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Mentiras y Camelos

Por lo que yo sé, fue Harry Frankfurt el primero en introducir en el debate filosófico la distinción entre ´mentira´y ´camelo´, en su famosa obra “On Bullshit”. He traducido “bullshit” como “camelo” a falta de un término mejor (si algún amable lector me sugiere otra palabra lo agradecería). Para el resto del post emplearé el término bullshit que ya es un referente universal. Para Frankfurt la diferencia esencial radica en que el mentiroso sabe que lo que está diciendo es mentira (luego conoce la verdad). Al camelista en cambio, le trae sin cuidado si lo que afirma es cierto o falso. Incluso podría ser cierto, lo que no va a hacer es molestarse en comprobarlo si la afirmación en sí está en línea con su argumento.

Veamos algún ejemplo. Cuando el Presidente del Gobierno en funciones nos dice que va a bajar los impuestos y cumplir con el defícit, nos está mintiendo lisa y llanamente. Cuando el naturópata nos recomienda una “terapia ortomolecular” entramos en el terreno del bullshit ¿Qué es la terapia ortomolecular? les dejo con un texto sacado de internet, cuya fuente no citaré:

Es la parte de la medicina dedicada a la rehabilitación celular. Su objetivo es el restablecimiento del equilibrio químico del organismo. Este objetivo se consigue a través del uso de substancias y elementos naturales,como vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoacidos, probioticos, coenzimas, los cuales van a permitir un reequilibrio bioquimico,neutralizando efectos tóxicos y mejorando la calidad de vida.
La medicina ortomolecular puede aportar a la célula los nutrientes necesarios, y podríamos hablar de nutrición celular. La medicina ortomolecular, como medicina solo debe ser practicada por un médico que previo análisis de nutrientes le indicará la terapia más adecuada a su status o a su enfermedad.

Si examinan atentamente el texto verán que no contiene ninguna mentira flagarante, sin embargo, la terapia ortomolecular es un caso claro de bullshit. En la práctica recomienda el consumo de vitaminas y otras sustancias en cantidades muy superiores a las consideradas óptimas. Sólo en el caso de que la persona en cuestión tenga alguna deficiencia nutricional específica se puede esperar algún beneficio, y el abuso de algunas vitaminas y minerales tiene efectos negativos bien reportados. Los adeptos a este tipo de cosas me recordarán que fue inventada por Linus Pauling que fue sin duda uno de los grandes científicos del siglo XX. En cualquier caso, la idea de que el consumo masivo de vitamina C tuviera efectos beneficiosos para la salud ha sido refutada de forma clara. Los genios también pueden cagarla.

Pero mi intención no  es hablar de la terapia ortomolecular en concreto, sino del concepto de bullshit ¿Cómo podemos distinguirlo de la mentira y por qué esta distinción en importante? En primer lugar, el camelista siempre trata de convencernos de algo, ya sea por ideología política, interés comercial o mera paranoia; para ello sustituye la evidencia por palabrería vacua, lugares comunes, el empleo emocional de las palabras y (generalmente) una astuta mezcla de verdades, medias verdades y mentiras. En definitiva, el bullshit no puede encajarse en una categoría clara (verdad/mentira) de las que tanto le gustaban a Aristóteles, sino que tenemos que vérnoslas con algo mucho más difuso y difícil de identificar y analizar.

¿Por qué es tan peligroso ? En mi opinión por dos razones. La primera es que  ¡está en todas partes! Vivimos literalmente sepultados por toneladas de defecación bovina. En parte es una consecuencia inevitable de la vida moderna. Si todos los humanos tenemos que tener una opinión sobre asuntos de los que no sabemos casi nada, es difícil que no asome un poco de bullshit por algún sitio. Pero el verdadero problema es que ¡resulta muy útil como herramienta de persuasión! Por la sencilla razón de que es muy difícil comprobarlo todo. Y aquí el enunciado de  de la Primera Ley Fundamental del Camelo: La energía necesaria para refutarlo es (al menos) de un orden de magnitud mayor que la necesaria para crearlo.

La segunda razón por la que el bullshit es tan peligroso es que no hemos desarrollado una maquinaria moral para contrarrestarlo. Mentir está mal. El mentiroso se arriesga a sufrir un estigma (al menos en los países de origen protestante). Pero el camelista siempre se va de rositas. Algunas profesiones están orientadas específicamente a la generación masiva de bullshit ¡Y te felicitan por ello!

¿Qué podemos hacer? Inevitablemente, la Primera Ley nos dice que tendremos que dedicar bastante tiempo a la refutación y no hay recetas mágicas. Consultar la bibliografía científica puede ayudar en algunos casos cuando ésta está disponible, pero esto no ocurre siempre ni la bibliografía científica es la Verdad Absoluta. No obstante, para el camelo relacionado con temas de salud, una pequeña excursión por Entrez-Pubmed puede hacer maravillas.

Pero no se trata solamente de un problema de información (o falta de ella), la resistencia al bullshit requiere también de una cierta actitud moral, más en concreto, de honradez intelectual y esto me remite directamente a la Apuesta de Pascal. Me preguntarán, ¿qué tiene que ver Pascal con el bullshit? Permítanme que explique el argumento.

Después de una etapa personalmente difícil, Blaise Pascal, insigne matemático, físico y filósofo, entró en una fase mística y abandonó sus estudios para dedicarse exclusivamente a la Teología. Durante esos años desarrolló su famosa “apuesta” que puede formularse más o menos así:

No podemos estar seguros de la existencia de Dios; a juzgar por lo que vemos ésta es incluso improbable. Sin embargo, los beneficios de la Fe son potencialmente infinitamente buenos (el Paraíso para los que mueren en Gracia de Dios) y los perjuicios del ateísmo infinitamente malos (condenación sin remedio). Así  pues, la solución racional al problema consiste en creer, porque el coste/beneficio siempre es positivo para el creyente, incluso en el caso de que la probabilidad de la existencia de Dios fuese muy baja.

El argumento tiene cierta gracia (no voy  entrar a ahora a discutirlo en profundidad, aunque su refutación es fácil), pero sí quiero señalar la flagrante falta de ‘honradez intelectual’ del mismo. O sea, que creer en que una cosa sea cierta o no, no depende de un análisis detallado de la evidencia disponible a favor o en contra, ¡sino de lo que me convenga o no!

La honradez intelectual es un prerequisito para adquirir conocimiento. Si alguien no está dispuesto a mancharse los dedos examinando la evidencia y si no está dispuesto (en principio) a cambiar de opinión en función de lo que encuentre, entonces Todo es bullshit. O peor aun, no hay diferencia entre la verdad y el bullshit (algo que quizá suscribirían algunos filósofos posmodernos). Por desgracia, veo a mi alrededor muchas personas que no tienen ningún interés en cotejar los hechos y que piensan que cosas como la Terapia Ortomolecular, el Calentamiento Global o la teoría de la Evolución son simplemente “opinables” y que ambos lados de la cuestión son neutrales y equiparables.

Aunque la Verdad Absoluta no exista, podemos acercarnos a la Verdad Relativa (es decir a la mejor hipótesis en este momento) si lo hacemos con Humildad, Honradez intelectual y Esfuerzo.


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