Por Andrés Pascual

Hay gracias que no provocan risas, no se puede subir un par de divisiones, aterrizar en la tercera y creer que se reescribirá otra historia. Y eso que el boxeo de hoy “da para todo”.

El único que ha jugado con los pesos en la historia de la disciplina es Manny Pacquiao, aunque hay algún que otro que mantiene una colección de diademas de diferente categoría que da “grima”. Bueno, no sigo, no vale la pena…

A Amir Khan lo entrena Virgil Hunter, pero no pudo imponerse a la naturaleza humana y cayó por nocao como retador a los 2:37 del 6to en Las Vegas anoche.

Hubo Quien creyó que el inglés podría, porque se mueve rápido y se ajusta a manuales técnicos hasta cierto punto.

Ganó 10-9 los dos primeros, pero el de Guadalajara lo medía, le tiraba y lo impactaba en el costado izquierdo, a veces le tiró un gancho a la cara, otras se quedaba corto, como fuera de distancia.

El caso es que desde el 4to round estaba definida la pelea: el Canelo de siempre, acortándole la distancia al hindú, achicándole el ring, pegándose poco a poco, porque, con la subida desde 140 libras a 160, no se pueden mantener ni la velocidad ni la pegada de la división inferior, mucho menos la asimilación y ni hablar de poder de recuperación.

Entonces, a los 2:37 del 6to, el Canelo lanzó el hook de derecha que se estrelló en la parte izquierda de la cara del europeo, un golpe bestial, salvaje, de los que no pueden asimilarse de pie ni responder al pleito por mucho corazón que tenga quien lo reciba.

Para poder levantarse de un impacto así, hay que ser Mediano natural o adaptado después de varias peleas en la división, por eso Kahn no podía ganar, porque ni es mediano ni hizo estancia de adaptación, porque una cosa es el gimnasio y otra el ring.