes de que la empresa finalice el ejercicio fiscal, como una especie de «adelanto» del que correspondería en ese momento.

➡️  #2. Dividendo complementario

Es el que se añade al entregado a cuenta, una vez aprobada, la cantidad definitiva que se va a repartir en concepto de dividendo al cerrar el ejercicio.

➡️  #3. Dividendo extraordinario

El dividendo extraordinario es aquel que la empresa decide repartir, al margen del calendario previsto, cuando logra mayores beneficios de los esperados.

➡️  #4. Scrip dividend

Es aquel dividendo que no se cobra directamente en efectivo, sino en nuevas acciones de la compañía o (en algunos casos) en derechos de adquisición de dichas acciones. Estos derechos pueden llegar a venderse, percibiendo dinero en efectivo.

En principio, mi recomendación es priorizar aquellas empresas que reparten dividendos en efectivo, y no scrip dividends.

¿Qué rentabilidad puedo esperar al invertir en dividendos?

Aunque es difícil generalizar, la mayoría de las empresas que pagan dividendos sostenibles a largo plazo suelen moverse en torno al 3% – 10% de rentabilidad anual, aunque las hay que superan esas cifras ampliamente.

En cualquier caso, para calcular la rentabilidad de una inversión en acciones que reparten dividendos, hay ciertos conceptos clave que debes tener claros:

➡️  #1. Pay-out

El llamado «pay-out» es un ratio que indica qué porcentaje de los beneficios de una empresa se destina al reparto de dividendos.

Por tanto, es un indicador muy relevante para estimar si los dividendos son razonables y sostenibles en el tiempo o si, por el contrario, podrían llegar a ser insostenibles.

Sin embargo, no es el único factor a tener en cuenta.

Por ejemplo, aunque Coca-Cola tiene un ratio de pay-out bastante alto (próximo al 75%), lo cierto es que lleva 62 años subiendo el dividendo ininterrumpidamente, lo que es un síntoma de su solidez.

Además, como luego veremos, su rentabilidad por dividendo (comparada con el precio de cotización) es muy razonable.

➡️  #2. Dividendo por Acción (DPA)

El dividendo por acción o DPA es, simplemente, el importe de dividendos que corresponde por la titularidad de cada una de las acciones de la empresa.

Así, para calcularlo, basta con dividir el importe de los beneficios que la empresa va a repartir como dividendos, entre el número total de acciones de la compañía.

Esta es la cifra que te encontrarás cuando busques información financiera sobre las acciones de cualquier empresa. Por ejemplo, el DPA de Coca-Cola en 2022 fue de 1,76 $. Por tanto, por cada acción de esta empresa que poseyeses, percibirías 1,76 dólares brutos al año en concepto de dividendos.

➡️  #3. Rentabilidad por dividendo

Finalmente, la rentabilidad por dividendo en sentido estricto se calcula dividiendo el importe de los dividendos a percibir por acción, entre el precio de dicha acción.

Por ejemplo, siguiendo con el caso anterior, si suponemos que Coca-Cola cotiza a 60 $ en un momento dado, tendríamos que su rentabilidad por dividendo sería 1,76/60 = 2,93%.

No obstante, para calcular esta rentabilidad, nos encontramos con dos posibilidades:

  • Tomar como referencia la cotización actual: así calcularíamos el llamado dividend yield de la acción en un momento dado. Este es el número que verás en los buscadores de acciones.
  • Tomar como referencia nuestro precio de compra: este es el llamado yield on cost. De este modo, el porcentaje de rentabilidad por dividendo que estamos calculando sería más realista, ya que toma como referencia el importe que hemos invertido al adquirir las acciones. Así, por ejemplo, si hubiésemos adquirido Coca-Cola en su día a 50 $, nuestro yield on cost sería 1,76/50 = 3,52%.

De este modo, si compras las acciones a precios atractivos (por ejemplo, en períodos de bajadas), tu rentabilidad real puede ser mucho más elevada de la que indican los buscadores.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es el de la fecha ex dividend, que es aquella en la que debes ser propietario de las acciones para poder cobrar el siguiente dividendo. Así, cada empresa toma como referencia ciertas fechas (anteriores al día del reparto) para computar qué accionistas tienen derecho a percibir los dividendos que se van a distribuir.

¿Qué puedo obtener de invertir en acciones que den dividendos?

Aunque ya he apuntado algunos aspectos en apartados anteriores, la inversión en acciones que reparten dividendos puede proporcionarte:

  • Ingresos pasivos recurrentes: el reparto de dividendos periódicos es, sin duda, el gran atractivo de estas acciones. Además, como ya hemos dicho, si reinviertes los dividendos percibidos, puedes generar cada vez mayores rentabilidades y hacer crecer tu cartera exponencialmente. De hecho, si escoges bien las acciones, puedes recibir ingresos pasivos de la bolsa todos los meses.
  • Plusvalías latentes: si eliges acciones de calidad, es muy probable que, a medio y largo plazo, su cotización vaya aumentando, generándote una plusvalía latente que podrías materializar si quisieses venderlas.
  • Estabilidad: las compañías que reparten dividendos suelen tener un comportamiento mucho más estable y menos volátil que otros tipos de empresas. Por tanto, si valoras la seguridad y tranquilidad de tus inversiones, este tipo de acciones pueden ser muy adecuadas para ti (aunque el riesgo siga existiendo).
  • Beneficios en épocas bajistas: las compañías de mayor calidad suelen mantener el reparto de dividendos, incluso en épocas de crisis en las bolsas. Además, estas etapas pueden ser especialmente interesantes para adquirir nuevas acciones a precios rebajados, mejorando tu yield on cost.

Sin duda, son aspectos muy atractivos, a los que se añade la posibilidad de disponer de un dinero extra todos los meses para darse un capricho o, incluso mejor, prepararse para la jubilación de forma anticipada.

¿Cómo invertir en dividendos?

En sí, la mecánica para invertir en dividendos es realmente sencilla. Básicamente, existen dos opciones:

  • Comprar directamente las acciones: consiste en ir adquiriendo en bolsa acciones de aquellas empresas que más nos interesen, para construir una cartera sólida, estable y bien diversificada.
  • Adquirir un fondo o ETF especializado: existen fondos de inversión y ETF que se especializan en acciones que reparten dividendos. Por tanto, puedes adquirir participaciones en estos activos para invertir de una forma mucho más sencilla. Ten en cuenta que hay fondos «de reparto» (que reparten los dividendos en efectivo a sus partícipes) y «de acumulación» (donde los dividendos se quedan en el fondo, para ser reinvertidos).

A continuación, te explico algunos de los criterios más importantes para tener éxito en esta estrategia de inversión en acciones que pagan dividendos.

➡️ ¿Cómo elegir los activos y fondos de inversión para invertir en dividendos?

Para tener más probabilidades de acertar en la elección de las acciones que reparten dividendos, te recomiendo tener en cuenta estos factores:

  • Calidad de la empresa: por definición, si una empresa no está bien gestionada o no tiene los suficientes beneficios, difícilmente podrá ofrecer una buena rentabilidad por dividendo a lo largo del tiempo. El análisis fundamental puede ayudarnos a filtrar las mejores opciones.
  • Rentabilidad por dividendos: lógicamente, este dato es uno de los más importantes en esta estrategia. Por tanto, a igualdad de condiciones y dentro de un límite, priorizaríamos las empresas con mayor dividendo. No obstante, esto puede llegar a ser peligroso, por lo que debe matizarse con el siguiente criterio.
  • Dividendos sostenibles: aunque los dividendos puedan ser atractivos, debemos priorizar el hecho de que sean sostenibles a medio y largo plazo. Así, podemos encontrarnos con empresas con altísimos dividendos en un momento dado, pero que tienen muchas probabilidades de eliminarlos o rebajarlos en el futuro, por no poder sostenerlos con sus beneficios.
  • Dividendos crecientes: lo ideal es que los dividendos vayan creciendo a lo largo del tiempo. De hecho, las mejores empresas de dividendos son aquellas que, aunque su yield sea moderado, cuentan con una trayectoria de muchos años elevando el importe del dividendo ininterrumpidamente.

Por tanto, nunca escojas las empresas en las que vas a invertir únicamente porque distribuyan un elevado dividendo, pues si te dejas llevar por la codicia y no analizas detenidamente la acción, puedes llegar a perder más que si optaras por empresas más conservadoras pero con un mejor potencial de crecimiento.

En este sentido, existen listados que tienen en cuenta muchos de los criterios que acabamos de ver para hacer una selección de las empresas que reparten dividendos más sólidos y atractivos, en un determinado mercado bursátil.

El más destacado es el grupo de los llamados «aristócratas del dividendo», que son aquellas empresas del S&P 500 que llevan 25 o más años consecutivos incrementando sus dividendos. Sin duda, estas compañías son un magnífico punto de partida para construir una cartera de dividendos.

Fiscalidad en las inversiones por dividendos

Como te decía, la fiscalidad es uno de los principales inconvenientes de comprar acciones para recibir dividendos.

Ello es debido a que, como ya sabrás, estos ingresos suelen estar gravados mediante los impuestos sobre la renta. En el caso de España, a través del IRPF. Actualmente, ya no existe en nuestro país ningún importe exento de tributación (antes, no se pagaban impuestos por los primeros 1.500 € percibidos).

Por tanto, cada vez que cobres dividendos, tendrás que abonar entre el 19% y el 26%, según el importe cobrado (en una escala progresiva por tramos).

Sin duda, esto es una importante desventaja, especialmente si tienes pensado reinvertir los dividendos cobrados, ya que:

  • No podrás reinvertir el importe completo, sino únicamente el líquido después de impuestos.
  • Cada vez que reinviertas, también tendrás que abonar las comisiones de compra que te aplique tu bróker.

De ahí que algunos inversores prioricen otro tipo de estrategias o, en determinados casos, se decidan por fondos o ETF de acumulación, aunque la inversión directa en acciones de dividendos siga siendo una magnífica opción, muchas veces más rentable que estas otras vías.

  [Conclusión] Una estrategia ganadora a largo plazo

En definitiva, la estrategia de inversión en empresas que reparten dividendos, si se aplica de forma adecuada y con una visión a largo plazo, tiene más ventajas que desventajas.

De este modo, nos proporciona ingresos pasivos de manera recurrente y una seguridad muy superior a otro tipo de inversiones. Además, exige unos conocimientos y un tiempo de implementación muy razonables para la rentabilidad que se puede obtener.

Sin duda alguna es uno de los pilares fundamentales que sustentan mi libertad financiera que alcancé antes de cumplir los 30 años.

¿Crees que esta estrategia encaja contigo? Como siempre, me encantará leer tu opinión en los comentarios.

Hasta el próximo artículo, ¡te deseo unas muy felices inversiones!



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