TRES NOMBRES EXTRAÑOS

“Después de haber destetado a Lo Ruhamá, ella concibió y dio a luz un hijo. Y el SEÑOR dijo: «Ponle por nombre Lo Ammí, porque ustedes no son Mi pueblo y Yo no soy su Dios».”‭‭Oseas‬ ‭1:8-9‬ ‭NBLA‬‬

Oseas el Profeta tenía un trabajo único y difícil: Dios le dijo que se casara con una prostituta como una forma de ilustrar la relación entre Dios y Su pueblo. Cuando se casaron, su esposa (llamada Gomer) no abandonó su profesión anterior. Debido a su esposa infiel, Oseas tenía una perspectiva única de cómo se sentía Dios acerca de engañar a Israel, que no amaba fielmente a Dios de la forma en que Dios los amaba a ellos.

Con el transcurso del tiempo, tres hijos nacieron en esta familia infeliz, y cada niño se menciona en Oseas 1. El primer hijo se llamaba “Jezreel” y su nombre hablaba de dos cosas. Primero, Jezreel significa “Esparcido”, e Israel pronto sería esparcido en el exilio por los asirios. Segundo, Jezreel se refiere al Valle de Jezreel, donde Jehú, el fundador de la dinastía que actualmente gobernaba a Israel, masacró a todos los descendientes de la dinastía anterior, estableciendo así su trono (2 Reyes 10:11). Dios le ordenó a Oseas que nombrara a su hijo Jezreel para confirmar Su promesa de vengar el derramamiento de sangre de Jezreel al juzgar la casa de Jehú.

El segundo bebé era una niña y se llamaba. Su nombre significaba “Sin piedad”. Cada llamada a este niño con el nombre desafortunado le recordaba a Oseas y a todos los demás el juicio y el exilio venideros. Para el reino del norte de Israel, el tiempo de la misericordia de Dios había expirado. Él extendió la misericordia por cientos de años, Pero ahora era el momento de no tener misericordia.

Entonces Gomer dio a luz a un segundo hijo llamado Lo-Ammi. El nombre Lo-Ammi significa “No es mi pueblo”. Cada mención a este desafortunado niño le recordó a Oseas y a todos los demás que el pueblo de Israel había rechazado al Señor Dios, y ya no debería ser considerado su pueblo.

Dado que Gomer no abandonó su prostitución, hubo una cruel ironía en el nombre de Lo-Ammi. Quizás este hijo realmente no era el hijo de Oseas, sino de otro hombre. Quizás lo del niño lo hizo evidente. Casi puedes imaginar a Oseas y Gomer caminando por la calle empujando el cochecito de bebé con la pequeña Lo-Ammi, que no se parecía en nada a ninguno de los dos. Alguien pregunta sobre el nombre del bebé y Oseas responde: “No es mi pueblo”. El mensaje que Dios tuvo que entregar a Israel a través de Oseas fue bastante difícil, pero Dios también hizo que Oseas viviera el mensaje.

Resumiendo el significado del nombre Lo-Ammi, Dios le dijo esto a Israel a través de Oseas: porque ustedes no son Mi pueblo y Yo no soy su Dios: No se trataba tanto de una sentencia o una pena, sino de una simple declaración de un hecho. No era como si el pueblo de Israel realmente quisiera ser el pueblo de Dios, pero Dios no los quería. Al contrario, el pueblo de Israel rechazó a Dios, y aquí el Señor simplemente reconoció el hecho. Él no jugaba a “pretendamos”: “Ustedes fingen ser Mi pueblo y yo fingiré ser su Dios”. El tiempo para esos juegos había terminado.

Cuando pensamos en la relación entre Oseas y Gomer, hubo mucho fingimiento. Oseas fingió no darse cuenta cuando ella salió a prostituirse. Gomer regresó fingiendo que nunca había pasado nada. Tanto como pudieron, fingieron ser una familia feliz. Dios usó la pretensión en la familia de Oseas como una ilustración de la pretensión entre Él y Su pueblo. Esto te trae de vuelta a tu relación con Dios. ¿Está llena de pretensión? ¿Eres realmente seguidor de Jesucristo o eres tan solo un pretendiente? Lo que Dios hizo a través de Oseas nos muestra que Dios permitirá que eso continúe por un tiempo, pero llega un día en que la pretensión debe terminar. Hoy debería ser ese día.

David Guzik| Near and True