Hace unos días escuchaba una TED Talk, una breve conferencia, de Tim Harford, el popular periodista y escritor británico. El autor del popular El economista camuflado o Cincuenta innovaciones que han cambiado el mundo. Su podcast en la BBC sobre datos y estadística en la BBC, More or less, es también muy recomendable y merece la pena escucharlo cada semana. La cuestión es que Tim Harford ponía como ejemplo en su charla el año milagroso de Albert Einstein, para abogar por una determinada forma de trabajar. Al fin del artículo comprenderán por qué hacía esto. Por cierto, hay unas cuentas entradas en Curistoria sobre Einstein.

El año milagroso de Albert Einstein fue 1905, cuando escribió cuatro artículos clave en la historia de la física y sobre temas diversos

Cuando Einstein, que nació en 1879, tenía 26 años y trabajaba en la oficina de patentes de Berna, en Suiza, tuvo un año milagroso. Un  annus mirabilis. Publicó cuatro artículos sobre temas diferentes, y cada uno de ellos suponía un avance importante en su ámbito. Todo esto mientras tenía un trabajo a tiempo completo en esa oficina de patentes.

En la revista alemana Annalen der physik (Anales de física) recibieron el 11 de mayo un artículo que demostraba la existencia de los átomos, algo que no se había conseguido hasta aquel momento. No sólo eso, sino que su avance permitía comprobar su idea usando tan sólo un microscopio ordinario. Partía del movimiento browniano para concluir que este se producía por las partículas chocando y su estudio tenía que ver con el mundo de la botánica. El artículo se titulaba Sobre el movimiento requerido por la teoría cinética molecular del calor de pequeñas partículas suspendidas en un líquido estacionario.

Al mes siguiente, concretamente el día 30, llegó a esa misma revista el artículo titulado Sobre la electrodinámica de cuerpos en movimiento. Era el tercero del año, luego veremos el primero, y era base de la teoría de la relatividad. En ese artículo establecía algunas ideas que han marcado gran parte de la física básica del siglo XX. El día 27 de septiembre de ese mismo año, dándole más vueltas a esta teoría entregó el artículo que incluía la que seguramente es la ecuación más famosa de la historia: E=mc².

Einstein no consiguió el premio Nobel por su teoría de la relatividad

Curiosamente no fue por esos estudios sobre la teoría de la relatividad por los que recibió el premio Nobel, aunque hoy relatividad y Einstein estén unidos en nuestra cabeza. Fue por lo que derivó de un artículo anterior del mismo año, del mes de marzo, el primero de todos los artículos de aquel año milagroso.

El 17 de marzo de ese 1905 envió un artículo que abogaba por una visión de la luz como una secuencia de paquetes de energía. Esos paquetes de energía son los cuantos de luz, los fotones. Hasta entonces, la luz se consideraba una onda y eso evitaba que la teoría funcionase bien en todos los casos. Había cosas que no encajaban. Con la idea de Einstein de la dualidad onda-corpúsculo de la luz, todo parecía tener más sentido.

Fue por esto por lo que consiguió el premio Nobel unos años más tarde, en 1921. El artículo se titulaba algo así como Un punto de vista heurístico sobre la producción y transformación de la luz. El premio era por sus aportaciones a la física teórica y, especialmente, por el descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico.

Volviendo al inicio, Harford usaba el ejemplo de Einstein en su charla para abogar por una forma de multitarea que él llama algo así como multitarea lenta. En contraria a la idea de trabajar en una única cosa a la vez, a enfocarse en algo. Einstein, dice Harford, publicó en un año cuatro artículos importantes sobre temas diversos dentro de la física, sencillamente porque pasaba de un tema a otro de manera habitual, en una forma de multitarea. Cuando uno no le apetecía o estaba atascado, saltaba a otro y eso le permitía avanzar en todos hasta conseguir florecer todos ellos en ideas importantes, en aquel año milagroso de 1905.

La entrada El año milagroso de Albert Einstein se publicó primero en Curistoria.