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Ni tontos ni pendejos: tenemos dignidad. No al intervencionismo

El artículo 1 de la Constitución Nacional de Panamá prescribe que la nación panameña está organizada en un estado independiente y soberano bajo la forma de la República de Panamá, y señala que su forma de gobierno es unitario, republicano, democrático, representativo. Qué quiere decir esto?. Pues es sencillo. Lo que deseo expresar es lo siguiente: Hay, ahora mismo, un debate sobre la libertad de expresión, la libre emisión del pensamiento, la libertad de expresión sin censura previa, a raíz de una resolución del Tribunal Electoral que ordena a ciertos medios de comunicaciones y a ciertos periodistas no meterse en calificaciones propagandísticas respecto a la persona de un candidato a la presidencia.       "Nuestro vino es amargo, pero es Nuestro vino".       Ese vino, el nuestro, es el vino que tomamos, con agrado o con desdén, lo saboreamos, lo degustamos, lo "catamos", usando una palabra propia de jerga vinícola, pero que nos vengan a decir que un vino foráneo o extranjero es mejor que el nuestro eso conllevaría a ofender o denigrar a nuestra propia dignidad, a nuestra nacionalidad, nuestro orgullo nacional, en nuestra propia casa. Que una embajadora, la de los Estados Unidos de América, haya emitido, inclusive, un comunicado puesto en el perfil o en el sitio web de la embajada para decir que le preocupaba mucho la resolución del Tribunal Electoral –sobre la censura- y que con ella se socava la democracia y el estado de derecho, es algo inaudito. Que esa decisión del Tribunal Electoral les preocupaba mucho, gran motivo de preocupación les generaba.       Le quiero expresar, muy respetuosamente, a la señora embajadora de los Estados Unidos de América, Licenciada Mari Carmen Aponte, que quien socaba el estado de derecho y la democracia en Panamá es ella misma con tan desafortunadas declaraciones y constantes por demás que permanente intervencionismo en nuestra vida pública y como Estado o nación, es ella misma.       El que Usted, como embajadora de los Estados Unidos de América en Panamá, a cuya nación, a cuyo país, el nuestro, le ha abierto las puertas, pienso que está abusando de nuestra hospitalidad y nuestros sentir de pueblo y gente noble, ha abusado de esa bienvenida.       Usted no tiene que meterse en ninguna decisión ni del Tribunal Electoral ni del Órgano Judicial ni de ninguna Institución en nuestro país, y tampoco en aquellas cosas que son de nuestra libre competencia como ciudadanos.       Usted lastima, créame, ofende la dignidad de los panameños, en todos aquellos que aún creemos en el concepto de Patria; de los que aún creemos en la nacionalidad y creemos en el Altar de la Patria como un santuario en el que rendimos culto, servicio y pleitesía con nuestro altruismo de ciudadanos probos. Cómo es que Usted va a decir que le preocupa el Estado de Derecho y la Democracia en Panamá, si Usted misma con su accionar e injerencias constantes es quien la socava, siendo evidente por demás que manifiesto que se pasea por todo el territorio nacional como a la vieja usanza de los virreyes , y reitero, con todo el respeto que usted me merece, tenga a bien no injerenciarse en nuestros asuntos, ya que como he sostenido, nuestro vino es amargo, pero, al final de cuentas, es nuestro vino, cuyas uvas han sido cultivadas y cosechadas de nuestros propios viñedos, de nuestra propia tierra.       Ello significa que somos nosotros, los panameños y nadie más, los que, ante los problemas, resolvemos, reflexionamos, decidimos, criticamos, avanzamos, consultamos, progresamos, sumando, a diario, con nuestra inteligencia y conocimiento, hermanados en un solo haz de buenas voluntades, por lo que todo intervencionismo, termina traduciendo dominación, subyugamiento, desconocimiento e ignorancia de nuestra historia, de nuestro nacionalismo y, sobre todo, de nuestra dignidad nacional.       Yo les invito a todos a escuchar un audio que grabó mi hermano, el politólogo y abogado Ramiro Guerra, que ha circulado en las redes sociales, donde también aborda este injerencismo de la señora Aponte, siendo ello, verdaderamente, ignominioso, pues las buenas relaciones de Panamá con los Estados Unidos de América, después de tantas décadas de ignominiosas relaciones, de prepotencia, de humillación y de muertes de inocentes, quedaron atrás.       Creemos que, hoy día, debe reinar dentro del marco de la buena cordialidad, del buen trato, las buenas relaciones entre nuestras naciones, entre los conciudadanos, pero no podemos permitir la intromisión, el intervencionismo abierto y solapado, ya que a nadie le gusta que entre a su casa un extraño y empiece a ordenar los muebles de ese hogar y a decidir donde debe ir o estar cada artefacto o mueble dentro de la casa.       Señora Embajadora: Los muebles de nuestra casa los ordenamos nosotros mismos, nosotros los panameños y, esto va también para otra nacionalidades u otras embajadas, respeten. Somos un pueblo noble, crisol de razas, pero no tontos ni pendejos. ! Dios bendiga a ala patria!. ¡Mira lo que tiene nuestro canal de YouTube!



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