Sin embargo, la única habilidad que demostró el occiso fue la de gastar dinero a manos llenas. Criador de caballos, Piloto, vitivinicultor, arqueólogo, y últimamente escritor sin musa, fueron solo algunas de las aventuras millonarias que emprendió durante su vida.
Extrañamente, al final, fue la escritura la que pareció darle frutos. Su único libro: “Pídeme un deseo y lo verás por escrito”, causó furor convirtiéndolo en estrella..
Y allí estaba ahora, muerto. Sin computadora o máquina de escribir a la vista. Tendido sobre un montón de hojas escritas evidentemente a mano con aquella vieja pluma de ganso y tinta de un Tintero dorado, ahora vacío, aún sobre la mesa… Muy extraño.
Con la vieja pluma, escribió la palabra “FIN” sobre un pedazo de papel y la comparó con la letra en las hojas tiradas. La misma tinta. Aquel hombre parecía escribir su obra con Aquel Tintero, aquel tintero dorado. Miró con envidia las hojas abandonadas sobre la mesa, de seguro sería una verdadera locura de ventas..
"Omnia habet pretium."
Extraña cosa aquella chuchería… extraña de verdad.
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