Pero ese momento está a punto de llegar cuando de repente aparece en su vida quien menos se lo espera.

Peter Hunter es un joven magnate inmobiliario del que apenas se sabe nada. Es muy celoso de su intimidad, no concede entrevistas, ni tiene redes sociales; sin embargo, Vera un día se lo encuentra en la cafetería de Malory, su mejor amiga, y ve el cielo abierto.

En la revista van a publicar un número especial dedicado a los millonarios del año y sabe que una entrevista con Peter Hunter significaría el ascenso directo, por lo que, Vera ni se lo piensa.

Finge un tropiezo, le arroja un café encima, le confiesa que necesita que le conceda esa entrevista como sea, y cuál no es su sorpresa que Peter, el tío más guapo, sexy, borde y distante que ha conocido en su vida, dice que sí, acepta.

Y es que esa chica de lengua suelta, espontánea y alocada, que le ha derramado un café entero sobre su mejor traje italiano para conseguir un ascenso, desde el primer instante le hace sentir algo de lo más extraño. Y quiere saber exactamente qué demonios es…

Así que qué mejor que pasar tiempo juntos, con la excusa de la entrevista en profundidad, a la vez que van conociéndose más y más…

Tanto que acaban quemándose pues, a pesar de que los dos hacen todo lo posible para mantener a raya la atracción tan brutal que sienten, al final acaban cayendo en la tentación.

Eso sí, los dos tienen claro que lo suyo no debe pasar de ahí. Vera es una chica romántica y soñadora que busca un hombre totalmente opuesto al señor Hunter, que ni es de su clase social ni cree en el amor. Y Peter es un hombre racional y práctico que está convencido de que el amor tan solo es un cuento.

No obstante, el destino les tiene preparado otro plan…