Varios factores contribuyen al interés del movimiento: por un lado, Android precisa, como cualquier versión de Linux, una colaboración del fabricante a la hora de plantearse como sistema operativo para usuarios del segmento no avanzado, que chocan con el diferente funcionamiento del sistema a la hora de instalar nuevos programas o configurar opciones. Por otro, Google no cobra por la licencia del sistema operativo, permitiendo bajadas de precio que, a la escala de precio final de los netbooks, pueden ser a en ocasiones interesantes.
Y finalmente, el recurso a Android podría posibilitar la entrada en el segmento de arquitecturas ARM para competir con modelos basados en Intel Atom, lo que daría al sector un dinamismo interesante. Los procesadores ARM, pensados originalmente para teléfonos móviles, pueden tener características de consumo muy interesantes para los netbooks, donde la mayor parte de las mejoras por el momento no se han dado en el lado del procesador, sino en el de las baterías. Además, algunos de los licenciatarios de tecnología ARM, como Qualcomm, son socios de Google en el consorcio Android, lo cual dota al movimiento de un interesante sentido estratégico.
Veremos como sigue evolucionando la cosa.
enriquedans