A este personaje me lo encontré en los últimos días de viaje.
por calles de Barcelona, mirando rasgos de personalidad muy distinta
a lo que se acostumbra en Quito.
Que en esos momentos me resultaba bastante unifamiliar.
Tan remoto el parentesco. Que incluso ahora, de regreso
Y mirando esta foto en el dormitorio que delimita estas realidades,
Me es absurda la vida en esta ciudad
Me preguntaba;

¿porque estos personajes me resultaban fascinantes?,
singulares entes que nos recuerdan a momentos, la soledad
La agonía, nos remite a la idea de fracaso, de alucinación humana.
Sin embargo hay días que no me es ajena esa sensación.
Y puedo percibir esos reflejos, he intuirlos míos.
Casi propios de destino, de anonimato.

Veo a un hombre expresarse, mudo con sus carteles,
que con membretes se pueda ahorrar en palabras dichas.
Expresiones de uno, que por su sola huella, hablan por el individuo.
Facciones de la cara, titubeos del carácter, miradas huidizas.
No es ajeno a cualquiera de nosotros, sabernos menospreciados,
Vulnerables, naufragados en desdichas.

Me acongoja quejarme, ¡pero soy incomprendido!,y esa es la verdad.
Nadie entiende de mis fatigas, del secuestro sentimental en el que vivo.
No me importa ya el día.
Mucho menos su noche
Y sus interminables encantos.
(Eso lo pude comprobar en días recientes)
En las mujeres, en el sexo, en las vanidades del espejo
Ya no importan. No importan cuando ya no los deseas.
El tiempo me ha llevado a un estado apático.
Donde en la sequedad de mi carácter, me desciendo garganta para adentro.
Y me zambullo en los malestares intestinales, en las mierdas flotantes.
Miro que el corazón bombea con normalidad, sin agitación, sin reflejos pupilares.
Camina como fantasmal el cuerpo, sin llenar ni ocupar espacio.
En anonimato, un terrorista sentimental.

Tengo hambre.
Tengo sed
Sed de amor
Sed de lujuria
Apetito voraz de cariño
Dientes, lengua, ojos a los cuales mirar.
Tengo hambre
Un calambre estomacal.
Ataques de ansiedad
De anomalía.
Carnívoro, decadente.Busco saciar fantasías, fantasear en ella
En el deleite de miradas.
Conjugar en la ciudad.
Busco estar solo, perdido entre rarezas.
Especimenes que embelesan.

La ciudad es una puta fascinante.
Todo se regatea en estas calles y sus pormenores.
Se ofusca, se destruye, se obra en malicia.
Una actitud selvática, concebida la ciudad como un reclusorio adoquinado
Con zaguanes y quebradas, bosques encantados y espejismos.
Un laberinto complejo donde las sombras perpendiculares se bailan
Y se juntan en conversaciones, en vanidades, en egoísmos.
Se departen, se reinician, se entablan otras proximidades, con tacto
Con despreocupación, las relaciones se entretejen misteriosas
Aludiendo al anonimato al que se esta habituado,
La presencia va dejando rasgos y memorias.
Se originan nuevas especies, nuevos aborígenes.
La ciudad que fue hecha para sostener a hombres piadosos, se revoluciono.
Abandono los campanarios, se deshizo de la bandera, expandió sus horizontes
He hizo miradas a otras ciudades, a cuerpos que habitan en otros mundos,
La humanidad se restauro en los brazos de la idolatría.
Se deshizo de fronteras, asumió su singularidad, hizo de cada espécimen
Una belleza, y de cada defecto un común.

Tengo hambre
Y no tengo dinero
Ni quien me cocine
Estoy sin trabajo
Y la gente me dice vago.
Busco, propongo y nadie se anima a pagarme
No se hacer nada bien, pero tengo talento han dicho.
Tengo inercia y religión donde soportarme esta miseria.
Pero no tengo trabajo, estoy sin dinero y ya tengo hambre.

Me gustaría desayunar leche de vaca hoy.
Y almorzar de la misma vaca un filete.
Cansando de tanto tragar me haría de una doncella que
Relajara mis músculos antes de ir a cagar.
Para luego, con el corazón contento ser un holgazán.
Todo esto lo haría si con fortuna me encaprichara
El destino de la vida.
Que hermoso seria sentirse satisfecho de comida.
Con la vista llena de amor,
Mi mujer me dejo el día que me hice pobre.
Y hasta hoy día no regresa.