Cuando los tejidos una vez formados se conservan en un ambiente frío y seco, los fragmentos de ADN pueden sobrevivir durante cientos de miles de años. De hecho, el ADN no tiene por qué permanecer en los tejidos. Hemos sido capaces de conseguir el ADN. del suelo de ambientes previamente habitados. El ADN se daña y se rompe en pedacitos diminutos, pero es suficiente para permitir la secuenciación del ADN, para decirnos qué especies vivieron allí antes.

En una impresionante demostración de lo bien que funciona esto, los investigadores obtuvieron ADN de sedimentos que se habían conservado en Groenlandia durante unos dos millones de años. Sin embargo, los sedimentos datan de un período relativamente cálido en el pasado de Groenlandia y revelan un ecosistema completo que una vez pobló la costa norte del país.

Groenlandia es diferente

Durante el último millón de años más o menos, los ciclos glaciales de la Tierra han tenido períodos cálidos relativamente cortos que no alcanzan temperaturas suficientes para eliminar las principales capas de hielo en las regiones polares. Pero antes de este tiempo, los ciclos eran más cortos, los períodos cálidos más largos y hubo momentos en que las capas de hielo experimentaron retrocesos significativos. Se estima que en esta época, las temperaturas mínimas en el norte de Groenlandia eran unos 10 grados centígrados más cálidas que ahora.

Durante este período, un grupo de sedimentos llamado Formación Cap Copenhaven se depositó en lo que probablemente era un entorno de estuario. Algunas de las capas de este sedimento son probablemente sedimentos que llegaron al área desde un ambiente terrestre, y las otras capas son arenosas y probablemente depositadas por agua salada.

Los estudios de estos sedimentos han encontrado polen de varias especies de plantas y un puñado de fósiles de animales. Estos indican que había más especies en este antiguo ecosistema que las que se encuentran actualmente en el norte de Groenlandia, pero no está claro qué tan representativos son los hallazgos. El polen puede viajar largas distancias, por ejemplo, y es probable que solo se conserve una pequeña fracción de los animales.

Entonces, un gran equipo internacional decidió averiguar si podían aprender más sobre el ecosistema utilizando el ADN ambiental. Si bien Groenlandia permaneció cálida durante algún tiempo después de estos depósitos, solo fue relativamente cálida; Los mínimos de invierno todavía estaban por debajo del punto de congelación. Y durante cientos de miles de años, la región fue generalmente tan fría como cabría esperar que fuera un área cercana al límite entre los océanos Atlántico y Ártico.

Luego, los investigadores intentaron averiguar la edad de estos depósitos. Con base en la inversión del campo magnético que ocurrió durante la colocación de la Formación Cap Copenhaven, concluyen que se depositó hace entre 1,9 y 2,1 millones de años, razonablemente cerca de la estimación anterior de 2,4 millones de años. Luego conectaron esa edad y las condiciones climáticas locales en un programa que estimó cuánto daño debería acumular su ADN. Esto sugiere que debe haber solo una fracción del daño que se le habría hecho al ADN en el clima más cálido: el daño probablemente se habría reducido en más de 700 veces.

Los investigadores argumentan que los minerales en el sedimento interactúan con el ADN, sacándolo de la solución y protegiéndolo de cualquier enzima ambiental.