Desde su lanzamiento en 1990, el telescopio Espacial Hubble de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) ha sido un observador meteorológico interplanetario, vigilando las atmósferas siempre cambiantes de los planetas exteriores, en su mayoría gaseosos. Estos no tienen superficies sólidas que afecten al clima como en la Tierra, y la luz solar tiene mucha menos capacidad de impulsar la