. . El rey había batallado casi toda su joven vida. Su padre, el anterior Monarca, había fallecido en circunstancias aún no aclaradas y él paso a heredar la corona a la temprana edad de trece años. Había tenido que crecer muy rápido ya que, su país se deshacía en guerras intestinas. Los nobles luchaban entre ellos intentando repartirse un país que se había quedado sin líder, sin la mano firme que había conseguido, durante años, mantener la cohesión y la paz. Todos pensaron que, al ser Luis un niño todavía, podría convertirse en un títere en manos del señor más poderoso. Por eso intentaban anexionarse la mayor cantidad de territorio posible. Sobre todo las zonas más estratégicas que les permitieran someter, desde posiciones privilegiadas, a sus enemigos, conocidos y potenciales. Pero no contaban con la personalidad madura y combativa del nuevo monarca. Había sido educado, prácticamente desde la cuna, como el legislador que debería ser en un futuro. Eso poten ...