En Trujillo, las 5 de la tarde pueden ser propicias para un ángulo cerrado de ausencias. La mujer estaba allí y leía un libro mientras, a lo lejos, las personas atravesaban los controles de seguridad con nuestro mismo cansancio. La mujer leía en francés y, a sólo unos cuantos pasos, mi cámara empezaba a registrarla. Tenía los audífonos puestos (los tuve todo el tiempo) y la imagen era perfecta: The Radio Dept. puede partirte el corazón en un minuto y medio. Entonces, ella, nunca sabré por qué, empezó a reír, y un rato después un hombre tomó asiento muy cerca suyo. Yo estaba allí y vi cómo ella volteó a verlo y luego él hizo lo mismo. ¿Estaban allí, juntos, incluso sin realmente estarlo? Fue apenas un instante y lo especial de todo fue que yo estuve allí para contar esta historia.
Quiero estar allí para las siguientes.
