Decoración navideña en Erfurt, Alemania.
Políticos y líderes religiosos parece que están haciendo todo lo posible por destruir la Navidad o, al menos, vaciarla de su significado indudablemente cristiano con el afán de esa dudosa “no ofensa a los musulmanes”.
Debido a ese afán en promocionar la endofobia en vez de integrar al resto de culturas a la europea -es decir, europeizarlas y no al revés- se han cambiado el nombre a muchos mercados navideños tradicionales.
En Ámsterdam es ahora el Desfile de Invierno, en Bruselas Placeres de Invierno, en Kreuzberg (Berlín) Mercado de Invierno, en Londres Villa de Invierno, en Múnich Festival de Invierno y así un largo, largo etc.
Todo sea por la “multiculturalidad” de la Navidad y convertirla en una fiesta cuanto más consumista y capitalista sin identidad, mejor. No vaya a ser que a alguien le dé por meditar y reflexionar sobre el sentido de la vida y la humanidad. Cuánta estupidez o maldad. O ambas cosas.
El problema no solo está en la secularización de estas fiestas cristianas, sino en que esto es el primer paso para la siguiente fase: la islamización. Este paso se debe al pensamiento que estipula que el Jesús de la Biblia es realmente el Jesús (Isa) del Corán.
Y, aunque parezca mentira, este postulado está ganando cada vez más adeptos en Occidente, ya sea por el aumento de la inmigración musulmana, ya sea por la incultura imperante en Occidente y el desconocimiento de sus propias raíces.
Ejemplos, desgraciadamente, hay para dar y tomar.
En una Iglesia Episcopal Escocesa de Glasgow se leyó un pasaje del Corán en el que se negaba que Jesús fuera hijo de Dios
En el Reino Unido, en la Iglesia de Todos los Santos de Kingston upon Thames, se celebró el nacimiento conjunto de Jesús y Mahoma. En la misma iglesia se dedicó un tiempo a la oración islámica, según informa Gatestone Institute.
El blog cristiano Archbishop Cranmer recoge la siguiente acertada crítica:
“Cada vez que una iglesia concede a Mahoma el epíteto de ‘Profeta’, están rechazando la crucifixión, negando la resurrección de Cristo y refutando que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, porque Mahoma negó todos estos dogmas fundacionales de la fe cristiana”.
Pero sigamos en el Reino Unido, que da para mucho.
En una iglesia episcopal escocesa de Glasgow se leyó un pasaje del Corán en el que se negaba que Jesús fuera hijo de Dios.
Una musulmana recitando el Corán en una iglesia de Glasgow.
El mismo gobierno escocés financia con cerca de 500.000 euros otros eventos religiosos mientras se olvida de que más de la mitad de la población se considera cristiana practicante.
Gordon Macdonald, de la organización benéfica cristiana CARE, considera que todo esto “es parte de la secularización general que lleva teniendo lugar en el seno del gobierno escocés desde hace unos años, donde nuestro patrimonio cristiano y nuestro sistema de valores se han visto debilitados como consecuencia directa de las políticas del gobierno”.
En Dinamarca, una escuela primaria canceló una misa para conmemorar el comienzo de la Navidad con el fin de no ofender a los alumnos musulmanes. Eso sí, no se olvidó de celebrar la ‘Semana de Siria’ para adentrarse en la cultura musulmana.
Lo grave fue que la junta directiva se puso de parte del director de la escuela ignorando a los padres. Atención a lo que admitieron:
“La junta directiva respalda la decisión de la escuela de crear nuevas tradiciones que involucren a niños y jóvenes”.
Lo admiten sin vergüenza alguna. “Crear nuevas tradiciones”. Cabe preguntarse si esto lo llevaban en sus programas políticos o si la ciudadanía les pidió que lo hicieran. Pura y dura ingeniería social.
Una escuela de primaria de Noruega anunció que los niños no leerían este año unos versos de la Biblia sino del Corán
En Francia se cancelan mercados navideños por los altos costes de seguridad que conlleva la protección contra el terrorismo islámico. ¿Se acuerdan cuando uno podía pasear tranquilo y en paz por Europa?.
En Bélgica, país protector de terroristas islámicos y de ETA, de golpistas como Puigdemont y donde tenían a africanos en zoos hasta pasada la mitad del siglo XX, el jefe de la Cruz Roja de Lieja ordenó retirar los crucifijos de las 28 oficinas de la ciudad. ¿Sabrá siquiera de dónde viene el nombre de Cruz Roja?
En Alemania, un colegio de Lüneburg pospuso hasta nueva orden una fiesta de Navidad después de que un estudiante musulmán se quejara de que cantar villancicos navideños en horas de clase era incompatible con el islam, como contamos en Actuall.
En Italia, un colegio de Milán eliminó las referencias a la Navidad en una fiesta y rebautizó la festividad como “El Gran Festival de las Felices Vacaciones”.
En Noruega, una escuela de primaria anunció que los niños no leerían este año unos versos de la Biblia, como es tradición, sino del Corán.
Y en la capital de España, el gobierno podemita-comunista de Manuela Carmena se sacó de la manga la ‘Feria Internacional de las Culturas’. También se han negado desde que están en el poder a colocar un belén en la Puerta de Alcalá.
Como respuesta, los ciudadanos van en masa a poner los suyos propios en un acto de pacífica resistencia contra aquellos que pretenden impulsar un cambio que nadie ha pedido desde las altas esferas de la política.
En nuestro poder como ciudadanos está el no permitirles estos atropellos, sea castigando en las urnas a aquellos partidos que promuevan este tipo de acciones, sea no acudiendo a los eventos inventados, sea luchando con activismo social y mostrando que los valores, si son verdaderos, son inmutables.