Terminada la Guerra de los 400 años, la tierra volvió a ser lo que era. Igual, pero distinta. Atrás quedaron las millones de toneladas de metal oxidado de tanques, naves de combate, platillos voladores y artillería láser. Todas las construcciones se derrumbaron y se Volvieron a construir. Los seres humanos nos convertimos en polvo, y del polvo volvimos a nacer.
Las naciones que vieron auges y decadencias ya no existían. Las predicciones mayas jamás ocurrieron.
Pero el deseo por la figura femenina, el erotismo, y los pensamientos cochambrosos volvieron a integrarse a la conciencia humana. Ya no en la forma que alguna vez conocimos, sino en formas Nuevas, metamorfoseadas, extrañas...
Y nuevas razas surgieron de esos extraños seres, hasta lo que hoy conocemos...