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Mitología griega: Deméter.

A pesar de que ya cada vez son menos los astros del firmamento olímpico de los que ya hemos hablado en el blog de Gretur Viajes, todavía quedan algunos más antiguos, poderosos y especiales que los más conocidos por los aficionados a la mitología griega. Uno de esos ejemplos es Deméter, una diosa madre y protectora de las labores agrícolas, de la pureza de esa tierra negra que produce los brotes verdes que nos dan la vida. Deméter - o Ceres para los romanos- es también la diosa que emplea sus poderes en proteger el matrimonio, la unión entre hombre y mujer para dar los frutos que continuarán su estirpe. A pesar de no ser una gran conocida por el gran público, de nuestro siglo la bondadosa Deméter es una de las figuras sagradas más antiguas de la historia pues ya cantaba sus proezas el gran poeta Homero allá por el siglo VII antes de Cristo; pero además era la protagonista de unos ritos ancestrales vitales para el antiguo pueblo griego y que luego heredarían sus conquistadores romanos: los llamados misterios eleusinos. Así que hoy vamos a resucitar por unos momentos esta diosa maternal símbolo de la vida, de la unión y la fertilidad, la antiquísima diosa Deméter.

Cuenta la leyenda…

Según los misterios eleusinos, esos ritos de iniciación al culto de la diosa Deméter, la bella diosa sufrió una de las peores desgracias que le puede suceder a una madre humana o divina: perder a un hijo. En este caso, la hija se llamaba Perséfone y el motivo de la pérdida era su secuestro y posterior bajada al inframundo, ese mundo sin vida al que le había arrastrado su pérfido secuestrador, el dios Hades.

Como haría cualquier otra madre, la diosa Deméter dejó todo lo que tenía entre sus sagradas manos para lanzarse a la aventura de encontrar y salvar a su querida hija; el problema era que Deméter tenía unas responsabilidades de las que dependía la suerte de los seres humanos a los que protegía: hacer que la tierra fuera fértil, las plantas crecieran verdes y las cosechas fueran ricas y abundantes. En el tiempo que Deméter dedicó a buscar a Perséfone, la tierra se heló, la sequía y la hambruna se extendieron por el mundo, las tierras quedaron yermas y no había cosechas que recoger para alimentar a tantas familias hambrientas.

El panorama era tan desolador que los grandes dioses del Olimpo tuvieron que llegar a un acuerdo para que la vida humana no desapareciera de la faz de la tierra. Perséfone no podía volver a la tierra con su madre sin más ni más porque había tomado una granada del Reino de los Muertos y los que comen alimento del inframundo no pueden vivir de forma permanente en el mundo de los vivos. Sin su hija al lado, Deméter no quería ni podía volver a hacerse cargo de las necesidades de la tierra y, por ende, del ser humano que la poblaba. ¿Qué hacer? Lo más sensato: llegar a un acuerdo. Perséfone viviría con Hades en el inframundo una parte del año, unos meses que nosotros ahora llamamos “invierno“; pero luego, durante la primavera y el verano la hija tendría permiso para reencontrarse con su madre, esa diosa que reverdece los campos, alimenta las cosechas y entibia el aire y el corazón humano llamada Deméter.

Obras dedicadas a Deméter:

Una diosa tan antigua como Deméter ha protagonizado numerosas muestras artísticas a lo largo de los diferentes periodos de la Historia del Arte. Encontramos tanto a la Deméter griega, como a la Ceres romana en estatuas, bustos, grabados, placas votivas, pinturas… Veamos algunos ejemplos representativos:

“Deméter de Cnido.”

La Deméter de Cnido es una vieja conocida de los jóvenes estudiantes de Arte de las escuelas y los institutos ya que lleva años y años ilustrando los libros de texto. Se trata de una gran escultura en mármol blanco que muestra a la diosa Deméter sentada en su trono y que data del siglo IV antes de Cristo. Se puede disfrutar en el Museo Británico de Londres.

“Cérès foulant aux pieds les attributs de la guerre. “

La fantástica historia de la madre angustiada en busca de su hija, la hambruna que asoló al mundo y el entendimiento entre los poderosos para evitar la debacle no podía dejar de inspirar a los pintores antiguos y modernos. Un ejemplo lo encontramos en la fantástica obra de Simón Voulet, ese pintor francés conocido por introducir la pintura barroca dentro del panorama artístico de la Francia del siglo XVII.

“Demeter morning Persephone 1906″

¿Te llama la atención la imagen que hemos elegido para ilustrar este artículo sobre mitología griega del blog de Gretur Viajes? Se trata de una de las muchas muestras de la increíble artista Evelyn de Morgan (1855-1919). Esta pintora británica es menos conocida que algunos de sus coetáneos simplemente por ser mujer, pero es uno de los Artistas con mayúsculas que fue capaz de plasmar esa sensación de la tristeza de nuestra diosa madre Deméter en la búsqueda infructuosa de su hija. Un trabajo brillante que no debería pasar desapercibido en las líneas que escriben la Historia del Arte de la Humanidad.


Redacción: Marta Barrero. MARAVEGA Comunicación.

Imagen:Evelyn De Morgan [Public domain], via Wikimedia Commons



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