Tirán y Sanafir son dos islas del mar Rojo; dos
Islas deshabitadas frente a la costa de la península del Sinaí; apenas unos peñascos en medio del mar, varadas y olvidadas por el mundo. Sin embargo, por su causa, han vuelto las protestas a las calles de El Cairo cinco años después. El pueblo egipcio vuelve a gritar, vuelve a pedir la salida del tirano, vuelve a pedir pan y libertad.
¿Qué son estas dos islas? ¿Qué ha ocurrido para que vuelvan las manifestaciones a las calles? |
Ubicación geográfica de las islas Tirán y Sanafir |
Tirán y Sanafir siguen en el mismo sitio que siempre, pero las
autoridades egipcias han firmado un tratado para cederlas a Arabia Saudí. ¿Cuál es su importancia? Deshabitadas, áridas, nada ha habido en ellas, pero su situación en la salida al mar del golfo de Aqaba nos da algunas pistas. El golfo de Aqaba y el estrecho de Tirán son las únicas salidas al mar de Israel y Jordania. Si hacemos un poco de Historia, parece (digo parece porque no está claro), las islas fueron otorgadas a la soberanía egipcia en el tratado entre Gran Bretaña y el Imperio Otomano (1906) que delimitaba sus fronteras coloniales. Posteriormente fueron ocupadas durante la II Guerra Mundial por Egipto para proteger el canal de Suez. En 1967, el presidente Nasser bloquea el paso de barcos israelíes, lo que fue causa del estallido de la Guerra de los Seis Días. Desde 1967 a 1982, las islas fueron ocupadas por Israel, que fueron devueltas a Egipto como consecuencia de los Acuerdos de Camp Davis (1978), por los que el país se comprometía a dar paso a los barcos israelíes desde el golfo de Aqaba al mar Rojo. Todo seguía así hasta el
8 de abril, cuando durante la visita oficial del rey Salman a Egipto, el presidente al Sisi ha firmado unos acuerdos con el rey, por el que Egipto cede la soberanía de las islas a Arabia Saudí.
¿Qué obtiene a cambio? Pues sencillo, dinero. El tratado prevé la creación de un fondo de inversión común de más de 14.000 millones de euros, una nueva inyección de capital saudí que desde el golpe de estado de 2013 permite mantener a flote la maltrecha economía egipcia. Asimismo, también está previsto la construcción de un puente con el nombre del rey Salman, que unirá Arabia Saudí con el Sinaí, por el cual los jeques del petrodólar podrán disfrutar de las comodidades de la ciudad turística de Sharm el-Sheij.
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Firma del tratado Arabia Saudí-Egipto, ante la mirada atenta de sus dirigentes, en una foto cedida por la presidencia egipcia |