| Sick boy (Jonny Lee Miller) y Renton (Ewan McGregor) en Trainspotting 2 (Danny Boyle, 2017) |
Me lo he justificado a mí mismo de todas las maneras. Que no era para tanto, solo una pequeña traición, o que nuestras vidas habían ido por caminos cada vez más distintos, ese tipo de cosas. Pero afrontémoslo, le di el palo a mis supuestos colegas. A mí Begbie me importaba una mierda, y Sick boy, él me habría hecho lo mismo si se le hubiese ocurrido primero, y Spud, bueno, vale, lo sentí por Spud, él nunca le hizo daño a nadie. Entonces, ¿por qué lo hice?. Podría ofreceros un millón de respuestas, todas falsas. Lo cierto es que soy una mala persona, pero eso va a cambiar, yo voy a cambiar. Es la última vez que hago algo así. Ahora voy a reformarme y dejar esto atrás, ir por el buen camino y elegir la vida. Estoy deseándolo, voy a ser igual que vosotros. El trabajo, la familia, el televisor grande que te cagas, la lavadora, el coche, el equipo de compact disc y el abrelatas eléctrico, buena salud, colesterol bajo, seguro dental, hipoteca, piso piloto, ropa deportiva, traje de marca, bricolaje, teleconcursos, comida basura, niños, paseos por el parque, jornada de nueve a cinco, jugar bien al golf, lavar el coche, jerseys elegantes, navidades en familia, planes de pensiones, desgravación fiscal... ir tirando mirando hacia delante hasta el día en que la palmes.
Trainspotting (Danny Boyle, 1996)
No Mark, puedes elegir la vida, el buen camino, pero siempre ocurre algo que echa al traste esa idílica existencia hasta el día en el que palmas. Puede ser una mujer que te pone los cuernos, o una enfermedad incurable, puede ser un estúpido accidente de coche o unos desalmados hijos que te arrumban en un asilo de ancianos. En tu caso, un ataque al corazón fue tu caída del caballo, una vez que el amor y el dinero se acabaron. Lo mismo da. Por eso, volver a Edimburgo era tu única opción, el viejo Leith nunca decepciona, pubs desangelados, papel de pared desteñido y manchado, y tu antigua vida, tu antigua habitación. ¿Qué puedes hacer con estos mimbres? Construir una nueva vida, reconocer que solo sirves para dar palos o esperar a que te los den. Choose life.
T2: Trainspotting o Trainspotting 2 (Danny Boyle, 2017) llega veinte años después de su predecesora. Segundas partes nunca fueron buenas, dice el refrán y buscaba eso, que me decepcionara y echara de menos la anterior, porque veinte años son demasiado años para reproducir la magia. Y sorprendentemente me ha gustado. No es sucia, no es espontánea, no es underground y yonki como la anterior, exactamente igual que no es lo mismo tener veinte años que cuarenta. Pero está bien planteada y es una honrosa segunda parte. Advierto que es tramposa, porque juega astutamente con la nostalgia de la primera aunque a veces se nota demasiado. Sin embargo, si te dejas seducir por ese juego, disfrutas sabiendo que fue de Renton, Spud, Sick boy o Begbie o disfrutas recordando dónde estabas veinte años antes. En cualquiera de los dos casos, echas un buen rato. Y la banda sonora, como en la anterior, es muy buena. Lust for life.
Trailer de T2: Trainspotting (Danny Boyle, 2017)
