La primera cita siempre es la más complicada, y si nos morimos por el chico, los nervios siempre nos traicionan. Además, es todo un ritual el saber cómo vestirnos, claro, debe de ser algo provocativo, pero tampoco tan comprometedor, el maquillaje debe de ser perfecto y hasta ensayamos lo que vamos a decir.

Eso tal vez es la parte fácil de la Primera Cita, el verdadero reto es cuando ya estamos con el crush de nuestros sueños y surgen las preguntas incómodas, esas que por más que evitemos de la nada surgen y arruinan la cita.  No decimos que esas preguntas sean malas, sino que para ser la primera cita no es fácil contestarlas.

Si no sabes de qué te estamos hablando, estos son los ejemplos más comunes, de seguro te sentirás identificada.

¿Cuánto llevas soltera?

O una de dos, llevas años sin novio y eso da pena decirlo, o acabas de terminar con alguien y darás la errónea idea de que luego luego vas por algo más.

¿Por qué cortaste con tu ex novio?

¡No! Sólo le ponen sal a la herida si es que terminaste mal con tu ex.

Oye, ¿te gustó?

Es una de las preguntas más difícil en la primera cita, por algo saliste con esa persona

¿Alguna vez haz sido infiel?

¿Para qué quieres saber eso?, ¿eres policía o qué?

¿Cuántos hijos piensas tener?

¡Espera!, es la primera cita y ¿ya estás pensando en hijos, boda y matrimonio?

¿Haces ejercicio?

De las preguntas más incómodas si es que no lo haces, si sí hasta lo presumimos.

¿Qué fue lo primero que pensaste de mí la primera vez que me viste?

Si el tipo nos trae como locas no podemos decirle la verdad sobre que la primera vez que lo vimos tiramos baba por él.

¿Cómo te gustan los hombres?

Son de las mejores preguntas, porque empezamos a inventar según el tipo de hombre que nos gusta para parecer interesantes, cuando simplemente nos gustan como el que está preguntando.

¿Has tenido muchos novios?

Esa es mucha información, mejor hay que evitarla