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Miami Beach: experiencias y algunos ‘tips’ para el viaje

Si Miami no es “el destino predilecto”, al menos debe ser uno de los más presentes destinos turísticos en el inconsciente de la mayoría de las personas. No por nada, Florida es uno de los estados que más se viene a la mente al nombrar lugares de Estados Unidos.

Hasta antes de escribir esta nota, pensaba en cómo describir mi experiencia en Miami… pero más específicamente en Miami Beach, y aún más específicamente: en South Beach, la capital del siempre verano.

Cuando en Octubre de 2018 planeaba el “viaje de la vida” (en otro post siguiente explicaré el por qué de ese nombre), quise agregar un destino adicional a nuestras tres paradas iniciales; y decidí por intuición que sería Miami, sin ver previamente un mapa ni pensando en que sería el destino final.

Elegí Miami porque como mencioné anteriormente, estaba en mi inconsciente ir alguna vez. Estaba presente ese destino y era la oportunidad de conocerlo. Sin conocer mucho más allá de lo que se mostraba, ni siquiera me había dado el trabajo de averiguar en detalle qué tal era, qué había ahí y qué podía hacer; sino hasta mi último destino antes de Miami, ya estando tres semanas en Estados Unidos y conociendo un poco mejor el “teje y maneje” norteamericano.

En nuestro viaje por otros estados donde mayoritariamente se habla inglés, en Miami nos encontramos con una gran diferencia. Se habla mayoritariamente español… claro, tiene sentido: los latinos; personas como nosotros viviendo el sueño americano en una ciudad conformada principalmente por migrantes latinos. En el estado de Florida, y en especial el condado de Miami-Dade, podría llamársele la ciudad-estado de los latinos en USA.

Probablemente, a la fecha ha sido el viaje menos planificado de mi vida en pos de lo que iba a hacer una vez llegado a destino. Y claro, viví el día a día según lo planificado el día anterior, sin hacer esos planes que suelo hacer con meses de antelación y que nunca resultan. A veces es mejor improvisar.

Vamos ya al título, sin tanto preludio de por medio.

Llegando a Miami: del Aeropuerto al Hotel

Nuestro vuelo era local, por lo que no pasé por inmigración; pero al menos el personal de la TSA de Miami era más comprensivo con el idioma que el de Dallas, Texas.

Miami Beach desde las alturas de un Boeing antes del aterrizaje en Miami Intl. Airport

Una vez que descendimos del avión y ya estando en tierras del estado de Florida, caminamos por el largo Miami Intl. Airport desde el sector B al J, en una travesía larga que pareciera tener todas las letras del abecedario antes de llegar a la J, puerta 28. En ese tiempo, – no sé ahora- el Aeropuerto estaba en remodelación. Al salir y ver el cielo, atrás dejábamos aquéllas postales llenas de nieve, las temperaturas bajo cero, el frío y la lluvia de algunos días. Tanta palmera y clima tropical me recordó aquél paisaje paradisíaco de Punta Cana, pero con un gusto más de ciudad, más norteamericano.

En una espera moderada, llegó nuestro transfer a recogernos y llevarnos a nuestro destino. Ya arriba del vehículo, viajamos por la Dolphin Expy hasta la entrada de Miami Beach. El clima natural era de playa, fiesta y alegría; muy tropical y diferente en comparación a nuestros destinos anteriores. Podía entender ya el por qué es un destino altamente cotizado. Después de unas vueltas por Alton Rd, Washington Ave y la incomparable Lincoln Rd, llegamos a nuestro destino en la Collins Ave. Estábamos en el epicentro de South Beach; no podía haber elegido conscientemente una mejor ubicación.

Día 1: llegada al Hotel y salida en la tarde

Un viaje, por corto que sea (el nuestro era de dos horas), cansa un poco y cometimos el error de tragarnos al menos el 80% del frigobar… hasta que nos llegó la factura.

Obviando lo anterior y ya en el hotel, averigué un poco de los lugares más céntricos, sobre la Lincoln Rd, la playa y la mítica Ocean Drive. Y ésta última fue nuestra primera excursión, y sí… era como las fotos; pero mejor. Ocean Drive es una calle llena de edificios Art Decó, que no duerme día y noche. Caminamos hasta Clevelander, el primer lugar donde había reservado pero del que desistí por los comentarios que encontré en Internet de que no se podía dormir por el ruido. Pero considerando el sector, es creíble. Lo comento y dejo a su criterio.

Pero si descansar no es lo tuyo, aloja en Clevelander que la fiesta de ahí ni la adyacente para, eso es seguro.

Indiscutiblemente, una de las postales icónicas de South Beach es la Ocean Drive vista desde la playa, sí, la misma postal de esta publicación.

Día 2: Lo que había que hacer… y conociendo Brickell

En nuestro anterior destino, ocurrió eso que no se cuenta dos veces. Perder el pasaporte y recuperarlo. Me pasó en el primer destino, pero no en el tercero; por lo que tuve que regularizar mi salida y estancia en el país en el Consulado de Chile en Miami.
Salida obligada el segundo día, mi hermano pidió un Uber que nos llevó a la zona de Brickell.

Una vez terminado el trámite del salvoconducto, nos dispusimos a volver a Miami Beach, y encontramos frente al edificio del Consulado, una escalera mecánica muy parecida a la de un Mall Santiaguino conocido como Costanera Center; y pensé que entrábamos a un Centro Comercial, pero era la entrada a una de las líneas de Metro. Como sabía que el Metro no llegaba a South Beach (en adelante SoBe), preferimos salir y entramos a Brickell City Centre por si encontrábamos un Fast Food… claro, nunca lo iba a encontrar! era nada que ver. El Centro Comercial Brickell era como el “soy tu padre” del Distrito de Lujo que tiene el Parque Arauco en Santiago; y obviamente no íbamos a encontrar eso ahí, por lo que dimos unas vueltas, entramos a algunas tiendas a ver tecnología, vestuario y calzado; y decidimos volver a SoBe en Uber.

Perdidos en Brickell

¿El descubrimiento en Uber? Nos llevó un conductor venezolano, con el que hablábamos de lo superficial que era Miami en comparación a otros lugares en los que estuvimos. En esos temas de conversación, llegamos a la cantidad de vehículos de lujo que veíamos por las calles: Lamborghini, Ferrari, Ford Mustang, Chevrolet Camaro, vehículos descapotables como el Serie 4 Cabrio y algunos Mercedes, además de la elegancia de los Maserati.

Y qué sorpresa el enterarnos de que hay una aplicación llamada Turo para alquilar estos vehículos por el día o por varios, así como tú puedes alquilar un vehículo en el aeropuerto. Fuera de nuestro hotel, muchos Mustang y Cabrios. Una vez en la habitación, bajamos esa aplicación. ¿La sorpresa? Que podíamos arrendar un Mustang desde USD 60, un Tesla Model 3 en USD 100, un Lamborghini 2008 en USD 240… hasta un Rolls Royce en USD 1.000. (yo creo que esos valores son más impuestos; ya que en USA los valores publicados son netos).

Día 3: despertando con Mustang, Maserati y Lamborghini hasta el final de los tiempos

Una vez asimilada la sorpresa de Turo, en las mañanas nos despertaban los sonidos de los motores y los escapes de quiénes ostentaban el manejo del vehículo en el que estaban sentados. Al principio, era oh! qué divertido despertar así… hasta que los siguientes días se volvía una lata.

Los primeros días nos sorprendíamos de la cantidad de lujo que se veía en SoBe, pero ya habiendo descubierto el secreto de Turo, entendíamos que era buen negocio comprar uno de esos vehículos en el estado de Florida y arrendarlos. Cada día era ver uno tras otro, era parte normal del paisaje; y ya hasta un atractivo Cabrio Serie 4 o un SLC era normal, no distinguía; pero sí seguían llamando la atención la fineza italiana de Maserati. Nosotros queríamos conducir un Tesla Model X, pero alguien se nos adelantó y no pudimos reservarlo en la fecha que queríamos; por lo que quedó pendiente ese review.

Haciendo gala de un título que dice que despertamos con Mustang, Maserati y Lamborghini; nos fuimos al Aventura Mall en el bus 120 del sistema de transporte público del Condado de Miami-Dade, que sin saberlo era una versión expresa del 119 o del recorrido S (que creo que se daba unas vueltas interminables). La aplicación se llama Easy Pay.

Aventura Mall se ubica entre la zona norte de Miami Beach y Fort Lauderdale; y no es necesariamente de los centros comerciales más baratos como lo serían en teoría Sawgrass y Dolphin.

Si es por poner una etiqueta de precios, es muy parecido a lo que se puede encontrar en las tiendas de Costanera Center en Santiago. Tiendas con precios normales, otras con rebajas y una que otra muy conveniente, como Abercrombie & Fitch que en Chile no existe.
Retailers? Macy’s fue mi favorito, seguido de JCPenny.

Después de volver con las compras del día, regresamos en el bus 120 a nuestro hotel. A pesar de que el viaje duró una hora por sentido, se hizo un viaje tranquilo y cómodo.


Nota aparte: se puede comprar un pase diario en el que puedes usar todo el transporte público. Sólo tienes que mostrarle el código QR al conductor. Nosotros creíamos que se pasaba por un validador, pero no.

Día 4: Caminando por la Lincoln Road Mall y disminuyendo el cupo internacional

Un desayuno en el hotel era un lujo (más el precio que el desayuno); pero teniendo un Starbucks a dos cuadras añoraba más los chocolates calientes que los refinados desayunos. Sí, mi gusto culinario no es refinado en lo absoluto.

Caminar y ver en las tiendas por si había algo más exclusivo que en Aventura Mall fue una pérdida de tiempo porque no encontré nada de mi interés que no estuviese en un Centro Comercial.

Llegó la hora de comer y fuimos a ese local de Pizzas atendido por mujeres argentinas guapas de raíces italianas.

¡Qué promoción el comer una gran Pepperoni con gaseosa en “sólo” USD 27!.

Un buen almuerzo a un precio aceptable considerando que era Restaurant en medio de la Lincoln Rd. Más unas dos cervezas de mi hermano llegamos a casi USD 47. Sumemos la propina (tip) entre un 15% a 20% que es prácticamente un costo asumido, la cuenta llegaba a los USD 55 más los impuestos del estado y el condado por lo que casi nos salieron USD 70 de USD 27.

(Sí, descuenten las dos cervezas adicionales, pero consideren que del precio ofertado terminarás pagando por lo menos un 30% adicional).
Eso es regla norteamericana, al menos en Restaurantes.

Ni hablar del día después en la Ocean Drive.

Día 5: LIV Miami Fointainebleau

Spoiler: No vale la pena como espectáculo, si para romper las barreras del miedo

Para terminar nuestro viaje de casi un mes, había que salir a bailar. En ningún caso me consideraría un buen bailarín, ni de sueño; sino todo lo contrario. Era salir para celebrar lo bien que ha salido el viaje.

Leí muchos blogs y opiniones de los mejores lugares para salir en Miami. Aquí dejaré una lista hecha por algunos blogueros y comentarios:
– Salir de fiesta en Miami
– Vida nocturna en Miami
– Qué hacer de noche en Miami

Considerando los reviews, elegí LIV Fontainebleau. Una vez elegido el lugar, compré boletos en Tixr para el espectáculo del día sábado.

PD: No cometan el error de comprar varios ticket con una cuenta porque todos salen al nombre de una persona; y si van dos y el guardia de la entrada no es muy amigable puede que tu acompañante no pueda entrar porque el ticket de la otra persona no está a su nombre. Siempre lleven ticket y el ID.

Francamente, lo mejor en LIV eran las mujeres que iban. Obviamente estaban muy bien producidas y si a eso se suma lo que algunos llaman una “buena genética”, mejor. Además de mujeres guapas que casi siempre se encuentran en una que otra discoteca, LIV era una plaga. Era ver un desfile de modelos esculturales prácticamente. No por nada a LIV han ido y seguirán yendo famosos, poderosos y celebridades de todos los tipos, así como gente normal.

¿Qué tiene de diferente LIV Miami a otras discotecas? Al menos en mi experiencia, creo que en temática, espectáculo y música muchos otros lugares la superan con creces. La LIV tiene un reconocido prestigio y una imagen muy posicionada de los clubes más top, pero ese prestigio viene dado por unas especiales y discutibles formas de seleccionar quién entra, cuándo entra y por qué.

Si eres de fiesta frecuente, sabrás a qué me refiero con un buen código de vestimenta (dress code). Eso es lo mínimo para llegar, olvida entrar mal vestido. La LIV tiene una letra chica que no aparece en ninguna parte: una especial forma de admisión para lograr entrar; y no: no es ni el ticket ni el dress code que son los mínimos a cumplir.

Nuestro ingreso

Llegamos a las 11:30 pm al hotel Fontainebleau intentando encontrar durante media hora la entrada a la admisión para la verificación de los ticket y el chequeo. No era clara la entrada; sólo descubrimos después que había dos entradas.
En la primera entrada se hacía una fila improvisada que comenzamos a armar para entrar, con nuestros ticket en mano y cumpliendo el dress code. ¡Sorpresa! No se entraba por orden de fila, sino porque a quién el guardia (un tipo medianamente alto, barbón y bastante prepotente), elegía según un cuestionable criterio quiénes eran dignos de entrar y quiénes no o todavía no aún, no importando si hacías la fila, si ibas acompañado o si llegaste de los primeros. Ni siquiera si habías comprado el ticket y cumplías el dress code tenías seguridad de entrar. Estuvimos junto a otras personas más de 1 hora y 30 minutos esperando a entrar, mientras que los que llegaban tarde o en grupos, o derechamente grupos de mujeres entraban primero; sin haber prácticamente ningún hombre en el interior salvo los anfitriones.

Mi hermano después de un rato salió de la fila y encontró otra entrada, que podría decir era la oficial, más escondida y en la que pasamos sin problema; como sería en un local normal. De habernos quedado donde estábamos primero, hubiesen sido las 3 am y seguiríamos afuera.

Por favor leer este blog que encontré en mi espera antes de entrar a LIV: ¿Quiénes tienen preferencia de entrada en LIV?!

En resumen, tu acceso será mucho más fácil si:
1) Eres amigo de Dave Grutman o conoces a alguien de la organización,
2) Vistes “sensual” – esto es válido sólo para las mujeres,
3) Vas con el DJ o te conoce,
4) Te invitan o conoces a alguien del grupo de Dave Grutman.

Si tienes la suerte de lograr entrar, verás que el espacio es aceptable. El escenario es pequeño para el tamaño de la discoteca, pero suficiente para el DJ y el espectáculo.

¿Qué otras sorpresas nos llevamos?
Que la mayoría de las mujeres del Cluster pasaban sentadas en las mesas y prácticamente no bailaban, sino que estaban en sus teléfonos chateando y bebiendo en compañía de los anfitriones de las mesas. Aquí en Chile, y lo que viví en Punta Cana en el Coco Bongo, después de un rato la mesa se abandona y se va a la pista de baile; pero el tiempo pasaba y ellas seguían allí. ¿Eso era entretención, me pregunté?

Nos cambiamos de lugar que estábamos (las barras) para disfrutar del espectáculo, pero cuando creíamos que empezaba… duró la nada misma y la calidad dejó bastante que desear. La música era plana en extremo. La mezcla del DJ era escasa, para no decir derechamente nula. Si alguien encuentra que la electrónica o la música house (que adoro) es estática, no estuvieron esa noche u otras similares en la LIV. Prácticamente el mismo ritmo todo el rato, no había mezcla de canciones, NADA!.

La única vez que cambiaba algo la música era cuando un grupo de meseras llevaba una botella en alto hacia una mesa; y sería… volvía la monotonía musical. ¿El espectáculo era que llevar botella de alcohol a una mesa? Uf, sin comentarios.

No sé si hay algún código en la LIV que lo desconozca, pero ya pasada poco más de una hora dentro en un ambiente estático y un espectáculo pobre, sumado al mal rato que pasamos en la entrada; no estaba de ánimo ya esa noche. Nada que decir de las guapas chicas, pero es que… ¡ni siquiera había espectáculo ni música para bailar algo!

A los únicos que veía bailando (y otras cosas que dejaré a la imaginación) eran las parejas. En sí, LIV Miami estuvo muy por debajo de las expectativas y de lo que promocionan.

Opiniones de terceros sobre LIV:
– LIV, lo que se debe saber antes de.
– Cómo vestir y a qué hora ir.
– Extremadamente caro y difícil de entrar.

¿Volvería?
Sí y no. No como la primera vez.

¿Lo recomendaría?
Sólo si eres amigo de Dave Grutman o su grupo.

Día 6: Disfrutando lo simple

Ya habiendo tenido la experiencia del día anterior, ¿por qué mejor no disfrutar algo más simple? Una caminata por Ocean Drive, sus bares y espectáculos.

No puedo dejar de mencionar lo entretenido de los espectáculos de algunos travesti en determinados locales. Sacaban aplausos de sus habilidades en el caño o la gran personalidad que tenían en la actuación. No entramos a esos locales, pero se podían ver desde la vereda; y se disfrutaba del espectáculo.

Caminando por la incomparable Ocean Drive

Caminar por la Ocean Drive es una experiencia que es difícil de replicar en otra ciudad, porque es un ícono exclusivo de South Beach. Nada se parece a esa calle en diseño, ni en personalidad – aunque suene extraña esa palabra, esperaré que entiendan a qué me refiero-.

En lo que es comida, por favor considerar lo del Día 4. En Ocean Drive es lo mismo, pero más caro.

Cambiamos Uber por la caminata, los buses del sistema de transporte público del Condado de Miami-Dade por el Trolley gratuito (que es lento pero en exceso… de verdad ¡se avanza más caminando!)

Fuimos ya en nuestra última noche en SoBe a la tienda por excelencia de la ñoñería techie: BestBuy, el paraíso.
Bestbuy de Miami Beach no es particularmente grande. Pero encontramos lo que buscábamos, unos asistentes allá comunes, aquí novedosos.

¿Así que mi Alexa (aka Amazon Echo) no entiende español?
¡Qué mejor!, si lo que quiero es practicar mi inglés.

Fue una de las razones para elegirlo, además de sus capacidades para controlar otros dispositivos.
Terminando cerca de las 9 pm, volvimos ya a nuestro hotel.

Día 7: El día de decir hasta pronto USA

Aprovechar las últimas horas de piscina y habiendo empacado todo, comenzábamos a despedirnos de vivir casi un mes en los Estados Unidos. Sí, fue una experiencia enriquecedora. La mejor decisión del año.

Aprovechamos lo simple, una buena hamburguesa en el McDonald’s de Lincoln Rd con Washington Ave; y una última caminata por la Lincoln Rd y la playa de South Beach. Infaltable esa imagen con la escultura de SoBe (South Beach), en honor a la escultura original LOVE de Robert Indiana.

Subimos a nuestro transfer en camino a Miami Intl. Airport.

Durante el camino, vimos lentamente los caminos que recorrimos, y en eso, un Club de Golf que no alcancé a visitar. Ya habiendo tomado la ruta 195, dejábamos atrás la última parada en Estados Unidos, para ir camino al sector de embarques de American.

Veredicto de Miami Beach

De volver, volvería sin duda.

Es pintoresco y entretenido. Pero hay que dar su tiempo antes de volver para volver a disfrutar como la primera vez. Nunca será como la primera vez, pero es un destino en el que puedes hacer muchas (de verdad, muchas) cosas para entretenerte y salir de la rutina.

Recomendaciones de viaje

  1. Miami es el destino ideal en USA para las personas que manejan poco el inglés y bien el español, ya que francamente se habla más español que inglés en esta parte de Estados Unidos.
  2. ¿De Shopping? Yo fui a Aventura, y no alcancé a recorrerlo completo. Se recomiendan por los precios ir a Sawgrass o a Dolphin. Si buscas algo más de exclusividad, te recomiendo ir a Bal Harbour cerca del sector de North Beach.
    De donde estaba alojado, me quedaba más cerca Aventura y Bal Harbour. Moverse en transporte público no es difícil para quiénes acostumbran hacerlo.
  3. En espectáculos, si vas solo o con un acompañante mejor pasar de largo de LIV. Si vas en grupos grandes y alguien conoce a Dave, ve.
    Sí, en Miami se vive mucho de la apariencia. Lo notarás al primer día.
  4. ¡Los hipermercados están lejos! sí, MUY lejos. Prácticamente el Walmart más cercano a SoBe está detrás del Aeropuerto Internacional de Miami.
    Farmacias como CBS y el supermercado Walgreens están para ayudarte. Nota aparte: las farmacias norteamericanas no son como las de Chile, son prácticamente supermercados.
  5. Si puedes arrendar un vehículo en Turo, aprovecha la oportunidad y arrienda el auto de tus sueños según tu presupuesto; pero para la mayoría, un Ford Mustang o un Chevrolet Camaro son buenos vehículos a un excelente precio.
  6. Las playas del Caribe como Punta Cana son mucho mejores que las de Miami, pero SoBe no está nada de mal. Glamour + playa =
  7. El impuesto. En USA es una adivinanza el precio final que pagarás por algo. Si ves algo a USD 10, no pienses en 10, piensa en 11 o 12.

Si tus maletas están con destino a Miami,
¡A disfrutar el viaje!

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