Un fragmento giovanesco:
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Objeto: abrigos Bogotá, barrio Olaya, Teatro Santa Cecilia, octubre 6 de 1985
Las butacas gastadas, rotas, la humedad tragándose todo a mordiscos. Crispetas rancias, dos gatos tocándose, abriendo fuegos. Unos pocos bichos en una tarde de domingo, un ambiente nada familiar, el aire pesado y el olor a viejo, a sudor de hospital. A Camilo no le gusta mucho ir a cine, prefiere ver televisión y aprender canciones navideñas en su flauta. La madre abraza al que nunca será el hombre de su vida, Don Emilio, un farsante con esposa y dos hijos que luego se perderán en las drogas. Pero para hoy está bien, mejor el calor de su grasa que estrechar al vacío.
Los ojos azules de Alain Delon, las tetas pequeñas de Anne Parillaud; solo eso queda de Por la piel de un policía. Minutos previos, el sonido del proyector y el comienzo de la otra película. Una comedia de enredos militares, El pelotón chiflado. No la has vuelto a ver desde ese entonces. También era generosa en tetas.