Muchísimas Gracias a todas/os por vuestros cariñosos mensajes por el cumpleaños, incluidos/as los que no habéis enviado.
Antes, cuando era mayor, con estas cosas me emocionaba y lloraba casi todos los días. Ahora, en este proceso de sentirme más y más joven, me he vuelto un duro y solo lloro los sábados (me emociono cada día, eso sí).
De corazón, amigas y amigos de este invento y de otros, gracias, gracias, gracias.
(Por cierto, mi hija me ha echado la bronca por la fotografía que puse ayer. Dice que no es de recibo, que parece que quiero dar pena. Tiene razón, pero no era esa mi intención en absoluto. Comparto la de la cabecera -que la tomo ella-. En estos tiempos de tristeza pertenece a un día feliz del agosto pasado.)