DOS HOMBRES
Conocí al primero de los hombres cuando volvía a casa tras un baile en el Salón de Veteranos de Guerras en el Extranjero. Me sacaban del lugar mis dos buenos amigos. Había olvidado que ellos me habían acompañado, pero ahí estaban. Una vez más, volví a odiarlos. Los tres habíamos formado un grupo basado en algo erróneo, uno de esos malentendidos básicos que todavía no se había hecho del todo evidente, así que seguíamos haciéndonos compañía y yendo a bares y teniendo conversaciones. Por lo general, estas falsas coaliciones morían después de un día o día y medio, pero esta ya duraba más de un año. Tiempo después, uno de ellos acabó herido cuando estábamos robando una farmacia y los otros dos lo dejamos tirado y sangrando en la entrada trasera de un hospital y entonces lo arrestaron y todo vínculo se disolvió. Pagamos su fianza más tarde, y todavía más tarde fueron retirados todos los cargos en su contra, pero habíamos abierto nuestro pecho para mostrar nuestros cobardes corazones, y no es fácil seguir siendo amigos después de algo así. Continuar leyendo.
DENIS JOHNSON. Traducción: Rodrigo Fresán.
Conocí al primero de los hombres cuando volvía a casa tras un baile en el Salón de Veteranos de Guerras en el Extranjero. Me sacaban del lugar mis dos buenos amigos. Había olvidado que ellos me habían acompañado, pero ahí estaban. Una vez más, volví a odiarlos. Los tres habíamos formado un grupo basado en algo erróneo, uno de esos malentendidos básicos que todavía no se había hecho del todo evidente, así que seguíamos haciéndonos compañía y yendo a bares y teniendo conversaciones. Por lo general, estas falsas coaliciones morían después de un día o día y medio, pero esta ya duraba más de un año. Tiempo después, uno de ellos acabó herido cuando estábamos robando una farmacia y los otros dos lo dejamos tirado y sangrando en la entrada trasera de un hospital y entonces lo arrestaron y todo vínculo se disolvió. Pagamos su fianza más tarde, y todavía más tarde fueron retirados todos los cargos en su contra, pero habíamos abierto nuestro pecho para mostrar nuestros cobardes corazones, y no es fácil seguir siendo amigos después de algo así. Continuar leyendo.
DENIS JOHNSON. Traducción: Rodrigo Fresán.