Inevitable el desarrollo científico y tecnológico con el trascurrir de los tiempos a mi parecer han sido logros positivos para la sociedad y el mundo; sin embargo, esos diferentes avances son manejados o desarrollados por personas a través de la utilización de sus redes, datos, dispositivos, herramientas entre otras; como sabemos las personas tenemos Derechos humanos que no perdemos; aunque la tecnología avance, ahora estos derechos tampoco son absolutos; siempre debe subsistir su respeto y la no injerencia arbitraria como dice la Corte Interamericana de Derecho Humanos. Es decir, derechos humanos adquiridos desde la primera generación como lo son a la vida, intimidad, integridad y demás, no son absolutos ya que puede ser susceptibles de acceder a ellos siempre y cuando no sea de forma arbitraria y siempre y cuando se cumplan los procedimientos legales descritos para ello. Por otro lado, los avances tecnológicos han dado como resultados que los países se actualicen en cuanto a la protección del suministro de datos personales que de una u otra manera puedan incidir en afectación de Derechos, ahora bien, existe una responsabilidad penal para quien le da un mal uso a estos servicios tecnológico que de manera inescrupulosa cometen delitos afectando derechos de otras personas; lo que conllevara a enfrentar los procesos legales correspondientes. Concluyendo, claro está que, en el desarrollo científico y tecnológico, el ser humano tiene derechos que se adaptan a la modernidad o actualidad, por ende, debe proteger sus datos tecnológicos, toda vez, que en la era digital estos se convierten en derechos de carácter informático. Por otro lado, el avance tecnológico es positivo en cuanto a la conectividad de las relaciones humanas, ahora bien, también se presta para la criminalidad que todos podemos ser víctimas, es allí donde surge la responsabilidad estatal en garantizar la protección de nuestros derechos humanos con leyes que sean realmente efectivas y que las investigaciones no sean tan burocráticas y excluyentes en determinar prioridades entre uno u otro delito.