En un trabajo titulado “El Prodigioso Mundo de Mañana”, publicado en Chicago a mediados de 1942, el profesor Howard Withman supone, entre muchos otros el Siguiente “perfeccionamiento”: “Dentro de unos 25 años, se considerará como muy natural el siguiente espectáculo: un individuo pasea por uno de los parques de la ciudad de Nueva York; de pronto, siente el deseo de hablar con un amigo que