Mónica Sabbatiello  

(Bajo la inspiración del Ulises de Joyce)

(Foto: René Lavant, prestigitador de una sola mano)

Otra vez ese tipo viene relojeando los comercios y tiene una pinta. La cana anda, capaz que éste es un cana. Puede. La tintorería, trajes militares. Mirá vos en un barrio milico me tocó vivir. ¿Cuántos robos en el barrio? A Mano Armada, barrio liberado, la cana libera para que roben tranquilos, ellos se llevan su comisión.

Omertá, código de silencio.

Hoy la chica de la herboristería me contó sottovoce que le robaron a mano armada, como a nosotros en la pelu, puta mierda, se llevaron mi reloj, regalo de Mauro y el iphone, y lo peor el miedo que. 

Macri gobierna y la Mafia Calabresa. Dicen en voz baja que en la calle Federico Lacroze pagaron y ahora no. Extorsión. Los dejan tranquilos porque pagaron su pizzo y no hay más robos por esa ahí. Me voy por otra, no quiero cruzarme con. Por Soldado de la Independencia ya hubo varios en una semana, sólo en esta cuadra. Hasta la verdulera tiene miedo. Habrá que pagarles, dicen. A los canas. 

La ndrangheta, mafia calabresa, proxenetas, armas, drogas. En Argentina detuvieron a uno, ¿cómo se llamaba?, Mancuso, creo.

Qué ganas de tomar un cafecito. 

Odio que sólo tengan diarios fachas en la barra y en las mesas. Todo Buenos Aires igual. Ni un periódico de los nuestros. Pero un café, me lo pide el cuerpo. La mesita del fondo. Un cortado. 

¿Me podés moler medio kilo de Franja Blanca para llevar? Clarín miente, titulares de eme. Ese Macri proyecta sombras hacia adelante, se ve venir el desastre. 45 mil millones prestados por el efemei, sin pasar por el Congreso. Dinero para pocos, fugado, bancos. Mafia. Qué rico sabor te deja el café, me voy a tomar otro en una terraza, al sol. Hoy lo necesito, tengo la tensión.

Cobrame. 

Lindo día se puso, voy a llegar hasta Lacroze para comprar té verde de tres años y… ¿qué más?, ah, sí. 

Ahí viene esa chica con panfletos de papel brillante. Papel ilustración creo que. A ver… Hola, buen día, no tengo mucho tiempo. Gracias. Carta a los Corintios. 

Otro tipo raro. Ahí cruza. Tengo persecuta. Después del robo ése, normal este miedo, ver una pistola ante mí… fue… me quedó, hablan de stress post traumático, mirá que venir a sufrirlo a esta edad, fuera pensamientos negros. No sé qué busca, mira raro, quizás. Miedo, estoy podrida. No pensar más en, pero alerta, no vaya a ser que otra vez. En un mes diez asaltos a mano armada en tres manzanas y eso que es barrio de milicos. 

Me veo gorda, esa vidriera es mortal, siempre que paso. Comprarme un pantalón. Y cortarme un poco el pelo. 

Un café largo, por favor. Tazas buenas. Mantel planchado. Soda y amarettis. 

Los Corintios, de Pablo, desprecia a las mujeres, a los homosexuales, todos lo citan porque habla del amor. Esa frase, ¿cómo era?, ah claro, aquí está entre estrellitas y corazones, cómo iba a faltar. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, ¿los golpes también?, todo lo disculpa, ¿disculpar a Macri?

¿En qué bolsillo tengo…? Voy a intentar un limerick en esta parte limpia del panfleto. 

Un presidente mafioso

con jueces y medios, poderoso

lleva a un país a sufrir

y su alegría impedir.

Votar sin pensar es pavoroso.

Lo voy a dejar dentro del diario enemigo, versito para aguarle el vermú a algún cheto. O cheta. Son culpables del intendente lo votaron y de las mafias policiales. Que les den. Un poco ácido este café, mejor el de Bonafide. Le voy a dar unos pesos a ese pobre hombre. Manco como aquel ilusionista que hacía una especie de cartomagia tan lenta que inventaron la palabra lentidificación. 

Lo vi de chica, con quién fue, no me acuerdo. Con una mano, la izquierda, ilusionista ¿cómo se llamaba? Celu, googlemagia magomanco, René Lavand. El Almirante Nelson tuvo una amante, Googlemagia Nelsonamante. Lady Hamilton. Qué mujer, Musa de Romney, más de sesenta cuadros. Titania. Circe. María Magdalena. Era hija de herrero y llegó a Lady e íntima de la reina María Carolina. El adúltero unilateral Nelson a los pies de la Hamilton, Horatio Nelson, manco, desdentado y con un solo ojo tenía un arrastre bárbaro con las minas. Quiso protegerla y a la hija de ambos. Horatia. Muerto él, se vengaron con ellas. Como aquí, no perdonan. 

Se va andando hasta avenida Libertador, mirando tipos sospechosos a la espera de nuevos atracos.