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Resumen de When We Rise – Parte 3

En When We Rise acaban de contarnos la crisis del sida en la comunidad gay y, diez años después, Cleve sigue en las mismas con el edredón conmemorativo que se inició precisamente al final del episodio anterior. Cada año lleva todo aquel trabajazo a los jardines que hay frente a la Casa Blanca y leen los nombres de todos ellos como una especie de homenaje, aunque el presidente no quiere recibirlos y pasa de ellos ampliamente. Cleve ya está en modo envejecido y lo mismo para Ken.

“Sí, Richard, soy yo, tu pareja, sé que estoy un poco cambiado pero es el clima”

Se ve que envejecer te cambia radicalmente los rasgos faciales. A Diane y Roma también les ha pasado.

“Qué rico este café que te cambia el ADN”

Roma incluso pegó otro estirón mucho después de la pubertad con los años, QUÉ COSAS. Pasando por alto que las versiones jóvenes de los personajes no se parecen nada a las adultas (en serio, podían haber seleccionado a actores y actrices más parecidos entre sí), vemos que la hija de Diane (y de Roma, aunque entendemos que no sea oficial) ya está más que crecidita y viven la mar de bien en plan matrimonio bollo feliz.

Años después, Cecilia sigue trabajando en el comedor social junto a Ken, han hecho buenas migas. Tanto él como Richard tienen el VIH, así que Ken recibe una llamada y al volver a casa se encuentra con que Richard está muy en las últimas, le ha subido la fiebre a niveles estratosféricos y se muere. Yo me quejo de mi vida romántica inexistente, pero el drama de Ken es de otro planeta, pobrecito  Además, como el propietario de su casa era Richard y él no tiene ningún derecho legal, lo echan prácticamente a patadas de allí. GE-NIAL. Cleve también tiene VIH y un amigo doctor que tiene le propone que pruebe unas medicinas que todavía no son accesibles a todo el mundo.

GUAPA Y REINA

Roma sigue con su trabajo activista a tope, así que visita a Cleve para ver si puede ayudarla con alguno de sus viejos contactos. Quieren que les ayude a que salga elegida una candidata lesbiana así que él está muy dispuesto a ponerla en contacto con Tom Ammiano, que es el político gay más famoso de la ciudad. Ella se queda con esta cara de ¿así sin más? y Cleve le reafirma que por supuesto, que son familia. Esto es bonito.

Cleve está asentado en pareja con Ricardo, el chico que conoció en el episodio anterior. Tienen una comida con su madre y su padre, a quien todavía se ve que le cuesta aceptarlo del todo. En este momento Cleve les cuenta cómo se conocieron y cómo ambos se apoyaron al saber que tenían el VIH y cómo se quieren muchísimo. Su madre está emocionadísima y su padre ¿parece que algo también? No nos hagamos ilusiones porque este señor era un homófobo redomado, pero al menos ya no anda con la cantinela de querer curarlo.

La mirada de la incomodidad homófoba

Un poco más tarde comprobamos que efectivamente el señor ha dado un cambio con los años. Ofrece marihuana a su hijo para ayudarlo con su falta de apetito y lo empuja a no dejar que su orgullo se interponga en su salud para que acepte tratarse con los nuevos fármacos aunque eso signifique pedir ayuda a un grupo con el que no está de acuerdo que se llama Act Up. Además, le dice a Ricardo que se asegure de que lo haga, con lo que Cleve aparece por una reunión de esta gente y hablan de ello.

Por otro lado, Annie (la hija de Roma y Diane) quiere conocer quién es su padre biológico, así que Roma se pone manos a la obra pidiendo que la chica del centro de mujeres que las ayudó en su día rastree al donante. La sorpresa es mayúscula cuando se enteran de que su donante es nada más y nada menos que Tom Ammiano. ¡Madre mía,  las casualidades! Tom Ammiano es un poco payasete y Roma y Diane bromean sobre que verás ahora como a Annie le caiga bien.

Cuando el político gay más famoso de la ciudad fue tu donante de esperma

Ricardo decide que se va a marchar lejos de Cleve porque descubre que está enfermo y quiere ir a arreglar las cosas con su familia “por si acaso”. QUE NO TE VAS A MORIR, RICARDO. BASTA DE MORIR GENTE.

Por su parte, Cecilia está ayudando a Ken porque ahora se quedó sin ningún tipo de ayuda legal ni casa, así que consigue que reciba atención médica debido a su pasado en el servicio militar. Y, entre una cosa y otra, llega fin de año y con él más desgracias porque a Cecilia la apalizan y violan en su propio portal. When We Rise me está dejando en la mierda, así os lo digo. Esa misma noche Cleve se pasa un poco con la fiesta y termina desmayándose y despertándose en el hospital, lo cual es ya la última llamada de atención para que pruebe las nuevas medicinas con tal de no morir. Al principio le sientan muy mal, pero luego su salud va a mejor, aunque él sigue preocupado por Ricardo, de quien no sabe nada desde hace meses.

Annie finalmente conoce a Tom y vemos que poco a poco van teniendo más y más relación. Roma y Diane no ponen trabas a ello, lo entienden, pero al mismo tiempo están un pelín preocupadas.

Mamás lesbianas preocupadas

Roma intenta explicar a Diane que tal vez deben dejar entrar a un hombre gay en su familia porque, a fin de cuentas, ya son “familia”, evocando esa frase que le había dicho Cleve. De hecho, la alianza lésbico-gay sigue tan fuerte como siempre al haber prestado Tom Ammiano su apoyo a la candidata lesbiana Carol Midgen. Esto significa que van a dejar a Annie ir a visitar a la familia de Tom, es decir, ¿a sus abuelos? O al menos algo así, no sé, de momento están conociéndose. Annie es una niña bastante adorable y se despide de sus mamis dándose abracitos.

Mientras Cecilia recibe el apoyo económico de su madre para transicionar, Cleve recibe un paquete de Ricardo con un montón de cosas suyas y una carta de despedida, porque resulta que se murió Es muy triste ver cómo la epidemia de VIH se llevó a tantísima gente por delante en esta época (342.000 estadounidenses, según lo que nos dice Cleve en la serie). Así sigue y sigue aumentando el edredón conmemorativo en el que Cleve ha puesto tantos años de su vida junto a toda la comunidad gay que ha participado. Por esta época Bill Clinton acaba de llegar a la presidencia y se supone que prometió algunas cosas al colectivo LGBT+, pero al llegar a la Casa Blanca se está echando un poquito atrás (qué sorpresa… ) así que uno de sus asesores decide que es el momento de que visite el edredón.

Es, obviamente, un gesto más simbólico que otra cosa, en mi opinión un gesto de cara a la galería por parte de Clinton que necesitaba dar ese paso con toda la que le estaba cayendo, pero para Cleve es una manera de dar visibilidad a la lucha y reconocer el problema porque es el primer presidente de Estados Unidos que lo hace.

Esos efectos especiales buenos!

La serie inserta tal que así a Cleve en la imagen de archivo, que bueno, es difícil hacerlo de forma que no se vea en plan corta y pega, pero es que duele un poquito a los ojos. El caso es que Cleve le pide allí mismo que garantice el acceso a las medicinas que él está obteniendo a todas las personas con VIH para que así deje de morir gente. Pues sí, oye, sería un detalle.

De aquí saltamos a 1997… ¡que aquí yo ya tenía siete años, qué fuerte! Annie ya ha crecido y es una adolescente pseudorebeldilla, está en esa fase de “os odioooo, la vida no me entiende” así que Roma y Diane andan con la mosca detrás de la oreja. Se le pasará, chiquis, tranquilas. El caso es que un día de esos Diane vuelve a casa a por una cosa en horario de trabajo y se encuentra con que su hija no ha ido a la escuela. ¡Bandida! Así que empieza a interrogarla, pero ella pasa ampliamente de su culo. Ayyy, la edad del pavo es durísima.

“Nuestra hija va a ser una criminal falsificadora”

Cuando van a hablar con el director de su colegio se enteran de que Annie ha estado faltando a clase falsificando sus firmas. ¿Y nadie se da cuenta en esa escuela para avisarlas? Olé. El director les recomienda un colegio católico porque a esas alturas del año es el único que puede aceptarla y Roma y Diane se miran en plan “pero este tío se da cuenta de que somos lesbianas, ¿verdad?”.

Total, que van a hablar con la directora del centro y ellas le comentan su situación del tipo “mira, somos lesbianas, el padre de Annie es un hombre gay… ¿esto significa que la vais a quemar en una pira o cómo?”. Más políticamente correctas, pero en esencia es esto. La señora les dice que ellas apoyan a estudiantes de cualquier procedencia familiar, pero que luego en la cena anual con las familias obviamente tendrían que ver cómo pueden abordar esa situación de la mejor manera para su hija. O algo así. Así que pueden ser lesbianas, pero en su casa, ¿eh? Que no se note. ¿EH, SEÑORA? VAYA TELA LO SUYO.

“¿Dónde me han metido mis madres, jasús bandito?”

¿Recordáis lo de los Clinton en el edredón conmemorativo? Bueno, pues ahora su equipo asesor quiere que hable en una cena de la organización Human Rights Campaing que pide ayuda a Cleve para obtener donantes en zonas como San Francisco. Cleve es muy escéptico porque años después Clinton sigue sin sacar adelante medidas pro-LGBT+ y está un poco hasta el pollastre de los gestos simbólicos y las tonterías, quiere leyes federales y les viene a echar en cara que son una panda de burócratas estirados que no hacen nada. Agree.

Entre que esto pasa, Cleve se encuentra un bebé y se hace cargo de él. Literalmente. Resulta que su vecino es un yonqui y está todo el día drogado o fuera de casa y se deja al bebé por ahí tirado, así que Cleve lo ve un día en el suelo con la puerta del apartamento abierta y decide echar una mano. En este contexto echar una mano significa que se queda con la bebé porque este tío pasa absolutamente de todo, así que no va a dejar ahí a la pobre criatura sola, desnutrida y maltratada.

Cuando la paternidad te llega de repente

Además, un asesor gay jovenzuelo de Clinton sigue detrás de Cleve para que les ayude con la cena, pero él le viene a decir que el presidente debe en primer lugar disculparse y hacerse responsable por la falta de compromiso con la comunidad LGBT+ y por dejar que sigan abusando de ellos y, en segundo, promover políticas para protegerlos a nivel nacional. Poco pides tú, aunque te apoyo 100%, pero políticos… am I right? El chico este es Richard Socarides, hijo de un psiquiatra homófobo que jodió antiguamente a todo el movimiento, así que Cleve le da un repasito diciéndole que deje de jugar a ser buenecito y se comprometa de alguna manera, saliendo del armario con su padre como mínimo. ¿Que si lo hace? Pues termina haciéndolo, sí. Es lo más coherente si pretendes “luchar” por los derechos de tu propia comunidad desde el gobierno, aunque veremos si consigues algo, muchacho.

Ken está cada vez más harto con su vida porque lo ha perdido todo y está recurriendo al alcohol en su grupo de ayuda junto a un “amiguito” del mismo grupo que se lo ofrece. Al principio avisan a Cecilia porque es su teléfono de contacto, pero ella en ese momento no puede hacerle de babysitter. Ay, que este hombre se está cada vez hundiendo más en la mierda y no hay nadie que lo saque, lesbicanarias. Así que cuando toca fondo, Cecilia le presenta a un grupo religioso que quiere acogerlo en lugar de dejarlo en la estacada. ¡Bien, Cecilia! Aunque las señoras religiosas estas a mí me dan mal rollo.

Cuando quieres explorar tu atracción hacia las chicas pero no sabes cómo

Sé que estáis muy preocupadas por Annie y su nueva vida en el colegio católico. Yo también. Os cuento que una chica la aborda en los baños de la escuela para preguntarle si su padre es el hombre gay que se va a presentar a alcalde y que si toda su familia es homosexual. Annie no sabe muy bien de dónde sale eso así que lo niega porque esta muchacha está muy bien informada y da un poco de miedo, la verdad. Ella insiste diciendo que no le importa y la agarra de las manos muy delicadamente. Así que era esto… Well, well, well. Todas sabemos que en estas escuelas hay muchas chicas queer reprimidas, por favor, que alguien las salve para que puedan vivir su sexualidad libremente. El problema es que esta chica dice lo siguiente:

Chica: Así que… ¿eres como ellos?

Annie: ¿Tú también tienes madres lesbianas?

Chica: No, yo tengo padres normales.

Annie: Normales… Guay. Así que si tú no eres como ellos, ¿por qué yo tendría que ser como mi madre?

Chica: No, no, yo no soy así, ¿vale? Eres tú. Tú te me echaste encima.

Annie: Sinceramente, está bien. No me importa.

La chica está tan en negación de su propia sexualidad que dice que va a chivarse. Oh, honey… Annie está hasta el culo y se va diciendo que ese lugar es una broma. Y un poco sí. Esta pobre chica en el armario con tantísima homofobia interiorizada es el claro ejemplo. Y lo de “padres normales”, en fin… Al menos esto nos ha servido para comprobar lo maja que es Annie. Confiamos en ti, Annie.

En la siguiente escena Annie está explicando a Diane que no quiere volver a esa escuela, pero Diane se impone y le dice que irá allí aunque tenga que arrastrarla de los pelos. La reacción de Annie es… complicada, diciendo que están pretendiendo que su familia sea normal cuando ni siquiera están casadas, pero que nadie se lo traga ni en la escuela ni en ningún lugar. Diane le dice que tiene que sacar buenas notas para cambiar de colegio a finales de año o seguirá en él. A ver, no entendéis muy bien que está en una fase un poco complicada por el feedback que recibe de la sociedad y porque esa escuela es un poco La Mierda™. Le acaban de decir que su familia no es normal. Un poquito de comprensión por ambos lados, anda. No seáis zopencas.

YA IBA SIENDO HORA DE UN BESO

El caso es que la conversación ha hecho mucha mella en Diane, que teme que su relación con Roma haya jodido la infancia a Annie. ¡No digas esas cosas ni en broma! Menos mal que está ahí Roma para quitarle esas ideas de la cabeza y le da un besito y la anima con algunas bromas. Además, deciden que quizás es buena idea que Diane vaya sola a la cena de padres para no hacer más difícil a Annie aquella situación. SI ES QUE SON MARAVILLOSAS, PARFAVAR.

En otras noticias, al padre de la bebita que está cuidando Cleve básicamente le quitan el apartamento porque no paga. ¿Quién lo hubiese imaginado? Así que Cleve llama para informarse sobre el proceso para convertirse en padre de acogida. Está muy involucrado con la niña, jo. Así que cuando van a visitarlo los del servicio de acogida todo parece ir bastante bien, le hacen un montón de preguntas sobre si tiene pareja, si fuma… Lo típico. Al final le dicen que aunque sea un largo proceso, es evidente que la niña ha tenido suerte y todo son sonrisas y buenos presagios… hasta que encuentran de casualidad su medicación para el VIH. Así de la nada todo cambia y deciden que no se puede quedar ya con la niña, llevándosela directamente de allí en ese preciso momento. Cleve suplica y suplica pero no hay manera, básicamente huyen con ella como si fuese un apestado. PERO QUE ES SU PADRE. Me parece fatal porque Cleve se queda ahí llorando y mira, yo no tengo el cuerpo para estos disgustos.

¡Que le devolváis a la niña, maldita sea!

Llega la cena para padres en el colegio católico y Diane va, como habían hablado, sola. Pero Annie no tiene los mismos planes y aparece sin avisar con Tom Ammiano y su pareja, a quienes va presentando mesa por mesa muy orgullosa de tener padres gays. Ay, qué bonita es. Luego se acerca a su madre y le dice que se supone que no deberían preocuparse por lo que piense otra gente, así que su madre se queda como “esta niña me ha pillao, qué razón tiene”. Y ay, qué bonita, yo ya sabía que Annie terminaría demostrando lo bien educada y orgullosa que está de sus mamis. Así me gusta. Luego la directora del centro se acerca a decirle a Diane las notas de su hija y son extraordinarias. Así que básicamente Annie les da una lección a todos porque ha entendido que ser una inadaptada y aceptarlo es la única manera de luchar contra el sistema que te coloca como outsider.

Al final llega la maldita cena de Bill Clinton y se supone que Focarides le ha escrito en el discurso lo que le pedía Cleve, una disculpa y un reconocimiento público de que ha metido la pata, pero el tío se lo pasa por el forro. Buuuuuuuuuuuuuh. Si es que es poner demasiada fe en el sistema, amigo. En ese momento de la historia cuando Cleve deja entrar en su casa al activista más joven que está grabando su testimonio, es decir, la nueva generación, a la que acusa de estar dormida. Tienen que despertarse. Y así llegamos a 2006. Ya sólo queda la última parte de When We Rise para acabar este repaso por nuestra historia, lesbicanarias. Si la habéis visto o la estáis viendo podéis dejar vuestra opinión en los comentarios.

El post Resumen de When We Rise – Parte 3 fue publicado originalmente en Lesbicanarias. por Anagnórise



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