Hay mucha gente que viaja para reencontrarse a sí mismo, aunque si lo que tú buscas es perderte definitivamente, nada mejor que hacerlo en un Laberinto. En este artículo sobre los laberintos más bonitos del mundo ya te dábamos algunas ideas. Pero como en España también hay laberintos de excepción, ¿por qué no empezar por ahi? Prepara tus miguitas de pan para encontrar la salida y… ¡acompáñanos!
Laberinto de Horta (Barcelona)
Comenzamos por uno de los laberintos españoles más conocidos. Ubicado en el distrito de Horta-Guinardó, en la ciudad condal, consiste en un bello laberinto diseñado a caballo entre el siglo XVIII y XIX. Unos años en los que pasaron muchas cosas a nivel artístico (el paso del neoclasicismo al romanticismo) y de las que se hace eco este jardín. Y es que el laberinto es sólo una parte de las instalaciones: allí podrás encontrar también fuentes, estanques y esculturas. Visitarlo cuesta en torno a 3 € aunque los domingos es gratis.
Laberinto de la Granja de San Ildefonso (Segovia)
Nos vamos ahora a uno de los Reales Sitios más bonitos de España. El palacio y jardines de la Granja son un ejemplo de la influencia del arte francés en nuestro país. Y los laberintos eran también uno de esos artes en los que se especializó el diseño de jardines del país vecino. Aquí supimos importarlo y darle una vuelta absolutamente genial. Lo llamativo de este laberinto es que no es el que nos suele venir a la cabeza, es decir, una intrincada red de senderos rectos. Este laberinto, contemplado a vista de pájaro, se asemeja más a una espiral. Sin duda, fascinante.
Laberinto de Villapresente (Cantabria)
En la no muy conocida localidad de Villapresente, en Cantabria, está uno de los laberintos más destacados de España. Y lo es, en buena parte, por su extensión: una longitud de recorrido de 1,5 km y 5.000 metros cuadrados. Fue construido en fechas muy recientes (principios de los 2000) y fue diseñado por Philippe Ragueneau. Para su realización se han empleado en torno a 6.000 cipreses de Leyland. Unos números que bien valen una visita.
Laberinto de El Capricho (Madrid)
Como te mencionábamos en nuestro artículo sobre los mejores planes en el Madrid alternativo, El Capricho es una auténtica joya oculta de la capital. En parte se debe a su ubicación lejana al centro y al meollo turístico; sin embargo, vale mucho la pena. En parte por su laberinto diseñado en el siglo XIX que cuenta con una extensión de 1.500 metros cuadrados. Al igual que el de la Granja de San Ildefonso, su diseño es en espiral y está formado por setos de cipreses de hasta 3 metros de altura. Definitivamente, no puedes perderte el perderte en él.
Parque de Tentegorra (Cartagena)
Un Bien de Interés Cultural cuyo origen se remonta a 1896 cuando fue diseñado por el arquitecto cartagenero Víctor Beltrí. Está considerado como uno de los laberintos más grandes de España con sus 5.200 metros cuadrados y su casi kilómetro y medio de recorrido. Lo componen setos de cipreses de Leyland y cuenta con 12 puertas de acceso que, según parece, representan los 12 signos del zodiaco. Lo mejor es que, si llegas al centro del laberinto, podrás subir a un mirador desde el que contemplar desde lo alto la estructura en espiral del laberinto.
Laberinto de los Reales Alcázares (Sevilla)
Terminamos la lista con un laberinto sencillo de recorrer, el de los Reales Alcázares de Sevilla. El recorido alcanza los 312 metros de longitud y está formado por setos de mirto, tuya y ciprés. Podrás completarlo, por tanto, ,en poco tiempo. Lo mejor es que podrás disfrutar del encantador entorno de este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
