Me despertó el timbre de la puerta y menuda insistencia, el que llamaba debía estar impaciente. Las 3 de la tarde, vaya solecito mas rico que se colaba entre las cortinas. Tapé mi desnudez con una batita…
Me despertó el timbre de la puerta y menuda insistencia, el que llamaba debía estar impaciente. Las 3 de la tarde, vaya solecito mas rico que se colaba entre las cortinas. Tapé mi desnudez con una batita…
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