Desde tierras australianas, el director Damien Power, después de haber dirigido varios cortometrajes, debuta en el mundo del largometraje con Killing Ground, una película de supervivencia mucho más efectiva de lo que a simple vista pueda parecer. Sin necesidad de recurrir a una agresiva puesta en escena o detalles visualmente grotescos, el bueno de Damien, que también se ha hecho cargo del guión, nos presenta una historia poco original, cierto, pero bastante bien desarrollada a pesar de su lentitud inicial. Un debut que no se va a convertir en una obra referente dentro del género, pero que después de ver el resultado y de lo que ha sido capaz con elementos tan sencillos, artística y argumentalmente, habrá que visionar, si no todos, alguno de sus cortometrajes. Este debut no es una película con la que puedas entrar en profundas comparaciones con otras películas de género de mayor empaque y de similares características argumentales dentro del género. De ser así, Killin ...