Lo de la justicia de este país es, valga la redundancia, de juzgado de guardia ya que mientras se puede insultar y hasta amenazar de muerte a cualquier persona, siempre y cuando sea por ejemplo un homosexual, un ateo, un sindicalista, un político de izquierdas y hasta familiares de víctimas de atentados terroristas yihadistas, sin embargo la más mínima ironía o crítica hacia el nacionalcatolicismo filofascista hispano acaba en condena judicial.