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El patito feo (VA)

 


Vicente Aparicio (Foto: L'Atlàntida)

¿Cuántos eran y qué obra vieron?

Eran tres, los tres varones, y a propuesta de uno de ellos fueron al Teatre Romea a ver El pare, una obra de Florian Zeller dirigida por Josep Maria Mestres e interpretada por su tocayo Josep Maria Pou en el papel protagonista. “El pare és la història de l’Andreu, un home que s’està perdent en el laberint dels seus records”. Así comienza la ‘Nota del director’ en el tríptico informativo que les dieron a la entrada. Fieles a su habitual puntualidad, los tres estaban ya en la puerta del teatro más de un cuarto de hora antes del inicio de la sesión.


¿De qué hablaron en el vestíbulo?

Siendo vísperas de Navidad, Eduardo y Marcel, que llegaron casi a la vez, compartieron opinión sobre cómo deben hacerse los canelones en el caso de que los comensales prefieran una bechamel más bien espesa. Cuando apareció Pepe, la conversación derivó hacia cuestiones de índole política. Concretamente, intercambiaron puntos de vista sobre la crisis institucional ocasionada por el bloqueo en la renovación del Tribunal Constitucional. Pepe, siempre más vehemente en sus juicios, aprovechó para mencionar un artículo leído días atrás en El País sobre un fenómeno que según su autor, Lluís Orriols, preocupa en la actualidad a los politólogos.


¿Qué nombre se da a ese fenómeno?

Se le denomina ‘polarización afectiva’. “Consideramos que una sociedad está polarizada en términos afectivos”, explica en su texto Orriols, un habitual de las tertulias televisivas, “cuando los ciudadanos sienten especial simpatía por quienes son políticamente afines, pero al mismo tiempo sienten un profundo rechazo hacia aquellas personas que piensan diferente”.


¿Cómo acaba el artículo?

El artículo acaba en un punto final. Ruego me disculpe. Hablando en serio, el autor concluye que “debe fomentarse la promiscuidad política e intentar a toda costa debatir con gente de la tribu rival”. Dicho de otro modo, “irse de cañas con gente que piensa diferente”.


¿De ‘cañas’ o de ‘birras’?

Lo sé, la Real Academia de la Lengua Española ha aceptado el italianismo ‘birra’, muy común en el uso actual del español, en la 23º edición de su diccionario, probablemente la última que se editará en papel. También se han sumado a sus páginas vocablos como ‘blaugrana’, ‘botellón’, ‘wifi’ o ‘burka’. A veces me da la impresión de que hablo como Alexa, esa voz a la que algunos llaman ‘inteligente’, ¿no le parece? En cambio, por el momento la RAE ha descartado la inclusión de las palabras ‘escrache’ o ‘finde’, pese a haberlas tomado seriamente en consideración. Los chicos, en realidad, la mayoría de las veces dicen simplemente ‘cerveza’.


¿Qué hicieron ‘los chicos’ al salir del teatro? ¿Hablaron de la obra?

Fueron al Mendizábal, junto al Romea, en la misma calle Hospital. a tomar unas ‘birras’. Marcel dijo que la interpretación le había parecido sobresaliente pero no había empatizado con el drama del personaje. Pepe opinó que, aun habiéndole gustado la pieza, en realidad le pareció más redonda la película, dirigida por el propio Florian Zeller y protagonizada por Anthony Hopkins y Olivia Colman, la actriz de la tercera y cuarta temporadas de The Crown. Eduardo, que pidió una caña de ’volldamm’ y un bocata de morcilla, se limitó a escuchar sin terciar en la conversación.


¿Qué pidieron los otros?

No me acuerdo. Encima de la mesa había seguro una tónica con hielo y un bocadillo que llevaba entre otras cosa pimiento verde. 


¿Volvieron a hablar de política?

Sí, suelen hacerlo. Por lo general sus discrepancias no son insalvables, pese a la inquietud de los politólogos. Salieron a la conversación múltiples cuestiones de distinta naturaleza, por ejemplo las candidaturas a la alcaldía de Barcelona, la explosión de muertes en las residencias de ancianos durante el confinamiento en la Comunidad de Madrid, los últimos libros publicados por Almudena Grandes, que en paz descanse, Mariana Enríquez y Sara Mesa, la etapa en que Miguel Ángel Rodríguez comentaba partidos de fútbol en Tablero Deportivo, de RNE, los artículos de los lunes de Iván Redondo en La Vanguardia, un mural de Paco Roca que puede verse en la estacion de Amado Granell-Montolivet en el metro de València, las películas Alcarràs y Avatar: el sentido del agua, de nuevo la polarización política, tanto en las redes sociales como en el Parlamento, la brevedad de la presidencia de Estanislao Figueras y sus sucesores durante la Primera República y ciertas ‘lagunas’, esa es la palabra que utilizó Pepe, que persisten en el sistema político nacido de la transición. Debatieron brevemente, sin llegar a ponerse de acuerdo, sobre si tenemos a los gobernantes que nos merecemos o si los politicos de hoy son incluso peores que quienes les votan. El último comentario antes de pagar, y esto último lo hicieron por separado, fue de Eduardo, concretamente sobre la novela Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar.


Y de la obra de teatro, ¿nada más?

Ni una palabra.


¿Por qué?

Quién sabe. Quizás porque no les apetecía abordar el tema. El padre de Pepe murió de un derrame cerebral cuando él cursaba Segundo de Farmacia en la UPC. El de Eduardo, en la tercera oleada de la pandemia. Y el de Marcel está en tratamiento desde hace unos meses por un cáncer colorrectal de mal pronóstico. Pero eso igual no tiene nada que ver, solo lo menciono porque dispongo de esa información y quizás podría venir al caso.


Y entonces, ¿qué razón tuvieron para elegir esa obra?

Estaba en oferta. Al tratarse de un miércoles, las entradas costaban poco más de 20 euros y Marcel consideró que era una oportunidad, especialmente teniendo en cuenta que Josep Maria Pou encabezaba el reparto. Anteriormente ya vieron juntos Celobert, La cabra o qui és Sílvia?, Llega un inspector o Moby Dick, todas ellas interpretadas por quien consideran unánimemente un actor de gran ‘talla’, si me permite el juego de palabras. Es Marcel quien se encarga todas las semanas de proponer a qué concierto ir, qué película ver, o qué obra de teatro, y también es él quien se ocupa de comprar las entradas. A los otros, que tienen reservada por defecto la tarde-noche de los miércoles, lo que decida Marcel ya les parece bien. Después le hacen un ‘bizum’ y santas pascuas.


¿Les gustó o no les gustó?

Les gustó, pero no son de grandes aspavientos. 


¿Cómo sabe usted todo eso?

Porque conozco a un tipo que me lo cuenta al oído. Yo creo que se inventa de la misa la mitad, pero le hago caso porque es mi sagrada obligación como narrador estar a su servicio.


¿No le parece que este texto no va a ninguna parte?

¿Qué echa usted en falta?


Un Hilo.

Le comprendo, pero si quiere usted un hilo, mejor cómprelo por su propia cuenta y riesgo. Asi estará a su gusto. En cualquier caso, para una calidad óptima le recomiendo, siguiendo los consejos del blog entremaquinasdecoser.com, el hilo de algodón para los tejidos naturales y el de poliéster para los sintéticos y mixtos. Es importante, de acuerdo con la misma fuente, que compruebe usted que la hebra del hilo esté limpia, no despeluchada. Y añado, a título informativo, que podemos clasificar los hilos en hilo normal, hilo de seda, hilo de torzal, de hilvanar, elástico, transparente, metálico, de acolchar, de canilla o relleno de bobina, hilo nylon de lana… Me detengo aquí. ‘Para no aburrirle’, oigo que susurra mi jefe. 


¿No sabe usted lo que es una trama?

Por supuesto que sí. La trama es un conjunto de hilos que, cruzados y enlazados con los de la urdimbre, forman una tela.


Dejémoslo estar. ¿Le parece que vayamos concluyendo?

Me parece estupendo. Le confieso, no obstante, que tenemos varios finales medio preparados pero nos dan todos bastante pereza, pues nuestros estómagos empiezan a dar pequeños mordiscos. ¿Alguna preferencia por su parte?


Usando la terminologia del tal Pepe, estaría bien un final ‘redondo’.

Vamos a intentarlo. Hoy para cenar tenemos albóndigas. Al parecer, a Iván Redondo Bacaicoa, nacido en Donosti, le gusta llevar en el bolsillo algunas piezas de ajedrez. Florian Zeller, que tiene un pelazo, estrenó en 2010 ‘La mère’ en el Théâtre de Paris, dos años antes que ‘Le père’, con cuyo guión adaptado ganó el Óscar. Muy coherentemente, más tarde sé estrenó ‘Le fils’, su último trabajo por el momento. Las madres de Eduardo, Pepe y Marcel tienen las tres ochenta y dos años, están más bien rellenitas y viven solas. Punto final.



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