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GRANDES PALABRAS DE LA ESCRITURA


La Biblia es la inspirada palabra de Dios (2Timoteo 3:16) y por tanto todo lo que ella nos dice es importante, no obstante, encontramos en ella algunas Palabras particulares que por la grandeza e importancia de la verdad y realidad que representan merecen ser catalogadas como “grandes palabras de la Escritura”, tal es el caso, por ejemplo, de las palabras redención, perdón, justificación, reconciliación, adopción, y salvación, entre muchas otras. Palabras que expresan realidades muy amplias y de vital importancia para los que hemos creído en Dios por la palabra del evangelio, y que son como claves para entender más cabalmente la obra que Dios ha realizado a favor de los hombres. Al tratar de acercarnos a estas “grandes palabras de la Escritura” hemos de afirmar primeramente que, si para las cosas naturales las palabras casi siempre resultan insuficientes para expresar la realidad y naturaleza de aquello a que se refieren, cuánto mayor será su insuficiencia para expresar de forma cabal la realidad y sustancia de las realidades espirituales. Las palabras de por sí no significan nada si no están asociadas con imágenes, con una visualización mental o real de lo que ellas describen o refieren. Por otra parte una sola palabra puede comprender y encerrar en sí misma una vasta e intrincada red de conceptos  y realidades. Así pues, al acercarnos a estudiar y reflexionar un poco sobre estas grandes palabras de la Escritura tengamos siempre presente que la realidad es mayor, imponderablemente mayor, de lo que las mismas palabras nos pueden transmitir y sugerir, solo que por razón de nuestra necesidad y por fuerza de nuestra condición, ellas sin embargo son el medio más idóneo para que nos acerquemos a la comprensión de las benditas y grandes realidades que ellas débilmente describen. Dios es más grande que la suma de todas sus palabras, y las realidades que son descritas en su Santa Palabra trascienden la capacidad misma del lenguaje y sus medios de expresión. Consideremos seguidamente algunas grandes palabras de la Escritura, en la esperanza de que la realidad a que ellas hacen referencia pueda afectar para bien la realidad de nuestro diario vivir y caminar de fe.

REDENCIÓN


           Esta gran palabra tiene entre varios significados el de rescate, liberación, distinción, separación, precio pagado.  El Diccionario Bíblico Certeza define redención como “liberación de algún mal mediante el pago de un precio…el pago de un precio para obtener la libertad”.

“Redención” aparece 16 veces en la Biblia (6 en el A.T. y 10 veces en el N.T.). Pero la palabra “Redentor” (Libertador, defensor, rescatador, vengador) aparece 17 veces en la Biblia (todas en el A.T.) y siempre referida al Señor nuestro Dios, lo cual es digno de resaltar pues solo él es el verdadero y gran Redentor. El término “Redimir” aparece unas 83 veces (73 en A.T. y 10 en el N.T.).

¿Quiénes o qué cosas podían necesitar redención en el Antiguo Testamento?
Personas, animales, tierras, propiedades y casas. Las propiedades por razón de un préstamo o una deuda podían quedar en posesión de otra persona, en tales situaciones, bajo determinados parámetros y leyes, podían intervenir algunos parientes para “rescatar” (redimir) la propiedad en cuestión y así esta volvería a manos de su antiguo dueño (ver Levíticos 25:29-31).        

En cuanto a las personas y animales, Dios ordenó que por todo primogénito, tanto animal como humano, se habría de realizar un pago de redención o rescate, exceptuando algunos animales por los que no se podía hacer rescate sino que debían ser sacrificados al Señor como ofrenda (ver Números 18:15-17).

En este punto tenemos que recordar que lo que todos estos actos de redención señalaban o anticipaban  era el gran acto de redención que habría de ser realizado por el Señor Jesucristo, quien nos redimió por su sangre (Efesios 1:7; Col.1:14), para Dios (Apocalipsis 5:9), de la maldición de la ley (Gal.3:13), de toda iniquidad (Tit.2:14), y quien además nos ha dado promesa de redención de nuestros cuerpos (Rom.8:23), y asegura mediante la presencia de su Santo Espíritu en los creyentes, que la redención total en ellos será finalmente consumada (Ef.1:13-14).

¿De qué y  quién nos redimió el Señor?

Del poder y dominio del pecado (Efesios 1:7, Romanos 6:22)

Del poder y dominio de Satanás (Lucas 1:74, Colosenses 1:13)

Del poder y dominio de la naturaleza caída y depravada (Romanos 7:24-25, 8:2)

Dios es nuestro Redentor

             Cada una de las citas en las que Dios mismo se presenta como Redentor merecen ser consideradas: Isaías 41:14; 43:14; 44:6,24; 47:4; 48:17; 49:7, 26; 54:5; 59:20; 60:16; 63:16.

Al actuar como Redentor, nuestro Señor y Dios puede verdaderamente rescatarnos y liberarnos…

De toda angustia (Salmo 25:22)
Del poder del sepulcro (Salmo 49:15)
En paz en medio de las batallas (Salmo 55:18)
Del engaño y de la violencia (Salmo 72:14)
Del poder del enemigo (Salmo 107:2)
De todos nuestros pecados (Salmo 130:8)
De la mano de los malos y de la mano de los fuertes (Jeremías 15:21)

          Finalmente, una historia completa de redención en el Antiguo Testamento se encuentra en el libro de Rut. Léase este libro por entero con los aspectos de la redención en mente y tendremos una gran ilustración acerca de esta maravillosa y gran palabra. 

Antonio Vicuña.


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