Regresar a la escuela un lunes por la mañana después de las vacaciones y ser recibido por 20 caras más conocidas que cuando me fui hace una semana no es algo por lo que muchos estudiantes puedan decir que han pasado. Sin embargo, cuando regresé a la cafetería a las 7:30 a.m., inmediatamente corrí a abrazar a un grupo de ancianos que había conocido en los últimos 11 días, como si no los hubiera visto en años.

Durante 2022 vacaciones de abril, Jefa del Departamento de Idiomas Internacionales, Maria Zachary, llevó a un grupo de 29 estudiantes y cinco profesores escoltas en un viaje a España. En un período de casi dos semanas de ciudad en ciudad, actividad ininterrumpida y demasiada gente matando “por favor”, regresé a Westport con nuevos amigos increíbles y una experiencia inolvidable.

Pongamos este viaje en perspectiva, ¿de acuerdo?

Más de veinte niños de diferentes grados, en su mayoría extraños, con diferentes intereses y experiencias, de toda la comunidad de Staples, fueron empujados juntos en aviones, trenes, museos, autobuses, catedrales y hoteles durante unas dos semanas. No era diferente a la universidad, excepto por el toque de queda de las 10:30. Para mí, no había mejor manera de derribar barreras entre niños que quizás no se hubieran mirado dos veces en los pasillos de la escuela.

Juntos, mis compañeros y yo esperábamos en los aeropuertos, jugábamos en el karaoke de los viajes compartidos, aprendíamos algunos pasos de flamenco, bailamos al son de la Macarena, comimos copiosas rosquillas y tortillas de patata, cocinamos comidas tradicionales (y robamos algunas hamburguesas en nuestro tiempo libre), español, y andaba en bicicleta por las ciudades, rugía en los partidos de fútbol y se convirtió en un cómodo compañero de cuarto.

A través de la experiencia combinada de navegar en un entorno diferente en gran medida independiente del apoyo típico de los adultos, aprendimos más sobre los demás y sobre nosotros mismos. Aprendimos a cuidarnos unos a otros y a viajar como un grupo muy unido, no como individuos. Terminé encontrando puntos en común y fuertes amistades con Personas Cuyas Caras me eran Completamente Desconocidas Hace una semana.

En este nuevo entorno, también vi a mis maestros en un estado completamente prohibido: pantalones de chándal y pijamas. ¿Quién sabía que los maestros incluso tenían pijamas?

Pero en serio. Mientras disfrutaban de sus pequeñas vacaciones, este grupo de adultos se mostró dedicado, comprensivo, paciente y se divirtió infinitamente en lo que sin duda fue una tarea logística increíble. Han trabajado en vano para brindarnos un entorno libre de estrés e inclusivo, al mismo tiempo que nos regañan con recordatorios constantes de que “deberías usar mi apellido cuando regresemos a la escuela”. La experiencia fue un recordatorio de lo fácil que es romper las barreras comunicativas y colaborativas entre ellos. profesores y alumnos.

Soy un fanático de los viajes. Pero para mí, este viaje no fue solo por el hecho de que fui a Europa y pude explorar un hermoso país. Fue una experiencia inolvidable debido a las formas en que crecí como individuo, asumiendo responsabilidades más apremiantes y siendo disciplinado y organizado con el dinero, así como las nuevas relaciones que formé al ser empujado fuera de mi zona de confort.

Actualmente, el Departamento de Idiomas del Mundo tiene previsto organizar dos viajes más como este y, si todo va bien, continuar con más en el futuro. Recomendaría esta experiencia a cualquier estudiante que esté en un abrir y cerrar de ojos. Si podemos trabajar para eliminar las barreras financieras para viajar y anunciar los viajes de una manera atractiva e inclusiva, tiene el potencial de convertirse en una tradición significativa y duradera de Staples.