Todo mundo la recomienda, pero no he sido capaz, ni una sola vez de poder entrar en su mundo, he carecido de la capacidad visual de caer rendido como lo hice y lo hago, con Hoseki no Kuni, para mi, una de las más grandes series de anime de todos los tiempos.

La trama es bastante sencilla, un peleador sin nombre, vive en los confines de los barrios bajos en una realidad distópica, donde los ciudadanos ricos, viven en la ciudad, el resto malvive entra el crimen y la pobreza de los guetos y barrios bajos, sin privilegios o ciudadania.

A quien conoceremos luego con el nombre de Joe, vive perdiendo las peleas en apuestas para la mafia, sin saberlo para que su entrenador lo explote para saldar sus cuentas.

El bueno,

Pero cuando Joe tiene la oportunidad de pelear con el campeón del popular Megalo Box, un deporte usando trajes exoesqueleto o con prostéticos cibernéticos, Joe decide participar en el evento a pesar de la misma mafia.

El feo.

Yukiko Shirato, la cabeza del Grupo Shirato, desea regresar a su anterior gloria a su compañía al supervisar el torneo de Megalonia, pretende usar a Yuri, el campeón de Megalo Box, para posicionar a su compañía.

La rica o Saori Kido.

Yuri se encuentra de casualidad con Joe y este lo llama perro de su dueña, por lo que este, enojado, va a retarle a los barrios bajos donde este vive, pero cuando está sorprendido por la resistencia de Joe, decide irse para que Joe le alcance en su ring, donde tendrá que pelear con todos para enfrentarse a él.

El malo, el perro o el ruso de Rocky IV.

Cuando veo esta obra para conmemorar el 50 aniversario de la añeja Ashita no Joe de Ikki Kajiwara, sobre boxeo y no sobre futuros distópicos, pasa ante mi una frase en letras rojas... REDLINE, REDLINE, REDLINE... y es tan parecida, que cambias de personaje y no se siente.
Claro, sin olvidarme de las peleas de exoesqueleto de Hugh Jackman.
O la historia de León, peleador sin ley, no parece que se quebraron la cabeza.
Como pasa con mi blog y las cientos de series que he visto gracias a este, he llegado al punto de cansarme de ver lo mismo.

Creo que es una serie que se deja ver, pero que ya he visto, no me llama particularmente la atención y, que como con Stein Gate Zero y el remake de Supercampeones, puedo seguir mi vida perfectamente sin ella.

Se ve buena, pero no me atrae, no me atrae.