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Camellos mexicanos

Hirviendo bajo Nuestro sol de mediodía sin comprender la ingente euforia norteamericana por abordar cruceros para fisgonear Alaska, siempre tuve la curiosidad por intimar algo gélido, pero más intrigante. Fue así durante una tertulia con mi amigo de infancia Jaime Ventura, venturoso arquitecto istmeño, relatando su quijotear el extremo sur del continente, rastrilló el hipocampo de mi cerebro estimulando el deseo, la curiosidad, el arrebato por conocer el estrecho de Magallanes, sus pingüinos, leones marinos y juguetonas focas, recreando el vaivén de sus olas en un buque significativamente mayor que la Nao Victoria que trasladó al explorador y su teniente Elcano quien retorno a España el 6 de septiembre de 1522, hace poco más de 500 años, posterior al primer viaje de circunnavegación global. Ni cortos, ni perezosos zarpamos en el crucero Norwegian Star en una peregrinación de 14 días originando en el puerto de San Cristóbal que sirve a la capital chilena de Santiago con destino a Buenos Aires el 15 de febrero de 2020, uno de los últimos cruceros en navegar las aguas del mundo anterior al cierre resultado del flagelo del COVID-19. Turismo es recrear la mente durante andanzas que nos trasladan a sitios maravillosos allende, alejados de las conocidas callejuelas, los raspados, ceviches y carnavales azuerenses. Los viajes nos brindan la oportunidad de apreciar el ingenio humano en la presentación de la obra de su trajinar, tal cual la erección del gigantesco dinosaurio en la municipalidad de Trelew en la provincia argentina de Chubut, de 40 metros de largo, pesando 70 toneladas, que admiramos durante nuestra escala en Puerto Madryn, camino a la pingüinera más grande del mundo en Punta Tombo, porque a los argentinos les arrebata dejar boquiabiertos a sus visitantes al mostrar cosas enormes más allá de la majestuosidad de sus pampas, su tango, mate, cándidos vinos y excelso fútbol. Son vivencias como aquella el 26 de febrero de 2020, que dejan muy por detrás el aroma del cuero del automóvil nuevo o la compra de chécheres y ropajes para estar a la moda en nuestro bregar por la vida. Como atesoramos aquello, repetimos anualmente nuestro peregrinaje por este maravilloso planeta, sobremanera ahora que pesa la realidad del cambio climático, evidente en nuestro extendido verano istmeño de 2023, desconociendo el incierto futuro que espera a nuestros nietos. El viernes nos trasladaremos a Seattle, al extremo norte del Pacífico de Estados Unidos para el zarpe el domingo a bordo del crucero Norwegian Encore con 4,004 pasajeros, 2,043 camarotes y 1,735 tripulantes en una odisea de 21 días desembarcando en Miami posterior al cruce por las nuevas esclusas del canal de Panamá. Todo esto lo planificamos hace más de un año, tal cual solemos hacer con todas nuestras escapatorias, porque viajar no es solamente el traslado sino estudiar los destinos a fondo para sacarle el jugo, exprimiendo al máximo la vivencia, en lugar de torpemente balbucear en autobuses de turismo repletos de obesos gringos. Será así como en nuestra escala en Cabo San Lucas, en el estado mexicano de Baja California Sur, el próximo 4 de noviembre, descubriremos una genial excursión en aquel desértico paraje azteca, un paseo por la playa sobre los lomos de camellos. Anterior al traslado, los organizadores nos vestirán como beduinos, portando túnicas conocidas como thawbs y sobre las cabezas, keffiehs, sus tradicionales sombreros. Amén del abultadísimo costo de la excursión, se prohíben llevar celulares porque nos tomarán fotos, que seguramente todos compraremos, quien sabe a cuantos cientos depesos mexicanos. Este es un ejemplo de la genialidad azteca, cuya Secretaría de Turismo está anos luces por delante de nuestra Autoridad de Turismo en estimular su industria sin chimeneas. Entonces el viajar azuza el raciocinio. ¿Cuándo se le ocurrirá a un empresario local adquirir algunos dromedarios para copiar el emprendimiento de Cabo San Lucas y ganarse la vida cómodamente en lugar del chismorrear el acostumbrado quejido tropical? Teniéndole todo duele que no aprovechemos al máximo nuestro maravilloso entorno. ¡Mira lo que tiene nuestro canal de YouTube!



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