Iván Budinich Castro

La reciente encuesta de CPI nos muestra un panorama muy interesante para el fujimorismo, en primer lugar este cuenta con un leal 38% de la ciudadanía, un núcleo duro nada despreciable. Los adversarios del partido naranja no Tienen Nada que celebrar en el aparente rechazo mayoritario que experimenta la bancada fujimorista luego de los recurrentes traspiés en las declaraciones de sus representantes ante el congreso. El fujimorismo es se mantiene como un movimiento sólido –casi inexpugnable- en el sector C donde incluso concilia el respaldo de los jóvenes, lo cual parece indicar que Keiko Fujimori ha logrado acumular un caudal propio y ya no es del todo dependiente del legado paterno.

Los fujimoristas tampoco tienen nada que celebrar, esta encuesta debería indicarles que si bien en 2016 han perdido por apenas algo más de 41,000 votos, en 2018 y 2021 la ciudadanía podría cobrarles cualquier exabrupto o error en su manejo comunicacional.

Como me ha hecho notar un memorioso a estas alturas del inicio del gobierno de Humala ya le conocíamos dos casos de presunta corrupción. Las sospechosas conexiones de su hermano Alexis Humala en Rusia y la non santa reunión de su vicepresidente Omar Chehade en las brujas de Cachiche. La nula de miel de PPK no debería envanecer a sus seguidores, las aguas encontraran su nivel y tienen que ofrecernos hechos concretos para que el 70% de punto de partida se mantenga en el tiempo o al menos no baje a niveles dramáticos. Por lo pronto se ve que los medios que no tuvieron piedad en mostrar el sinnúmero de flaquezas del humalismo, se han dedicado a un pertinaz control de daños en las primeras semanas del ppkausismo. Claro, hay una distancia enorme entre PPK y su equipo acostumbrados desde antaño a los entretelones del poder y el puñado de filibusteros humalistas.

Mientras que PPK tiene que demostrar resultados para prolongar su luna de miel, el fujimorismo la tiene fácil –si algunos de sus representantes aprenden a callarse- basta con demostrar que sin renunciar a su labor fiscalizadora, no se constituyen como una oposición obstruccionista para revertir ese elevado 52,6% que los ve como una potencial amenaza a un eventual gobierno de PPK, todo dependerá de demostrarlo en los hechos y enfatizar en el manejo de su estrategia comunicacional. El 2018 está cerca y otros jugadores como el APRA. la izquierda, Julio Guzmán, Alfredo Barnechea están esperando fortalecer sus plataformas rumbo en los niveles locales y regionales.

Keiko Fujimori tiene una gran oportunidad para demostrar que tiene talla de lideresa. El gobierno por su lado debe comprender que no puede gobernar con cerca del 40% de la población en contra y se encuentra en la necesidad de tender puentes. Todos saldrán ganando si así ocurre, el primer encuentro entre Luz Salgado y el primer ministro Fernando Zavala parece apuntar en esa dirección.

El gobierno de PPK se acaba de abrir un nuevo frente y es de aquellos donde vale la pena dar la pelea. Sin duda alguna al rojerío no le debe estar gustando para nada que la flamante ministra del Midis, Cayetana Aljovín, haya declarado que quiere direccionar su ministerio hacia la inserción productiva de sus beneficiarios en lugar de continuar  priorizando al asistencialismo como se venía haciendo. La izquierda en pleno va a ver peligrar uno de sus principales bastiones ideológicos, no nos extrañe el disparo de las baterías mediaticas zurdas con saña contra la ministra en las próximas semanas. De todos modos, esperaran el menor traspié para hacerla polvo. 

Nos leemos.