El año pasado otorgaron un premio a la mejor idea para este proyecto a The Speed Camera Lottery del estadounidense Kevin Richardson. La idea es sencilla pero genial. Todos conocemos los clásicos radares de las ciudades que te indican la velocidad a la que vas, y si la superas, te multan. Richardson le dio una interesante vuelta de tuerca a lo habitual: cada coche que pase por la cámara superando la velocidad permitida pagará una multa, y con el dinero recaudado se creará un bote que se sorteará entre los conductores que sí respeten el límite de velocidad. Curiosamente y durante los 3 días que duró esta acción, la velocidad en la zona bajó considerablemente.
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