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Respira, ya estás fuera por Noelia Blanco – libros lésbicos

Tags: tania miedo mundo

Tania es una joven a quien toca lidiar con ciertas dificultades a las que no se enfrentan la mayoría de las chicas de su edad. Ella lo lleva con cierta resignación, momentos de amargura y la impagable ayuda que supone que su familia la apoya al 100%, ¡cuántas quisieran! Pero no deja de ser incómodo, frustrante y castrador estar todo el día rodeada de compañeros de clase estúpidos, amigas falsas que experimentan con el placer de traicionar, bobos narcisistas y profesores cobardes que no saben controlar que en su clase no se produzcan situaciones de acoso.

Sí, lo habéis adivinado, sin lugar a dudas: Tania es lesbiana y le toca aguantar lo suyo en el instituto. Porque desde que alguien la grabó en el móvil besando a una chica, los rumores, vejaciones, ataques verbales y mofas en general son el pan suyo de cada día. Como ya he dicho, lo bueno es que su familia es absolutamente genial. Compuesta por padre, madre y hermano, resulta el núcleo más alentador y estimulante para nuestra protagonista. También le ha quedado alguna amiga, y digo alguna porque, después de la desbandada de las falsas, su círculo amistoso ha quedado reducido a menos de la mitad de los dedos de una mano. Pero, ¡bravo por ellas! Hay que ser muy valiente para no seguir a la manada infame y arriesgarte a que también te condenen al ostracismo.

No obstante, Tania decide que necesita cambiar de aires, y que esos aires le refresquen un poco la cara. Así que su opción es algo que esté lejos y sea grande. Visualicemos la escena, totalmente imaginaria: Tania delante de un mapa de España, tendido sobre la mesa de la cocina (o de otro sitio, da igual), con banderitas de colores pinchadas en las poblaciones donde existe la universidad en la que imparten los estudios deseados. Por fin, echa una mirada a varios puntos de las banderitas verdes (por ejemplo) y calcula dónde está su nueva vida. ¡Ah, voilá!, ¡Barcelona!

Tania aterriza en Barcelona como si fuera otro planeta. En comparación con algo más pequeño, obviamente una gran ciudad tiene algo de otro Mundo. Por de pronto hay bares de ambiente… ¡Y para chicas! Espacios donde liberarse, donde estar a gusto de miraditas y risitas, donde poder explayarse y no pensar en que te puede ver tu vecino del quinto (entre otras cosas porque a tu vecino del quinto le da igual y a ti… lo mismo).

Nunca había visto una discoteca para chicas con tanta afluencia de público. Miraba a diestro y siniestro. Las barras, las gogoteras, las puestas de baile y supongo que debía de parecer Paco Martínez Soria recién salido del pueblo. (Pág. 57)

Es generalmente reconocido que todo estudiante que abandona su lugar de origen y vive por su cuenta por primera vez está experimentando una auténtica aventura. Y resulta también evidente que, en el caso de Tania, esa aventura será necesariamente más intensa y más enriquecedora que para los demás. Porque Tania tiene la oportunidad de cambiar de verdad, de crecer de verdad. Y la va a aprovechar, vaya que sí. Derrumbando ridículas barreras mentales, conociendo gente como ella (ayuda mucho no sentirte un bicho rarísimo) y, en suma, liberándose y siendo ella misma. Su participación en una asociación defensora de los derechos LGBT será un punto muy importante de socialización. Nuestra protagonista va a iniciarse en el mundo de la ayuda a los demás, una ayuda que ella había necesitado tanto.

Ojalá hubiera conocido yo un grupo como este cuando salí del armario para el mundo, cuando las dudas asaltaban mis noches y me impedían dormir, cuando me enamoré por primera vez y me rechazaron o cuando mis amigas me dieron la espalda y fomentaban las instigaciones que recibía en clase. Ojalá hubiera tenido un grupo como este al que acudir y que me miraran a los ojos y sólo me vieran a mí, no a la bollera. Y así, tener un sitio en el que refugiarme y poder ser yo, en toda mi esencia y sin miedo. (Pág. 73)

También comenzará a a salir por los bares de ambiente. Esto ofrece, obviamente, muchas esperanzadoras posibilidades para una persona soltera. Tania ya ha tenido su primera experiencia sexual con una chica en su ciudad, pero las circunstancias eran diferentes. No es lo mismo tener libertad que no tenerla: como del agua al vino.

No es fácil disfrutar si simplemente estás pensando en no llamar la atención. Si es cierto, que a veces eso tenía su punto, el hecho de estar disfrutando y pensar que al otro lado están tus padres viendo CSI. Pero no siempre resultaba sexy, la verdad que no. (Pág. 69)

Y con ese entorno vuelve a verse cada vez que regresa de vacaciones a ver a su familia y amigas (las poquitas que le han quedado). ¿Es que en su tierra no hay bares de ambiente? Sí, claro que existen, pero solo dos.

En una ciudad pequeña como la mía, la mayoría de la gente joven sabía dónde se encontraban los locales de ambiente, en este caso, los dos únicos locales. Nadie va, nadie conoce a nadie que vaya, pero todo el mundo sabe ubicarlos en el plano. A mí me daba miedo ir, bueno no sabía si era miedo o respeto…. (Pág. 53)

Y cuando allí acudes a estar en tu salsa, a veces topas con los típicos curiosos encantados de fastidiar. Véase la muestra de la reacción del típico plasta del Paleozoico ante la declaración de nuestra protagonista de su lesbianidad:

Pero tú no eres de esas, no tienes la pinta. Eres hasta guapa y todo, ¡joder! Si no quieres liarte conmigo, me parece bien, pero no me mientas, tía. (Págs. 87-88)

Pero Tania ha cambiado irremisiblemente. Aunque le molesta, ya no tiene el impulso de meterse bajo la tierra cuando se encuentra con una situación homófoba. Porque, aunque el ambiente de Barcelona dista mucho de ser tan cerrado como el de su pequeña ciudad, no deja de haber algún gilipollas diseminado aquí y allá, perfectamente capaz de fastidiarte el día. Es decir, vayas donde vayas siempre existe la posibilidad de que aparezcan los idiotas (porque por desgracia abundan). Lo importante es hacerle frente a la situación y no dejarse vencer.

Hace unos años, me hubiera ido corriendo a mi casa y me hubiera escondido. Seguro. Pero no era la misma niña asustadiza que no sabía ni quién era. Ahora todo había cambiado, yo había cambiado. Había logrado conocerme y quererme, ahora sabía quién era y lo que quería, lo que me gustaba. Ahora era más fuerte. No quería volver a sentir que era débil y que debía de esconderme en casa. (Págs. 66-67)

Tania alberga los pensamientos que todas tenemos alguna vez: la angustia de sentirse observada y criticada, el dolor por el rechazo de sus amigas, etc. En este último aspecto hay que señalar que perder las amistades puede ser algo muy sano, en plan “filtro” (quien se queda merece la pena y quien se va era un mal amigo: un desecho del que mejor ha sido desprenderse). Pero en el momento en que sucede, la interesada no lo percibe así, simplemente le duele. Porque a nosotras, al igual que al resto de la humanidad, no nos gustan los problemas. Tania tampoco va de héroe por la vida. Sólo quiere vivir la suya, al margen de idiotas dando por saco.

Sabemos que puede ser agotador aguantar a tanto imbécil un día sí y al siguiente también. El mensaje es: al final se cansan y te dejan en paz. Cuando dejas de ser noticia, se olvidan de ti y… ¡a vivir!

Tania acaba teniendo una gran lucidez respecto a cómo funciona esto de ser lesbiana. Si dejas que el Miedo te paralice, ya te puedes ir olvidando de de ser libre y feliz. Así se lo hace entender a la chica de la que se ha enamorado y con la que quiere iniciar una relación seria.

Sin miedo, ¿vale? No podemos empezar esto teniendo miedo. El miedo no está hecho para nosotras, no nos queda otra. (Pág. 151)

Yo puntualizaría un matiz: El miedo no está hecho para nosotras, PORQUE no nos queda otra. Llega un momento en que el amor tira de ti, o te empuja, y sientes que no tienes más salida, por mucho miedo que tengas. Así que, efectivamente, el miedo no está hecho para nosotras.

Esta es una novela sencilla, sincera y muy comprometida en relatar los problemas con que aún se enfrentan las lesbianas en el mundo real. No encontraréis el típico drama, en el que se sufre lo indecible; pero tampoco un mundo ideal donde no hay dificultades y la sociedad acepta a las lesbianas en una situación absolutamente normalizada. Hay novelas así, y aunque algunas veces nos hace ilusión escaparnos un poco a un universo ilídico, sabemos que eso no es la realidad. La realidad sigue siendo que no es fácil salir del armario y vivir con visibilidad (y dependiendo de la zona del mundo en que habites, a veces puede resultar verdaderamente heroico).

Que la disfrutéis, si os apetece.

Edición que cito: Blanco, N. Respira, ya estás fuera. Edición Kindle. 2016

El post Respira, ya estás fuera por Noelia Blanco – libros lésbicos fue publicado originalmente en Lesbicanarias. por Carmen Sánchez



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