Inviernos finos y gélidos
como cristales
el cuerpo recibe el calor
de esa selva que a fogonazos
nos crece dentro
y ofrece lluvias, lianas
y parásitas
tantas que hacen
del jardín dormido
lo contrario
a la penuria
estrujo ramas, alzo jarillas
y alimento
un fueguito miserable
hasta sacarlo infierno
noches y días se salvan
en la tarea bruta de apaciguar
el hielo
es ahora cuando los tallos flacos
reflejan juncales carnosos
que bailan frenéticos.
Así es el fuego
parece que ocurre
en el centro ardiente
de la combustión luminosa
pero es en los bordes
es ahora cuando los tallos flacos
reflejan juncales carnosos
que bailan frenéticos.
Así es el fuego
parece que ocurre
en el centro ardiente
de la combustión luminosa
pero es en los bordes
devora, crece y se alza.
MA (inédito)