Llevar puesto un uniforme gris, un arma de fuego y un chaleco antibalas no convierte en inmortales a los miembros de la Policía Nacional, quienes están llamados a proteger a los ciudadanos y sus bienes. En lo que va de año, al menos siete han fallecido a manos de delincuentes en el ejercicio de sus funciones.
La primera víctima fue el sargento Yisen Gustavo Montero florentino, quien fue ultimado por unos asaltantes, el pasado 2 de febrero, en el kilómetro 14 de la autopista Duarte.
Al momento del hecho, el agente de 30 años se trasladaba en un motor hacia su residencia, en horas de la mañana, tras haber salido de su servicio en Operaciones Especiales.
Asimismo, Yerison De León, un cabo de 26 años, murió por heridas de perdigones cuando, el 4 de febrero, junto con el raso Carlos Rivas González (herido), se disponía a apresar a varios hombres que intentaron cometer un robo en una residencia, ubicada en el barrio Aquino del Cruce de Guayacanes, provincia San Pedro de Macorís.
Trascendió que el móvil del robo fue una caja fuerte que había en la casa con aproximadamente unos 300,000 dólares.
En tanto que, el raso José Manuel Hidalgo Tejeda, de 22 años, y el civil Railin Valdez Valdez, también de 22, murieron a tiros la madrugada del 12 de marzo durante un enfrentamiento que sostuvieron en las afueras de un colmado del sector La Ureña, en el municipio Santo Domingo Este.
El sargento de la Policía Leandro Maythalin Peña Rosario y el raso del Ejército Jorge Luis Valdez Valdez también resultaron lesionados.
Conforme a informaciones suministradas a Diario Libre en ese momento, en medio de la discusión que se produjo con los miembros de una patrulla que acudieron al lugar para tratar de que el propietario del colmado "Bulid" cerrara el establecimiento, porque estaba violando el horario permitido por la ley, el civil despojó al agente de su arma de reglamento y lo atacó a tiros.
De acuerdo con una lista suministrada a Diario Libre por la Policía, el 16 de abril el cabo Luis Manuel Padilla Pierre también perdió la vida a manos de la delincuencia. Sin embargo, este medio no pudo obtener más detalles con relación a las circunstancias en que ocurrió el hecho.
El 9 de agosto, el sargento Franco Meléndez Méndez, de 38 años, murió, y el primer teniente Leoncio Moreno Ramírez, de 42, resultó herido durante un enfrentamiento a tiros con delincuentes en el sector Paraíso, del Cachón de Sabana Perdida, municipio Santo Domingo Norte.
Los agentes fueron atacados a tiros por los presuntos delincuentes cuando se encontraban realizando labores preventivas.
En ese entonces la Policía dijo que las heridas del primer teniente Moreno Ramírez fueron ocasionadas por Esmerlin Michel Rosendo Bus (a) Pochocho, quien también cayó abatido al ser impactado por herida de bala.
De igual modo, el raso William Encarnación Ramírez, el 5 de septiembre fue ultimado por dos desconocidos mientras montaba bicicleta en la avenida circunvalación en dirección La Cuaba, sector El Pedregal.
El fenecido agente logró alcanzar de un disparo a uno de sus verdugos, quien también falleció en el lugar del suceso. Su acompañante huyó del lugar con rumbo desconocido.
El raso policial, adscrito a la Dirección General de Seguridad y Tránsito Terrestre (Digesett), Elisandro Adames Rodríguez, de 24 años, es la víctima más reciente de la delincuencia. Su cuerpo fue hallado el pasado 21 de septiembre con varios impactos de bala, en el sector Juan Tomás, del distrito municipal La Victoria, en Santo Domingo Norte.
Muertos en conflicto social
Los miembros de la Policía Nacional tampoco están exentos de los conflictos sociales y en lo que va de año se han registrado al menos cinco muertes de agentes en medio de riñas o incidentes.
A principios de año, el 6 de enero, una mujer mató de una puñalada en el cuello al sargento adscrito a la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett), Maykol Mejía Arredondo.
El hecho ocurrió cuando el agente estaba sentado en una "fritura", ubicada en la calle Primera Dama, del sector Santa Fe, San Pedro de Macorís, y le reclamaba a su agresora el pago de un concho.
El alistado policial Yamil Ramírez Sánchez, de 25, fue atacado a tiros, junto al civil Vladimir Ceballo Sánchez, de 22 años, la madrugada del 9 de enero, en el sector Majagual, Sabana Perdida, Santo Domingo Norte. Por el hecho la Policía señaló como responsable a Ramón de la Cruz, alias “Danielito”, quien luego se entregó a las autoridades.
La situación se originó alrededor de las 2:30 de la madrugada, luego de que los hoy occisos y su agresor salieran del centro de diversión, y se originó una discusión. “Danielito” había manipulado un arma que tenía en su poder y encañonó a Ceballo Sánchez, logrando despojarlo de una pistola que portaba y luego le disparó a corta distancia.
También, el raso policial Gómez Ledesma, de unos 29 años, resultó muerto a machetazos la madrugada del 3 de abril, en el distrito municipal de la Guázara, de Barahona.
Un caso que llamó mucho la atención fue la muerte de Mercedes Sierra, mayor de la Policía Nacional, cargado a la Comisión Militar y Policial del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), quien recibió un disparo en la cabeza a manos de su compañero de labores, el mayor Francisco de los Reyes Santana, del Ejército. Al momento del hecho iban a bordo de una camioneta en la avenida Abraham Lincoln, del Distrito Nacional.
En el incidente también resultó herido el raso del Ejército de la República, Sugre Gabriel Bautista, de 27 años.
El 28 de agosto, el primer teniente José Joaquín Encarnación Montero, de 41 años, fue hallado sin vida, atado de manos y pies debajo de un árbol frente al departamento de la Policía Nacional Ciudad Juan Bosch y de los Bomberos, en Santo Domingo Este.
Una fuente informó que Encarnación Montero era miembro de la Policía de Protección Judicial y estaba asignado al magistrado Anselmo Bello Ferreras, juez de la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia.
